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El futuro de Cálico Electrónico depende de ti… y del crowdfunding
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piden unos 2.500 EUROS POR CAPÍTULO

El futuro de Cálico Electrónico depende de ti… y del crowdfunding

La serie que se convirtió en un fenómeno de internet intenta sobrevivir diez años después de su estreno con las aportaciones de los fans y el crowdfunding

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Fue un fenómeno en internet cuando ni siquiera existía Youtube y empezábamos a chatear con un programa llamado Messenger. Cálico Electrónico se adelantó a muchas cosas y se convirtió en una referencia en animación flash. Humor cañí que se dio a conocer por el boca a boca y que llegó a estrenar sus capítulos en elmundo.es. Pero, como a todos, le pilló la crisis. En 2010, este superhéroe regordete tuvo que bajarse del carro del éxito, guardar su traje de licra en el armario durante dos años y convencerse de que era imposible estrenar una cuarta temporada.

Hasta que vino a salvarle Informática 64. “¿Un mundo sin Cálico? Imposible”, llegó a pensar Chema Alonso, que compró los derechos y consiguió un patrocinador para estrenar nuevos capítulos. Pero la financiación se volvió a acabar, Informática 64 desapareció y el superhéroe se preparaba ya para colgar la capa en la percha. Hasta que surgió una nueva oportunidad.

La editorial 0xWord se quedócon los derechos, lanzóel primer capítulo de la quinta temporada y recurrióa los fans para los siguientes. Niko -creador yculpable del nacimiento de la serie- ha tenido que apuntarse al crowdfunding. Cada capítulo es un proyecto nuevo que necesita entre 1.500 y 2.500 euros;de eso depende la supervivencia de la quinta temporada.

placeholder (calicoelectronico.com)

Niko y todo el personal que está detrás de la serie han conseguido financiación para dos de ellos, que ya se pueden ver en su web y su canal de Youtube. Este dinero sólo cubre una parte de lo que cuesta un capítulo de animación; un minuto de creación puede rondar entre los 1.000 y los 6.000 euros.

La única alternativa

“No había otra opción”, cuenta Niko, “Los patrocinadores ya no miran el producto sino las visitas y prefieren a los youtubers, que sacan un vídeo cada día. Cálico estrena capítulo cada dos meses y ellos prefieren la inmediatez a unir la marca a un producto tan conocido”.

La historia de la serie de animación ha sido una montaña rusa. De un personaje que se creó para un banner, pasó aconvertirse en un fenómeno viral con merchandising propio y acabó con el cierre de Nickodemo, la empresa que creó la historia, y su desaparicióndurante dos años del panorama de internet.

“Estábamos haciendo la serie para televisión cuando vino la crisis. Además, la empresa se hizo muy grande y no tuvo capacidad para hacerse pequeña y sobrevivir”, apunta su creador. En su punto más álgido llegaron a tener 200 millones de visitas, “aunque dejamos de contarlas entre 2007 y 2008. Incluso hubo un día que el servidor petó con el estreno de un capítulo. Es imposible saber cuánta gente nos vio”.

Video embebido

Movistar y Telepizza (con los llamados capítulos Telepis) se hicieron eco del fenómeno hasta la quiebra en 2010. “¿Perdiste mucho dinero tras el cierre de la empresa? La dignidad”, bromea Niko. “En realidad no tengo ni idea porque todo lo que ganábamos lo reinvertíamos. No pensamos nunca en explotar la gallina de los huevos de oro, cerrar el chiringuito y repartir el dinero.Siempre intenté que esto no fuera la moda del verano”.

“¿Y económicamente sobreviviste al cierre? Sí, es que mi padre es millonario”, vuelve a bromear Niko. Cálico fue para él una forma de diversión pero también una plataforma increíble para su trabajo. “Hago series de animación para otra gente, sobre todo en Sudamérica, porque aquí la cosa está muy mal. Esta serie ha permitido que cuando me llaman para encargarme algo me digan directamente ‘haz lo que tú quieras’”.

Humor cañí

Para Niko, el secreto del éxito hace diez años fueron varios factores. Un producto nuevo, en un formato nuevo (el flash), que coincidió con el boom de los ordenadores en casa y, sobre todo, ese humor cañí único que podría surgir en una reunión de amigos.

Cálico es el Torrente de la animación: gordo, feo y sin superpoderes que intenta combatir a los villanos como puede, con cachivaches de Electronicaweb, la página de internet que le vio nacer como mascota.

Al superhéroe cañí le acompaña un elenco de personajes que se han convertido en coprotagonistas indiscutibles. El Lobohombre, los niños mutantes de San Ildefonso (que aparecieron en un capítulo y se quedaron), la ladrona sensual, los pelusos carambanales o los mismísimos Doraemon y Nobita, que tuvieron que cambiar su nombre y aspecto por una demanda de copyrigth.

Las voces de estos personajes son amigos de Niko,el propio Niko, youtubers o fans de la serie que acaban poniendo ganas ysentimiento. Chema Alonso, el rescatador de la serie, también tiene su hueco con Maligno.

Diez años de Cálico

En septiembre este personaje cumplirá 10 años. Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Creado en flash, pesaba 2MB -la mayor parte por culpa del sonido- y era imposible bajarlo dado el ancho de conexión a internet de entonces.“Antes no había competencia y el humor de aquí gustaba. Hoy ya tiene más calidad y, por supuesto, el flash ya casi no existe”.

Lo que no ha cambiado son las ganas de trabajar de Niko y sus colaboradores. “¡Si es que pongo los personajes y los gags me salen solos!”-apunta-.” Y sino, se les ocurre a los dobladores”. Hoy su supervivencia depende de dos cosas: adaptarse a los tiempos (ya tienen Facebook y Twitter) y de las aportaciones de fans.“En realidad, esta serie siempre ha dependido de ellos porque si no quieren que haya más Cálico, no se hará”.

Fue un fenómeno en internet cuando ni siquiera existía Youtube y empezábamos a chatear con un programa llamado Messenger. Cálico Electrónico se adelantó a muchas cosas y se convirtió en una referencia en animación flash. Humor cañí que se dio a conocer por el boca a boca y que llegó a estrenar sus capítulos en elmundo.es. Pero, como a todos, le pilló la crisis. En 2010, este superhéroe regordete tuvo que bajarse del carro del éxito, guardar su traje de licra en el armario durante dos años y convencerse de que era imposible estrenar una cuarta temporada.

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