De compras en la nueva web de Mercadona: rápido, fácil y con 'impuesto revolucionario'

Había tanta expectación con el asunto de la oferta por Internet y Mercadona que nos hemos visto en la obligación de probar su nuevo servicio en pruebas. Y como, de momento, lo que se ha puesto en marcha es la ‘colmena’ laboratorio de la ciudad de Valencia como tubo de ensayo, me ha tocado a mí. Es lo primero que hay que tener en cuenta, que el recién estrenado sistema de entrega a domicilio solamente se aplica en un puñado de códigos postales, los trece que componen los distritos al sur del viejo cauce del río Turia y el que comprende el último tramo de la Avenida Blasco Ibáñez hasta el parque del Jardín de Viveros y las calles de alrededor.

El resto de ciudades tendrá que esperar a que el modelo se ajuste antes de extenderse y a que Juan Roig compruebe que le resulta rentable la inversión, una de sus obsesiones a la hora de afrontar la expansión de las ‘colmenas’. Así que si vives en algún otro lugar, la web te redirige a la página antigua, mucho menos ágil, más rudimentaria y donde tienes que abrir una cuenta previa, algo que no hay que hacer en la nueva para poder empezar a usarla.

TE PUEDE INTERESAR

Amazon da un paso más: monta peonadas de familias que reparten en su propio coche

Analía Plaza

Esa es una de las claves de la nueva página, que ha limitado al máximo las barreras con el objetivo de que el cliente no tire la toalla durante el proceso por aburrimiento o complejidad. El sistema es tan sencillo como el diseño de la página: un buscador, productos con fotos bien visibles (se puede pinchar para que enseñe la ficha y obtener más datos) y lo que los expertos en 'marketing' digital conocen como llamadas a la acción, es decir, botones para comenzar a interactuar y empezar a llenar el carro de la compra. La web no tiene muchos más secretos.

No vivo en los códigos postales en los que se presta el servicio, pero sí trabajo en uno de ellos, así que planifico el proceso para que me traigan el pedido a la oficina. Hay que tener en cuenta que la compra mínima son 50 euros y que a la factura hay que sumar otros 7,21 euros. En esto no hay cambio, es lo mismo que Mercadona cobraba antes por el servicio a domicilio, el pequeño impuesto revolucionario que aplica Juan Roig al que no quiere o no puede hacer el esfuerzo de acercarse al supermercado y encargarse de su propia compra.

La selección es muy sencilla. Se busca producto, se pincha y se añade directo a la cesta con un solo paso. Ejecutar esta acción ya mete una unidad de producto en la cesta. Un botón de + o - permite aumentar o reducir las unidades de una misma referencia.

La cesta va guardando aunque todavía no te hayas identificado. Cuando has completado la selección es cuando solicita datos personales, correo electrónico y contraseña para activar la cuenta. No pide dirección para crear la cuenta, porque el destino de la entrega puede variar. Es algo que se comunica al final del proceso.

Cómo no sé cómo tratan los frescos, no puedo elegirlos personalmente y es mi primera vez, hago una prueba pequeña: pido cuatro plátanos y dos tomates kumato para ver en qué estado llegan. El precio se marca de forma orientativa por pieza, no por peso. Cuando recibes tu selección y la factura es cuando compruebas cuánto te ha costado.

La compra completa me sale por 69,54 euros, a los que he de sumar los 7,21 euros por el transporte. Leche, productos del hogar, alimentos procesados o envasados, legumbres y muy pocos frescos. Es una prueba y no quiero tirar el dinero por si llegan en mal estado, golpeados o mal seleccionados. 38 productos en total. Aún así la presentación de los frescos en la web es buena. En pescados pueden incluso seleccionarse piezas limpias y cortadas que interpreto que preparan en la pescadería del almacén o la ‘colmena’. No ocurre lo mismo con las carnes que, según la oferta de la web, se venden siempre envasada previamente y no al corte.

