El 'sintecho' que vuela en primera clase y ha dado 16 vueltas al mundo

Ben Schlappig, un estadounidense de 25 años, se ha convertido en un 'sin techo' que recorre el mundo en primera clase. No tiene casa ni dirección física, pero tampoco la necesita."¿Por qué voy a molestarme en pagarme una casa si puedo dormir cada noche en el avión?, afirma.

Schlappig es lo que se conoce en el mundillo como un "viajero profesional". Mantiene una atención obsesiva a la letra pequeña de las distintas compañía y combina las millas de vuelo por ser un viajero frecuente con los puntos de las distintas tarjetas de crédito para viajar mucho más barato que el resto de los mortales a todo lujo.

Empezó a acumular millas cuando solo tenía 14 años y jura que nunca en su vida ha volado en clase turista. Al año recorre 400.000 millas y consigue dar la vuelta al mundo 16 veces. Pasa un promedio de cuatro horas diarias dentro de la cabina del avión y coge al menos un vuelo cada semana.

Si no está volando se hospeda en hoteles de cinco estrellas. Eso sí, nunca más de tres días seguidos en el mismo porque se agobia. "Solo en el avión me siento en casa", asegura en declaraciones al Canal 44 desde los Ángeles. Al día siguiente saldrá para Madrid.

"Me suelo encontrar con las mismas tripulaciones en los vuelos. Sé como funcionan los asientos y los protocolos en la aeronave. Es mi casa", afirma. La pregunta es obvia. ¿Si es tan fácil porque no lo hace todo el mundo? Schlapping lleva un blog llamado 'One Mile at a Time', "Una milla a la vez" en la que da algunas pistas. "No es tan simple como parece. Hay que leerse la letra pequeña", explica.

Sin embargo, todo es una cuestión de esfuerzo y atención a las condiciones de las compañías. En especial a la hora de canjearlas. “Creo que muchas personas son escépticas porque en la vida se nos enseña que no hay tal cosa como un almuerzo gratis, y si eso se escucha demasiado bueno como para ser verdad, entonces probablemente lo es”, opina.

En efecto, Schlappig no es el único viajero profesional del mundo. "Conozco desde octogenarios hasta gente muy muy joven que se dedican a esto", dice. Nómadas modernos que viven en la opulencia de la primera clase de las compañías aéreas.