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Las dos razones por las que ponemos los cuernos, reveladas por la ciencia
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Las dos razones por las que ponemos los cuernos, reveladas por la ciencia

¿Sabías que España es el líder europeo en número de infidelidades? La cantidad de plataformas y apps existentes lo pone fácil, pero la cuestión no es el cómo sino el por qué

Foto: No. Tampoco es ninguna de estas dos razones, aunque pueden ayudar. (iStock)
No. Tampoco es ninguna de estas dos razones, aunque pueden ayudar. (iStock)

Las más de 30 millones de cuentas registradas en la página web para infieles Ashley Madison son muestra de que el engaño no es algo inusual, sino que son cientos de miles las personas que ponen los cuernos a sus parejas. Con más de un millón de usuarios en España, el último informe elaborado por la plataforma nos situó como el país más infiel de Europa.

Según los datos registrados ellos son unas 2,4 veces más infieles que ellas, y los perfiles más habituales encajan con hombres de unos 43 años, casados, con un poder adquisitivo medio alto y de profesión empresarios, directivos, médicos o abogados; mientras que las mujeres tienen una media de 34 años de edad, la mayoría también casadas, y suelen ser profesionales como administrativas, maestras y ejecutivas de alto nivel. Sabemos quienes pero no el por qué.

El problema es que las razones que llevan a a cometer adulterio son totalmente personales y difíciles de clasificar. ¿O no tanto? Según los científicos existen dos tipos de categorías de infieles. “Hay casi tantas razones diferentes por las cuales la gente pone los cuernos como personas hay en el mundo”, asegura en Live Science Pepper Schwartz, profesora de sociología en la Universidad de Washington, quien también reconoce que “la mayoría de los engaños se dividen en dos categorías principales”. Son estas.

Rutina en la cama: vida sexual aburrida

Los expertos en sexología y relaciones de pareja coinciden en aplicar la primera categoría a las personas que se aburren y no son particularmente felices con su vida sexual, “aunque el sexo no sea tan malo”, incide Schwartz.

“Suelen ser personas que llevan en una relación mucho tiempo y anhelan la emoción de algo nuevo”, explica la también coautora de Snap Strategies for Couples: 40 Fast Fixes for Everyday Relationship Pitfalls (Seal Press), quien expone que también hay mucha gente que no se atreve a salir de una relación y utiliza el sexo para tener otro entretenimiento. El clásico 'necesitaba sentirme vivo/a', que en tantos telefilmes ha servido de argumento.

Hay problemas que van más allá del sexo rutinario que pueden acabar con la vida sexual en pareja: las disfunciones. “Sabemos que, en condiciones en las que se amenaza su masculinidad, los hombres son más propensos a involucrarse en comportamientos hipermasculinos como el engaño sexual”, continúa Schwartz.

Muchas veces el engaño se ve impulsado por el hecho de no perder la oportunidad

Según un estudio publicado en 2011 en la revista Archives of Sexual Behavior, las personas que temían el fracaso sexual, independientemente del género, son entre un 6% y un 8% más proclives a engañar a los demás. La experta explica que en algunos casos la infidelidad aparece como forma de “castigo” hacia ese cónyuge que no es capaz de despertar sus instintos más primitivos.

Por otro lado, también existen parejas en las que se llega a un acuerdo tácito en el que indican que pueden buscar sexo en otros lugares, incluso detallando lo que pueden hacer y con quién, y ser infiel está permitido. “Es un grupo raro, pero no es imposible que haya parejas que entiendan que no van a ser totalmente monógamas para siempre”, comenta Schwartz.

Infelices para siempre: cuando se acaba el amor

Se trata de personas que anhelan a su pareja emocional o físicamente. Con el paso del tiempo algo ha cambiado entre ellos pero por diversas razones –desde los hijos hasta deudas económicas o simple comodidad–. Ni se plantean dejar su relación. De hecho, según la mencionada investigación, las mujeres casadas que se conectan a plataformas como Ashley Madison, buscan más una aventura romántica y pasional que un encuentro sexual.

“Están contentos con su matrimonios y no quieren el divorcio”, explica Eric Anderson, portavoz de la plataforma Ashley Madison. Lo curioso es que, frecuentemente, estas personas no están buscando activamente un romance. Sin embargo, aprovechan la mínima oportunidad de conocer a alguien afín que les despierte algún sentimiento.

En ocasiones, que surja la posibilidad de pasar más tiempo e intimar con una persona cariñosa que les preste la atención que no le dedican sus parejas puede derivar en cuernos. “El engaño se ve impulsado por el hecho de no perder la oportunidad. De ahí que los hombres que trabajan en profesiones dirigidas por mujeres sean más propensos a ser infieles”, explica Christin Munsch, profesora de sociología en la Universidad de Connecticut.

No obstante, Munsch tampoco descarta que los cuernos se produzcan por el mero hecho de seguir a pies juntillas el lema de la vida es corta y reconoce que “en ocasiones, la proximidad con personas del sexo opuesto en el día a día no tiene ninguna influencia”.

Cuernos 2.0

Numerosos expertos destacan el papel del teléfono móvil y el desarrollo de las nuevas tecnologías y aplicaciones se han convertido en las herramientas ideales para poder encubrir los engaños fácilmente. Como explicaban el mencionado informe sobre infidelidad elaborado por Ashley Madison, el 70% pone una contraseña que no conoce su pareja y borra las conversaciones. Además, calculan que 2 de cada 3 infieles no prestan el teléfono ni un minuto y registran en la lista de contactos a sus amantes con nombres falsos.

Las más de 30 millones de cuentas registradas en la página web para infieles Ashley Madison son muestra de que el engaño no es algo inusual, sino que son cientos de miles las personas que ponen los cuernos a sus parejas. Con más de un millón de usuarios en España, el último informe elaborado por la plataforma nos situó como el país más infiel de Europa.

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