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El médico que atenderá a los 'sin tarjeta'
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500 MÉDICOS YA HAN REGISTRADO SU OBJECIÓN PARA ANTENDER INMIGRANTES

El médico que atenderá a los 'sin tarjeta'

“No concibo dejar de atender a un paciente porque no tenga la tarjeta sanitaria, como no distingo por sexo, edad, nivel de renta ni raza”. Quien

Foto: El médico que atenderá a los 'sin tarjeta'
El médico que atenderá a los 'sin tarjeta'

“No concibo dejar de atender a un paciente porque no tenga la tarjeta sanitaria, como no distingo por sexo, edad, nivel de renta ni raza”. Quien habla es uno de los 500 médicos de familia que ya se han acogido a la objeción de conciencia para seguir atendiendo a los inmigrantes irregulares.

Tiene 36 años y lleva 11 ejerciendo como médico de familia y comunitario. Prefiere que su nombre no aparezca porque lo que quier hacer, atender a todos los pacientes, es, hoy por hoy, ilegal. Por ello, para hablar con este periódico solo ha puesto un requisito: preservar su identidad. “La objeción de conciencia es ilegal, un fraude a la Hacienda Pública y no quiero que me obliguen a dejar de hacer mi trabajo”, apunta.

"Nuestro trabajo es atender a la gente, pero los políticos cada vez nos lo ponen más difícil”. En los últimos meses su día a día en la consulta ha cambiado mucho. Esta semana recibió la visita de un paciente con sida a quien le han suspendido el tratamiento que ya estaba recibiendo en el Hospital Clínico por no tener el NIE (Número de Identidad de Extranjero). “Llegó desesperado, preguntándome qué podía hacer. En casos de tanta gravedad la única solución es recurrir a los favores. Afortunadamente tengo muchos amigos especialistas a quienes si les explico la urgencia asisten al paciente”.

Este es un ejemplo de que “la sanidad está dejando de ser un derecho universal”. La ministra Ana Mato aseguró que, pese a las modificaciones legales incluidas en el Sistema Nacional de Salud, los inmigrantes en situación irregular infectados por el virus del sida o enfermos de cáncer tendrán la asistencia sanitaria "cubierta". “La palabra de los políticos no vale, la verdad es que los enfermos ya sufren discontinuidad en los tratamientos y en el seguimiento de sus dolencias”, denuncia el medico.

Herramientas para que los médicos puedan atender a todo el mundo 

Desde que se aprobará el R.D. 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, han surgido diferentes asociaciones que ofrecen alternativas a los médicos y a sus pacientes para mantener la atención sanitaria. Una de estas iniciativas es Yo sí, sanidad universal, que facilita herramientas legales para que ningún ciudadano se quede sin asistencia. 

Las alternativas que ofrecen estas asociaciones son una ayuda, pero no una solución por los inconvenientes que existen. “Los médicos podemos redactar un informe para derivarlos al especialista y una carta al Director General de Asistencia Sanitaria haciéndole responsable de lo que le suceda al paciente, pero este procedimiento implica un tiempo de espera del que la mayoría de los enfermos no disponen porque lo normal es que nadie de la Administración responda a este tipo de solicitudes”.

Otro de los inconvenientes es que mecanismos semejantes no sirven para personas con enfermedades comunes. A la consulta de este médico empiezan a llegar, por ejemplo, las consecuencias del copago. “Se presentó un señor mayor, que tiene que tomar diferentes pastillas para la tensión, el colesterol, la circulación… y me preguntó cuál era menos importante para dejar de tomársela porque ya no podía pagar todas”.

Ante situaciones de este tipo los pacientes también pueden actuar. “Los ilegales son menos proactivos, se muestran reticentes a presentar reclamaciones y se resignan”. Para superar esta barrera se están creando grupos de acompañamiento, gente que presenta la documentación por el afectado o le apoya en el momento del trámite. “La solidaridad va a ser fundamental en los próximos años”, zanja el facultativo.

“Se me acaba mi hueco en la sanidad pública”

La reforma sanitaria modifica también la especialidad de medicina familiar, que surge como respuesta a las necesidades de la población en cuestiones de atención sanitaria cercana, tareas preventivas en el medio familiar y su entorno y como una manera de equilibrar el desarrollo del modelo sanitario, muy focalizado en la atención hospitalaria. “Yo elegí esta especialidad por vocación, porque me gusta estar cerca de la gente pero cada vez nos alejan más del paciente y se me acaba mi hueco en la sanidad pública española”, lamenta.

Este escenario, sumado a los recortes de los salarios y la reducción de personal, hace que Gabriel se esté planteando irse a Latinoamérica, donde están viviendo el proceso contrario, “y así poder trabajar en un sistema sanitario que no excluya a nadie”. 

“No concibo dejar de atender a un paciente porque no tenga la tarjeta sanitaria, como no distingo por sexo, edad, nivel de renta ni raza”. Quien habla es uno de los 500 médicos de familia que ya se han acogido a la objeción de conciencia para seguir atendiendo a los inmigrantes irregulares.