Una vez el carro está decidido, pincho y me vuelve a enseñar listado de productos con sus fotos correspondientes, lo que me permite revisar la compra, eliminar o añadir unidades o referencias. Un botón de llamada a la acción con “tramitar pedido” activa la fase final.

Me lleva a rellenar una casilla con la dirección, esto quiere decir que mi cuenta es flexible. Puedo elegir distintos destinos de entrega cada vez en función de mis necesidades siempre dentro de los cógidos postales que permite la colmena laboratorio.

El siguiente paso es la hora a la que quiero que me llegue, Mercadona se compromete a hacer la entrega en intervalos de sesenta minutos. En función de su disponibilidad de transportistas, te indica qué horas tiene disponibles en el momento en que haces el pedido. Son las 19.30 del miércoles y ya no me deja elegir para el día, tengo que irme al jueves. Selecciono para el día siguiente, de 13 a 14 horas, cuando creo que estaré en la oficina. Se puede elegir entre las 7 de la mañana y las 22 horas, lo que permite fijar horarios de conciliación.

Me pide datos de tarjeta y un teléfono de contacto. Le doy al botón de autorizar pago y me dice que ya está. Al contrario que otras webs de 'e-commerce' no hay filtro de seguridad de mi banco para obtener una clave extra y dar por bueno el pago.

Es mi primera vez y he tardado algo más de veinte minutos.

Una vez finalizada la compra, ya 'logueado' en la web de Mercadona con mi cuenta, puedo revisar la trazabilidad del pedido (confirmado, en preparación, en camino, entregado). Se puede modificar una vez confirmado antes de que llegue a la fase de preparación. También se puede anular. La compra genera una lista de productos habituales para futuros pedidos.

Jueves. La entrega se hace en bolsas de plástico fino, grandes y medianas. El frío va cerrado. No son las bolsas de rafia de Mercadona más resistentes y cómodas, por lo que si eliges como lugar de entrega un sitio distinto a tu domicilio debes tenerlo en cuenta porque el transporte posterior no es fácil. El repartidor llega con las bolsas metidas en cestas sobre un carrito de ruedas. Cuando te deja las bolsas se lleva las cestas y el carrito.

El repartidor me cuenta que puede llevar dos tipos de furgonetas, una más pequeña capaz de hacer doce pedidos y otra más grande, para quince entregas. Las furgos han sido adaptadas por una empresa valenciana de carrocerías que se llama Subiela. Llevan tres cajones según el tipo de productos: frescos, secos o congelados, para evitar que se rompa la cadena de frío.

En resumen, una experiencia cómoda que me ha ahorrado un viaje al ‘súper’. Aunque para ser sincero a mí me gusta más la compra física y analógica. Será la edad.

P.S. Los plátanos y los kumato estaban bien

SEO mejorable en velocidad de carga e incoherencia de palabras clave

Mercadona ha preparado una web para recibir un volumen muy elevado de tráfico y ser capaz de soportar la entrada de muchos usuarios. La página es visual y traza bien las rutas para navegar por ella de forma intuitiva. La marca tan consolida de la compañía y su dominio con extensión '.es' facilita la búsqueda de la web en los buscadores. Ocupa ya la primera posición (no pagado) en Google cuando se introduce el término. 

Sin embargo, esto no quita que tenga algunos elementos mejorables a la hora de hacerla todavía más atractiva para el buscador estrella. Así al menos lo destacan herramientas de análisis SEO como Woorank, que otorgan a la nueva página de la cadena líder de supermercados en España una puntuación de 6,7 sobre 10. No llega al notable. 

Aunque alaba el volumen y amabilidad de las URL asociadas al dominio y sus imágenes, esta herramienta desvela que 'mercadona.es' tiene algunos problemas de velocidad de carga y otros elementos negativos más que no la hacen del todo simpática para Google. Según la auditoría, entre los elementos mejorables están la no existencia de un página de aterrizaje cuando se rompe algún enlace, lo que se conoce como páginas 404, que no tenga mapa del sitio o que exista incoherencia en las palabras clave utilizadas para posicionarse y su contenido.