La dieta Nº1 en EEUU te permite comer lo que quieras, pero tiene una regla inflexible
"Wheat Belly", el libro que explica como llevar una dieta sin trigo, se ha convertido en bestseller nº1 del New York Times y en el libro sobre nutrición del año
Por la consulta del cardiólogo estadounidense William Davis pasaban a diario pacientes diabéticos o prediabéticos. Para tratar de reducir sus niveles de azúcar en sangre, el doctor les pedía que dejaran de comer todos los productos fabricados con harina de trigo porque, con contadas excepciones, estos carbohidratos –también los integrales– incrementan el azúcar en sangre más que ninguna otra comida.
“Cuando volvían a la consulta unos meses después sus niveles de azúcar en sangre habían bajado notablemente”, explica Davis en su blog. “Pero fueron los otros resultados los que me cogieron por sorpresa: una pérdida de peso de entre 11 y 13 kilos, una notable mejoría o alivio total de la artritis, una mejora del asma, alivio por completo de la acidez y los síntomas del síndrome del colon irritable, desaparición de la inflamación y endurecimiento de las piernas. La mayoría señaló además que tenían una mayor claridad mental, un sueño más profundo, y un humor más estable”.
Tras esta experiencia el doctor escribió un libro, Wheat Belly, explicando cómo y por qué llevar una dieta sin trigo, que ha acabado convirtiéndose en bestseller nº1 del New York Times, pese a las intensas críticas que ha recibido de la industria alimentaria desde que se publicara el pasado noviembre y proclamara que el trigo es un “veneno cotidiano”.
La teoría de Davis no es nueva. Su opinión es similar a la de otros destacados científicos como Aseem Malhotra, uno de los cardiólogos más prestigiosos del Reino Unido, o el divulgador científico Gary Taubes, autor de Cómo engordamos y qué hacer al respecto (RBA Libros): el aumento del consumo de carbohidratos refinados ha hecho que se disparen nuestros niveles de azúcar, lo que provoca a su vez un aumento de la insulina, la hormona que convierte el exceso de azúcar en grasa, que acaba almacenándose, principalmente, alrededor del abdomen. Un peligrosísimo cóctel responsable de la epidemia de obesidad mundial, que las autoridades sanitarias no están consiguiendo atajar. Entre otras cosas porque no están dando las recomendaciones adecuadas: sólo un descenso en el consumo de azúcar y carbohidratos puede ayudarnos de forma efectiva a adelgazar.
Por qué debemos dejar el trigo
Según Davis, la principal causa de la obesidad, y el envejecimiento prematuro, reside en un proceso químico conocido como “glicación” o reacción de Maillard, que se activa cuando nuestros niveles de azúcar en cuerpo son demasiado altos. Además de provocar una acumulación de grasa, el exceso de azúcar hace que las moléculas de glucosa se unan al colágeno, la proteína más abundante de los huesos y la piel y responsable de la elasticidad de ésta. Este proceso genera unas compuestos conocidos como Productos de la Glicación Avanzada (PGA), que endurecen la piel, creando estrías, manchas y arrugas.
Los alimentos con trigo aumentan el azúcar en sangre más que cualquier otro –incluido el azúcar mismo–, disparando la insulina y los PGA. Es por ello que, según el cardiólogo, eliminar el consumo de estos tiene efectos muy rápidos no sólo sobre nuestro peso, sino también en el conjunto de nuestra salud.
“Dejar de consumir azúcares refinados es también una buena idea, pues no aportan casi beneficios nutricionales y también influyen negativamente en los niveles de azúcar en sangre”, ha explicado Davis al Daily Mail. “Sin embargo, eliminar el trigo es el paso más eficaz. Sencillamente, debido a su papel en el incremento de la glucosa en sangre, el trigo hace que envejezcas más rápido por dentro y por fuera. Acelera la velocidad con la que desarrollas signos de envejcimiento en la piel, problemas en los riñones, demencia, inflamación y artritis”.
Cómo seguir una dieta libre de trigo
Aunque Davis asegura que su dieta es muy sencilla –basta con dejar de consumir productos derivados de trigo y limitar el azúcar–, lo cierto es que no es tan fácil dejar de comer productos con trigo, pues en la dieta occidental está por todas partes. En su libro explica de forma detallada qué alimentos puedes comer casi con total libertad, cuáles tienes que consumir con precaución y cuáles debes eliminar por completo. Por lo demás, puedes confeccionar tu dieta como desees (olvidándote de rebozar tus platos, claro). La única norma que pone Davis es que comas hasta que tu cuerpo que diga que pares. Atiborrarse siempre es malo.
