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9 pasos que debes seguir para alcanzar el trabajo que siempre has querido
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NO HAY NADA PEOR QUE PONERSE BARRERAS

9 pasos que debes seguir para alcanzar el trabajo que siempre has querido

Si al fin y al cabo hoy en día todos los empleos son difíciles de conseguir, ¿por qué no centrarnos en lo que nos gusta? Te aconsejamos por dónde empezar

Foto: ¿'Networking' o arribismo? Si de verdad te apasiona lo que haces, atraerás a la gente que necesitas conocer. (Corbis)
¿'Networking' o arribismo? Si de verdad te apasiona lo que haces, atraerás a la gente que necesitas conocer. (Corbis)

La objeción es obvia: si tan complejo es el mercado laboral actual que podemos darnos con un canto en los dientes en el caso de conseguir un trabajo relacionado con nuestra formación, ¿cómo vamos a aspirar a un puesto muy concreto en una empresa que idealizamos?Sin embargo, no hay nada peor que ponernos barreras nosotros mismos. Revirtiendo dicha concepción, si al fin y al cabo todos los empleos son difíciles de conseguir, ¿por qué no centrarnos en aquello que realmente nos gusta?

Todos tenemos ligeras nociones sobre lo que debemos hacer, pero muchas veces, obviamos cualidades y comportamientos imprescindibles. Muchos seleccionadores de personal han recogido en sus blogs (apúntalo: es una buena forma de darse a conocer) aquello que buscan en sus candidatos. A continuación recogemos algunos de los pasos que debemos dar, uno detrás de otro, para llamar la atención de la empresa que amamos, y conseguir que esta nos ame.

Analízate

Ser actor, astronauta o inversor de bolsa puede sonar muy bien, pero ¿realmente tenemos las cualidades necesarias para triunfar en dicho trabajo? ¿Conocemos bien los sacrificios que exigen dichas dedicaciones? ¿Qué inversión de tiempo y esfuerzo debemos hacer antes de optar a un puesto así? Como explica Kent Lewis de Anvil Media Inc., podemos empezar llevando a cabo una lluvia de ideas sobre aquello que nos atrae para luego, con la cabeza fría, distinguir entre lo que es un mero capricho y lo que puede garantizar nuestra felicidad durante décadas. Conocer nuestros propios deseos nos ayudará a distinguirnos de otros candidatos.

Apunta bien

Puede que sepamos que queremos dedicarnos, por ejemplo, a la enseñanza, pero ello no quiere decir que debamos enviar currículos a todos los colegios de nuestra comunidad. ¿Pública o privada? ¿Infantil, secundaria…? Aunque parezca más fácil disparar a todo lo que se mueve, quizá sea preferible tener un limitado grupo de empresas en mente, lo que nos permitirá centrarnos en las cualidades que estas exigen y evitar los esfuerzos en vano. Y, una vez sepas lo que quieres, averigua todo lo que puedas sobre la compañía, sus directivos, empleados y costumbres. Es el trabajo sucio que te distinguirá de aquel que envía su currículo simplemente por probar.

Piensa qué necesitas para conseguirlo

Existen cualidades innatas que nos facilitarán el trabajo, pero otras que podemos desarrollar con tiempo y esfuerzo. Por supuesto, no se trata de lo único que necesitamos, sino que una formación académica acorde con el puesto es, obviamente, imprescindible, así como diversos complementos educativos como cursos o seminarios. Como explica Jeff Haden de BlackBird Media en LinkedIn, “el candidato ideal es aquel que puede ser productivo inmediatamente”. Por eso, descubre aquello que la empresa necesita y tú podrías ofrecer.

Trabaja para ti

Uno de los errores más habituales es pensar que el trabajo comienza el día que entramos por la puerta de la empresa. Si de verdad somos profesionales, lo debemos ser incluso aunque no salgamos de nuestra casa. ¿Eres diseñador gráfico? Realiza tus propios proyectos para incluirlos en tu portfolio. ¿Eres periodista? Investiga y escribe, pues aunque no se publique, habrás aprendido en el proceso y habrás hecho contactos. Y, si tu trabajo no encaja en ninguno de estos casos, lee, estudia y profundiza en tu materia. No tener trabajo no significa que no debas imponerte una disciplina en tu día a día.

