Médicos gallegos, los mejores pagados de España

Mientras Gobierno y Autonomías se pelean por la financiación sanitaria, un estudio ha revelado qué comunidades pagan mejor a sus médicos especialistas. Galicia, con 48.558 euros al año de media y teniendo en cuenta sólo los factores fijos de la nómina, se lleva el ‘primer premio’. Los datos recogidos por EuroGalenus para la revista Medical Economics desvelan a su vez que en la cola se encuentra Cataluña, con una diferencia de casi 6.300 euros.

Además, los catalanes cobran de media unos cien euros menos que en 2004. Sin embargo, los complementos relacionados con el cumplimiento de objetivos están mucho mejor retribuidos en esta región que en el resto de las comunidades autónomas.

Siguiendo con el estudio, las remuneraciones de los médicos en España en 2005 aumentaron en 871 euros, poco más del 2% respecto al año pasado. Un porcentaje por debajo de la inflación. Por su parte, la nómina de los especialistas con cargo, entre los 37.774 y 50.203 euros, se incrementó en torno al 2,6%.

Las diferencias salariales se deben a complementos como la productividad variable, las horas de guardia, carrera profesional, entre otros. Con todo, el 85% de los facultativos se encuentran insatisfechos con su remuneración porque creen que no se corresponde con su nivel de responsabilidad, según un informe de la Organización Médica Colegial que cita la mencionada publicación.

En cuanto a la relación de las retribuciones con la calidad del sistema sanitario, no parece que tengan una relación directa. De hecho, la sanidad gallega es la segunda peor valorada del país, por detrás de Madrid.

Otra de las conclusiones del estudio, dirigido por Luis Truchado, es que dos de los aspectos que los pacientes dan la mejor puntuación son la atención recibida y la confianza que les transmiten los sanitarios. A su vez, los médicos no se sienten valorados en su labor diaria. Esta circunstancia, unida al elevado número de horas que permanecen en su lugar de trabajo, provoca el burn-out o ‘síndrome de desgaste y desmotivación profesional’.

La frustración crece entre los galenos porque, básicamente, las retribuciones no están a la altura de la profesionalidad y preparación del personal sanitario.