La sanidad asturiana pagará el cambio de sexo de la 'histórica' transexual María Jesús Lastra

Seis años después de que la transexual María Jesús Lastra iniciara los trámites para operarse de un cambio de sexo a cargo de la Seguridad Social, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias le ha dado la razón y ha obligado al Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) a abonarle la intervención quirúrgica. La mujer, que nació en Avilés en 1969 como varón y recibió el nombre de Jesús, está ya acostumbrada a pelear para reafirmarse en su identidad sexual. En 1997 fue la beneficiaria de un fallo judicial pionero al permitirle vestir ropas de mujer en un módulo carcelario para hombres y en 2006 fue trasladada a una prisión de mujeres, pese a tener aún genitales femeninos. Según algunas fuentes, el coste de la operación se sitúa en torno a los 24.000 euros
   

Ahora la transexual manifiesta estar satisfecha por el fallo judicial y urge a que se le someta a la intervención quirúrgica solicitada, ya que en su día fue transferida a Andalucía al no disponer en Asturias en aquellos años de este servicio. Pero la lista de espera era tan larga que María Jesús no ha podido todavía ingresar en el quirófano. Sería el corolario perfecto a una batalla muy larga que esta transexual ha llevado a cabo por su cuenta y echándole tantos arrestos como tropezones le dio la vida. Los retrasos acumulados por la burocracia interhospitalaria le han supuesto daños morales y psíquicos, según denunció la propia Lastra.

El penúltimo golpe se lo dio el pasado mes de octubre un juzgado de lo Social de Gijón que desestimó su demanda para que el cambio de sexo fuera pagado por el Servicio de Salud del Principado de Asturias, a pesar de que en 2007 la Unidad de Trastornos de Identidad de Género de Asturias consideró que su caso era idóneo para someterse a la modificación de sexo. Echando mano de sus ahorros para pagar las tasas, recurrió a la instancia superior que ahora le ha dado la razón. Si el Sespa decide recurrir al Tribunal Supremo, esta mujer no tirará la toalla y está dispuesta, incluso, a movilizarse y cobijarse bajo una tienda de campaña enfrente de las oficinas de este organismo para exigir sus derechos. No obstante, considera que la sentencia tiene una contundencia incuestionable, ya que asegura que, negarse a la operación gratuita, será "una discriminación injusta y contraria al espíritu de la Constitución".
   

La vida de María Jesús Lastra no ha sido fácil, pero desde que tuvo claro que quería ser una mujer ha peleado en todos los ámbitos por conseguirlo. En 1997, fue objeto de una sentencia pionera en España al dictaminar una jueza de Vigilancia Penitenciaria que tenía derecho a vestirse como mujer en un módulo carcelario masculino. Aquella noticia dio la vuelta al país y también la que le concedía residir en una cárcel de mujeres, a pesar de tener todavía genitales masculinos. Acostumbrada a salir en las noticias, no tuvo empacho en dejarse retratar el año 2007 cuando salió de prisión esposada para contraer matrimonio con otro recluso. No obstante, su alegría por poder permanecer en un centro para mujeres duró poco. Algunos meses después denunció a tres funcionarias por vejaciones y, la presión que recibió fue tal que llegó a pedir, incluso, la vuelta a un módulo de hombres.
   

En 2009 fue indemnizada tras haber recurrido el despido que su empresa le había cursado por entender que había razones discriminatorias. Efectivamente en el juicio, celebrado en el País Vasco, su jefe reconoció que la había echado del trabajo por transexual. Acostumbrada a no dejarse avasallar por nadie, María Jesús había reclamado la expulsión laboral para dejar clara la sistemática vulneración de los derechos de los transexuales, así como para "recuperar mi honor".