Crea tu propia reputación

Internet ha favorecido nuestra visibilidad. A veces, el camino más fácil para llamar la atención de los recursos humanos no es enviar un currículo, sino demostrar que somos el candidato ideal. ¿Cómo? Un blog bien diseñado y con contenidos interesantes puede ser una buena oportunidad para demostrar que tenemos buenas ideas y podemos proporcionar valor añadido a la empresa. Como explica Kent Lewis, “una página web o un blog te ayudarán a motivarte, así como practicar la escritura o manejar las tecnologías que necesitarás en tu trabajo”. Por supuesto, olvídate de todo aquello –fotografías comprometidas, comentarios desafortunados, ataques injustificados– que pueda empeorar tu imagen.

Haz contactos

Networking parece ser la palabra de moda en el mundo laboral, pero nos podemos conformar con el tradicional “hacer contactos”. Se trata de un concepto que goza de una inmerecida mala fama, en cuanto muchos lo consideran un sinónimo de ser un trepa. En realidad, si de verdad nos apasiona nuestra dedicación, no debería ser algo forzado y manipulador, sino natural: es lógico que terminemos conociendo o compartiendo charlas con aquellos que comparten nuestras inquietudes. Lewis recomienda hacer menos relaciones pero más significativas, que intentar conocer a todo el mundo en la industria, algo que además de hacernos malgastar esfuerzo puede provocar que seamos percibidos como unos interesados.

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Todo cuenta (incluida la redacción de tus correos)

Quizá pueda parecer exagerado que una falta de ortografía nos haga perder la posibilidad de trabajar en una empresa, pero en ocasiones, la información que tienen de nosotros es tan limitada que un desliz puede acabar con nuestras esperanzas. ¿Cuántas veces hemos recibido un correo electrónico desestructurado, mal escrito o inútil y hemos pensado que jamás trabajaríamos con dicha persona? Como explica Ramit Sethi, autor de I Will Teach You to Be Rich (Workman Publishing Company),hay determinadas frases que debemos pronunciar, estrategias psicológicas a las que recurrir y lugares comunes a evitar cuando conozcamos a nuestros potenciales compañeros.

Ten la iniciativa

La apertura de un proceso de selección provoca que se acumulen montañas de currículos sobre el escritorio del experto en recursos humanos. Es el peor momento para intentar entrar en la empresa, puesto que es cuando tenemos que enfrentarnos a más competencia. Debemos dar la cara, mostrar interés por la firma y, sobre todo, tener paciencia. Puede que en ese momento no consigamos nada, pero demostraremos poseer esa cualidad tan buscada hoy en día: la iniciativa.

No te pases de listo, pero demuestra lo que sabes hacer

Dan, de Tropical MBC, explica en su blog lo que aprendió después de entrevistar a más de 60 candidatos. Señala que hay que diferenciar entre venderse y ser un bocazas: no debemos señalar que somos los perfectos para el trabajo –ya que es lo que hace todo el mundo–, sino mostrar pruebas de nuestros logros y, sobre todo, explicar al contratador lo que podemos hacer por la empresa, “cuanto más específico, mejor”. Además, recomienda calmar los ánimos, no querer ser los más originales e ir al grano: los entrevistadores lo agradecerán.

La objeción es obvia: si tan complejo es el mercado laboral actual que podemos darnos con un canto en los dientes en el caso de conseguir un trabajo relacionado con nuestra formación, ¿cómo vamos a aspirar a un puesto muy concreto en una empresa que idealizamos?Sin embargo, no hay nada peor que ponernos barreras nosotros mismos. Revirtiendo dicha concepción, si al fin y al cabo todos los empleos son difíciles de conseguir, ¿por qué no centrarnos en aquello que realmente nos gusta?

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