El verano sienta bien al mercado inmobiliario de Estados Unidos

La llegada del verano ha supuesto un bálsamo para el mercado inmobiliario americano. Aunque la actividad prácticamente suele paralizarse en el periodo estival, en el sector residencial se ha dado una situación totalmente contraria: las ventas de viviendas han registrado un aumento notable.

Concretamente, las compraventas de casas aumentaron en Estados Unidos en julio un 3,6% y alcanzaron un ritmo anual de 372.000 unidades, el más alto de los últimos dos años, según datos del Departamento de Comercio.

La mayor parte de este incremento estuvo motivado por el alza de las transacciones en el nordeste del país, donde subieron un 77%, en contraposición con la caída del 55% registrada en junio.

También contribuyó el hecho de que los precios continuaran con su senda de descensos, ya que el importe medio de una vivienda se situaba a finales de julio en 224.000 dólares, lo que representa una caída del 2,5%.

Asimismo, el inventario de casas nuevas disponibles al ritmo actual se redujo de 4,8 meses en junio a 4,6 meses en julio. La combinación de un ritmo más intenso de ventas y un ritmo más lento de construcción llevó a que el número de casas nuevas a la venta quedara en julio en 142.000 unidades.

Estas buenas cifras contribuyen a aumentar el optimismo que poco a poco se va instalando en el sector. De hecho, según los últimos datos publicados, la confianza de los constructores repuntó en agostó hasta los 37 puntos, su mejor nivel de los últimos cinco años.

Parece, por tanto, que el mercado comienza a ver la luz al final del túnel, después de ser uno de los países más castigado por la crisis inmobiliaria y en el que los precios han registrado el segundo mayor descenso después de Irlanda (-49,8%), con una caída del 27,8%, según The Economist.