La dieta diseñada con Davis consiste en eliminar por completo el consumo de productos provenientes del trigo, que sólo deben consumirse de forma muy ocasional, además del gluten, la mayoría de los azúcares (sólo están permitidos con moderación los provenientes de la fruta) y las grasas poco saludables (hidrogenadas y polisaturadas, incluido el aceite de girasol).
Además del trigo y sus derivados (pasta, pan, bollería, galletas, pan de pita…), debes evitar todos los cereales con gluten como la cebada, el centeno o el kamut. También las bebidas con gluten, como la cerveza y los destilados elaborados con trigo o cebada (como la mayoría de whiskeys).
También se deben evitar otros alimentos susceptibles de contener gluten o trigo como los quesos elaborados en contacto con pan (como el queso el azul, el gorgonzola y el roquefort), las barritas energéticas, la comida rápida (que suele contener gluten), la mayoría de embutidos, las salsas con azúcar o gluten (kétchup, aliños de ensalada, sazonadores…), la mayoría de aperitivos, las sopas precocinadas y la mayoría de preparados vegetarianos.
No debes consumir más de 100 gramos de estos alimentos al día
- Lácteos que no sean queso
Debes limitar el consumo de leche, cremas y natas, así como los quesos frescos y los yogures. En esta dieta, al contrario de lo que estamos acostumbrados, hay que tratar de consumir los productos menos procesados posibles: no lights, sin sabores y sin azúcares.
- Fruta
La dieta permite comer algunas frutas, sobre todo las frutas del bosque como moras, frambuesas o fresas, las menos ricas en carbohidratos. También se permite comer manzanas, naranjas o albaricoques (con moderación), pero no debes tomar apenas piña, papaya, mango o plátano, frutas muy ricas en azúcar. Los zumos también deben consumirse con cuidado (no más de 120 ml al día). Las frutas en conserva deben evitarse.
- Cereales que no sean trigo
No tomes más de medio vaso al día de otros cereales que no sean el trigo. Davis recomienda tomar arroz integral, quinoa, avena, amaranto, mijo o sorgo, y evitar en la medida de lo posible el arroz convencional y el maíz.
- Legumbres
No tomes más de medio vaso al día. Por lo demás, puedes consumir todo tipo de legumbres.
- Vegetales almidonados
Las patatas y el maíz entero (no procesado) pueden consumirse, pero con moderación.
- Bebidas
Se puede tomar alcohol con moderación, pero con precaución si contiene carbohidratos. Como mucho dos vasos de vino al día, dos cócteles o una cerveza. Están permitidas la cerveza sin gluten, el vino, el brandy, los licores, el ron y algunos vodkas (los que no tengan gluten).
- Chocolate
El chocolate negro está permitido con moderación
Puedes consumir estos alimentos en las cantidades que desees, siempre que dejes de comer cuando estás saciado.
- Vegetales
Davis asegura que puedes comer la cantidad que quieras de todo tipo de vegetales, excepto las patatas y el maíz dulce, que son ricos en carbohidratos. No debes limitar su consumo a la cena: puedes tomarlos durante todo el día, incluido el desayuno.
- Quesos
Todos los quesos, pero no leche, yogures o cremas, cuyo consumo debe estar limitado.
- Pescado
Todo el pescado y marisco (no frito).
- Carne
Todas las carnes que no estén procesadas, además de algunos productos de charcutería, como las salchichas y el bacón sin curar, el chorizo, algunos salamis y el pavo. El resto de embutidos pueden incluir gluten, que no debemos consumir.
- Huevos
De cualquier tipo.
- Frutos secos crudos
Todos los frutos secos que no estén fritos.
- Grasas saludables
Aceite de oliva, de aguacate o de coco. Mantequilla (sin pasarse). Trata de usarlas a bajas temperaturas y nunca realizar frituras.
- Alternativas a la harina
Deben ser sin trigo ni gluten, a ser posible bajas en carbohidratos, como las harinas de almendra, garbanzo, coco…
- Hierbas y especias
Todas.
- Endulzantes
No tomes azúcar. Usa para endulzar otras alternativas como la estevia, el eritritol, el xilitol o la sucralosa.
- Bebidas
Agua, te, infusiones, agua de coco y café.
- Salsas sin azúcar ni gluten
Como el tabasco y la mayoría de salsas picantes, la mayonesa (aunque vigila los ingredientes si no la haces en casa), la mostaza, la salsa de soja sin gluten y el vinagre.
Por la consulta del cardiólogo estadounidense William Davis pasaban a diario pacientes diabéticos o prediabéticos. Para tratar de reducir sus niveles de azúcar en sangre, el doctor les pedía que dejaran de comer todos los productos fabricados con harina de trigo porque, con contadas excepciones, estos carbohidratos –también los integrales– incrementan el azúcar en sangre más que ninguna otra comida.