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Obrero, parado y look de 'chico Martini'
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SE BUSCA "GENTE NORMAL" PARA NUEVOS ANUNCIOS

Obrero, parado y look de 'chico Martini'

El horno no está para bollos en la vieja Europa. Son poco los rincones que escapan de los conceptos de recorte, ajuste, tijera, desplome, recesión, paro,

Foto: Obrero, parado y look de 'chico Martini'
Obrero, parado y look de 'chico Martini'

El horno no está para bollos en la vieja Europa. Son poco los rincones que escapan de los conceptos de recorte, ajuste, tijera, desplome, recesión, paro, etc. Los símbolos del lujo y el buen vivir están de capa caída y pocos consiguen identificarse con algo que apenas llegan a concebir en sus mejores sueños. Un ejemplo de esto podría ser Martini, famoso en sus anuncios por los smokings, las modelos, los deportivos, las gafas de sol y la Italia de ensueño y las mejores películas de Cinecittà. Hoy la popular marca ha decidido bajar a la tierra y renovar su imagen buscando entre las clases populares, especialmente obreros, parados y estudiantes.

Es su oportunidad. Un hombre de a pie, un chico de barrio, un obrero sin obra, o un estudiante experto en hacer malabarismos para llegar a fin de mes. Usted puede ser el próximo ‘chico Martini’, algo que hasta hace bien poco parecía totalmente inalcanzable. El único requisito es que tenga más de 25 años y se arme de valor para presentar tu candidatura mediante un video convincente. El premio no sólo podía ser metálico, que no es poco, con una ganancia de 150.000 euros, también podrá besar a diez modelos de ensueño para meterse del todo en el papel.

Martini huye así del lujo al que siempre nos tuvo acostumbrados. George Clooney y un toro de hielo, el modelo brasileño Thiago Alves, un anónimo con corbata y gafas de sol por los canales de Venecia o escotes de vértigo en las inmediaciones de una Fontana di Trevi en blanco y negro. “La gente ya no desea ser un imponente chico Martini, el sueño es tener un buen empleo y conseguir llegar a fin de mes”, ha sido el lema que han esgrimido algunos de los creativos, responsables de la nueva campaña.

Por el momento el éxito está siendo rotundo y la participación entre los usuarios de las redes sociales supera las previsiones de la multinacional. Los próximos días 22 y 23 de septiembre tendrá lugar en Milán el primer casting de ‘besadores’. También se llevarán a cabo procesos de selección hasta el mes de octubre por Internet entre todos aquellos que hayan formalizado su solicitud.

Huyendo de los estereotipos

Lo que queda claro después de echar un vistazo a las decenas de candidaturas subidas a la página de Martini en Facebook es que el próximo emblema de la compañía se va a salir de todo lo esperado. Por ahora, el candidato más votado es un estonio de unos treinta años de nombre Tom-Olaf. Su particular campaña electoral está basada en un vídeo sobre un velero, primeros planos de su boca y una declaración de intenciones “no creo en la suerte, si quiero conseguir algo salgo y lo consigo”.

Junto a él también se batirá en este particular duelo Cristiano Blanco, también treintañero, un romano que a ritmo de Coldplay pide el voto tirando de galería fotográfica que en Hollywood se siente como en casa. También de Italia, Arturo Calindri completa el podio de los más votados. Este perfil es un tanto diferente. Con un aire que recuerda inevitablemente a Mario Bros, la treintena bien entrada y unas Ray Ban por montera, se presenta con un monólogo en italiano en el que explica sus motivos para ser próxima imagen de la popular bebida. Todo vale a la hora de persuadir y raspar un puñado de votos.

Martini es un símbolo de sofisticación, estilo y buen gusto, presente desde hace más de 140 años en la vida de los italianos y en todo el mundo. La relación entre la marca y la publicidad ha dado auténticas obras de arte en las últimas décadas. Una de las más famosas data de 1996 en un popular anuncio en el que se acuñó el concepto de “chico Martini”. En tiempos de crisis toca reinventarse y cambiar el smoking por el mono de obra y las gafas de sol por la cartilla del paro. Todo ello en una estrategia para sentirse más identificado y próximo al producto. Así las cosas parece que, por ahora, George Clooney tendrá que conformarse con seguir vendiendo cafeteras mientras negocia con el cielo.

El horno no está para bollos en la vieja Europa. Son poco los rincones que escapan de los conceptos de recorte, ajuste, tijera, desplome, recesión, paro, etc. Los símbolos del lujo y el buen vivir están de capa caída y pocos consiguen identificarse con algo que apenas llegan a concebir en sus mejores sueños. Un ejemplo de esto podría ser Martini, famoso en sus anuncios por los smokings, las modelos, los deportivos, las gafas de sol y la Italia de ensueño y las mejores películas de Cinecittà. Hoy la popular marca ha decidido bajar a la tierra y renovar su imagen buscando entre las clases populares, especialmente obreros, parados y estudiantes.