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Ahorrar por hacer la compra: la receta 'fintech' para asegurar las pensiones
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Ahorrar por hacer la compra: la receta 'fintech' para asegurar las pensiones

¿Es factible un modelo digital en que el consumo y acciones sociales como el reciclaje sirvan para complementar la mensualidad que percibimos tras jubilarnos? Muchos creen que sí

Foto: Foto: Corbis.
Foto: Corbis.

Cuando cada vez hay más gente preocupada por el futuro de su pensión, hay quien se empeña en que los políticos descubran nuevos métodos de ahorro que ayuden al pequeño contribuyente (o al escaso ahorrador) a aumentar su quizás exigua jubilación futura. Tal vez muchos no puedan permitirse un plan de pensiones privado, pero cada día consumen para comprar el pan, llenar el depósito de gasolina o generar desperdicios que hay que reciclar. Para todos ellos hay una propuesta desde el ‘fintech’, el ramo de las empresas emergentes de tecnología financiera.

Foto: Juanjo Feijóo y Javier Cortés trabajan como vicepresidente de operaciones y controller financiero de Instacart, respectivamente.

La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) ha pedido a la comisión del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados una comparecencia para presentar un sistema de ahorro gratuito compatible con el sistema de pensiones, con el objetivo de aliviar la carga de este. El ahorro se llevaría a cabo mediante las propias compras que cada persona hace a diario y mediante ciertas actividades que generan otros beneficios, como el reciclaje o el ahorro energético.

Para ello, habría que contar con la colaboración de empresas o comercios que quisieran prestarse, que a su vez se beneficiarían de participar. Según consideran desde la asociación, más clientes acudirían a ellos para consumir si supieran que están contribuyendo de ese modo a mejorar sus pensiones.

El dinero generado formaría parte de una cuenta gratuita (aunque con gastos de gestión ‘online’) que seguiría el modelo de los planes de pensiones o de ahorro tradicionales. De hecho, según la propuesta de AEFI, este plan sería como un depósito tradicional, gestionado a través de una plataforma digital. Habría un tope de microaportaciones, vinculadas a la declaración de la renta.

José Luis Orós, miembro de la asociación, es el encargado de informar sobre la iniciativa para que el legislador conozca qué se está haciendo en este sentido, “porque antes de opinar, de apoyarlo o de regularlo en su caso, lo tiene que conocer”, cuenta a Teknautas. “Queremos comunicar al legislativo y al ejecutivo que existe innovación en el mundo financiero, que la banca tradicional tiene alternativas, tiene otra manera de hacer las cosas. Las ‘fintech’ y las ‘insurtech’ son un agente de innovación que puede hacer que la economía real llegue a grandes sectores de la población, no solamente a los financieros, a gente que esté especializada en finanzas o que trabaja habitualmente con inversión, sino a todo el mundo, porque a todo el mundo le afecta la pensión”.

La banca tradicional tiene alternativas. Las ‘fintech’ y las ‘insurtech’ son un agente de innovación

Además de dar a conocer la actividad de las ‘startups’ que integran la asociación (más de 80), el objetivo principal es hacer una propuesta de cómo conseguir “un pilar de ahorro ciudadano” que valore el consumo y la responsabilidad social: el objetivo es que algunas empresas premien “con céntimos” acciones de reciclaje o ahorro. Sería un ahorro personal, de huchas individuales, con la garantía de un depósito convencional.

Los promotores de la iniciativa son conscientes de que puede verse “un aspecto perverso” tras la iniciativa: “Que el que consuma más pueda ahorrar más”. Se refieren con ello a las personas que puedan permitirse adquirir productos de alta gama como, por ejemplo, coches u otros vehículos. Por ello, proponen que “un porcentaje de la declaración de la renta sea el límite de aportaciones gratuitas que pueda realizarse a estos productos de ahorro”, para evitar que quien compre un deportivo último modelo de importación (un ejemplo que menciona el propio Orós) pueda sacar un beneficio extra a su cuenta de consumo.

Así, la propuesta va más dirigida a ese sector de la población que no consigue ahorrar a pesar de percibir un salario y no al que, en opinión de Orós, habitualmente se dirige el sector financiero, “que es quien tiene un patrimonio, tiene una capacidad de ahorro o tiene un plan de pensiones porque le pueden pasar una cuota”. El objetivo de AEFI es dotar de un instrumento a “los que no han podido empezar a ahorrar. ¿Cómo? Premiando la acción medible”. Estas aportaciones no serían un sustituto de la pensión pública, sino un complemento.

De acuerdo a la última 'Encuesta financiera de las familias' realizada por el Banco de España, las familias de rentas altas han podido tener una mayor capacidad de ahorro durante la crisis. Así, su patrimonio financiero ha crecido, pero no porque se hayan revalorizado sus activos durante este periodo, sino porque simplemente disponían de más dinero para guardar. Por otra parte, a la hora de contratar un plan de pensiones, hasta un 60,5% de los hogares de renta alta lo tenían, mientras que entre los de renta baja solo había un 5%.

La 'startup' española que promueve ese modelo

Mientras tanto, Pensumo, la empresa de la que Orós es CEO, promueve ya ese ahorro para la jubilación. El usuario se abre una hucha y comienza a llenarla con su compra en comercios afiliados o mediante retos como reciclar y ahorrar energía. De momento, está disponible en establecimientos de muy pocas localidades españolas, como Zaragoza, Vitoria, La Vall D’Uixó (Castellón) o Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Con las cantidades que se van sumando, se crea un plan de ahorro.

Sin embargo, Orós quiere aclarar que la propuesta al Pacto de Toledo no debe vincularse solo a Pensumo: “Es un modelo de negocio nuevo. Los modelos de negocio no son protegibles, o sea, saldrán más empresas con variantes distintas que harán eso”.

El propio Orós cita una iniciativa similar en México: el Senado del país ha estudiado Millas para el Retiro, una idea parecida a la Pensumo que también vincula las compras cotidianas a las pensiones. “Es como una tarjeta de redondeo”, por la cual se añaden unos céntimos al 'afore' (como se llama en México al banco que administra la pensión) cuando los usuarios van al cine o repostan gasolina. Al proyecto le falta también el apoyo de grandes empresas.

Mientras tanto, la AEFI todavía no tiene una fecha para comparecer ante los diputados, así que habrá que esperar para saber la opinión de sus señorías y también para ver si, algún día, se populariza la fórmula para añadir a nuestras cotizaciones los céntimos que nos sobren tras comprar una barra de pan o rellenar el depósito de gasolina. Y no solo eso, sino que el marco legislativo promueva el surgimiento de ‘apps’ entre las que elegir y la adhesión de comercios donde llenar nuestra particular hucha de las pensiones.

Cuando cada vez hay más gente preocupada por el futuro de su pensión, hay quien se empeña en que los políticos descubran nuevos métodos de ahorro que ayuden al pequeño contribuyente (o al escaso ahorrador) a aumentar su quizás exigua jubilación futura. Tal vez muchos no puedan permitirse un plan de pensiones privado, pero cada día consumen para comprar el pan, llenar el depósito de gasolina o generar desperdicios que hay que reciclar. Para todos ellos hay una propuesta desde el ‘fintech’, el ramo de las empresas emergentes de tecnología financiera.

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