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Europa elimina la limitación de velocidad, pero Cataluña quiere poner los 40 km/h en la autopista
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ACCEDER A BARCELONA SE CONVIERTE EN UN INFIERNO

Europa elimina la limitación de velocidad, pero Cataluña quiere poner los 40 km/h en la autopista

Acceder a Barcelona por carretera puede resultar una pesadilla. Desde el verano del año pasado, los conductores que quieren acceder a la ciudad condal lo tienen

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Europa elimina la limitación de velocidad, pero Cataluña quiere poner los 40 km/h en la autopista

Acceder a Barcelona por carretera puede resultar una pesadilla. Desde el verano del año pasado, los conductores que quieren acceder a la ciudad condal lo tienen que hacer en una procesión de coches a 80 km/h máximo. Esta medida fue vendido como uno de los grandes logros de los ecosocialistas catalanes capitaneados por Joan Saura, un éxito que les ha sabido a poco, ya que a partir de este jueves van a instaurar un nuevo sistema que podrá acotar la velocidad de los vehículos que entren en la ciudad hasta los 40km/h, en vías que anteriormente se podía circular a 120 km/h. O sea, en las entradas a Barcelona (medida que podría ser extensible a otras ciudades) en un radio de aproximadamente entre 20 y 30 kilómetros de la metrópoli.

A esa velocidad, en una vía con cuatro carriles casi desierta la mayor parte del día, las horas se hacen eternas. Pero si alguien sobrepasa el límite, ya puede preparar la cuenta corriente, porque Interior no perdona. La penalización al ciudadano y el cobro de multas es el servicio que mejor funciona no ya en la Administración autonómica, sino en la central y municipal.

 

Según ICV, con estas medidas se consigue una menor siniestralidad, menos atascos y un aire más limpio. Unas afirmaciones que, sin embargo, no han sido secundadas por asociaciones como el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), que opinan que “son extremas y que no aportan soluciones reales” a los macro-atascos para acceder a la ciudad en horas punta.

De hecho, un estudio realizado en Holanda, país por el que Saura siente predilección como ejemplo de ecologismo, ha dado marcha atrás a la aplicación de la reducción de velocidad en las carreteras que circunvalan las grandes ciudades. En el estudio realizado durante el 2005 en las metrópolis de Ámsterdam, Rótterdam, Voorburg y Utrech, y publicado en 2006, se concluye que con estas medidas aumentan los atascos y no hay ninguna mejora en el aire. Todo lo contrario de los que predica el tercer socio del Tripartito.

Hace poco más de un mes, Saura hizo públicos los números de su exitosa medida: había bajado un 4% la polución en el área metropolitana. Teóricamente, se refería a que ello era debido a su medida de reducir la velocidad. Toda la oposición le sacó de su error: había bajado el tráfico más de un 4% porque muchos ciudadanos prescindían del coche para sus desplazamientos. El número de vehículos detectados por los controles así lo atestiguaban.

Incluso dentro del gobierno Tripartito hay voces discrepantes frente a estas medidas. El Consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, del PSC, entendido en la materia, ha declarado que el Servicio Catalán de Tráfico “debería reconsiderar la posibilidad de aplicar una velocidad variable al alza”. Nadal argumentó que “no debería suponer ningún problema que se circulara en las vías que circunvalan Barcelona a más de 80 km a según que horas”. Las declaraciones del Consejero han sentado mal dentro del Tripartito, ya que es una forma nada velada de que el PSC desacredite a ICV.

En contra de la reducción tan drástica de velocidad, que obliga a los conductores a pegar frenazos para adecuar la velocidad a las normas y no ser víctimas de los números radares instalados en los accesos a Barcelona, también se han pronunciado los partidos de la oposición, CiU, PP y Ciudadanos.

Medida recaudatoria

Los populares catalanes consideran que ésta es una medida “impresentable” y que “sólo tiene voluntad recaudatoria”. Para los convergentes, según ha declarado el diputado y ex consejero de Medio Ambiente, Ramón Espadaler, “es una imposición pura y dura” que “no se ha podido debatir en el Parlamento catalán”. Espadaler añade que “no se ha demostrado la correlación directa entre la reducción de velocidad y contaminación”

La eliminación de la limitación a 80 es ahora una de las banderas electoralistas que se ha apropiado CiU. Artur Mas, líder de la coalición nacionalista, ha prometido que suprimirá la medida si llega a presidir la Generalitat en las próximas elecciones, promesa que también ha hecho Xavier Trias en el ayuntamiento de Barcelona si él llega a ocupar el sillón de alcalde. Mientras tanto, los sufridos conductores sin saber si están ayudando al medio ambiente o no, tienen que armarse de paciencia mientras van a paso de tortuga para entrar en la ciudad.

Acceder a Barcelona por carretera puede resultar una pesadilla. Desde el verano del año pasado, los conductores que quieren acceder a la ciudad condal lo tienen que hacer en una procesión de coches a 80 km/h máximo. Esta medida fue vendido como uno de los grandes logros de los ecosocialistas catalanes capitaneados por Joan Saura, un éxito que les ha sabido a poco, ya que a partir de este jueves van a instaurar un nuevo sistema que podrá acotar la velocidad de los vehículos que entren en la ciudad hasta los 40km/h, en vías que anteriormente se podía circular a 120 km/h. O sea, en las entradas a Barcelona (medida que podría ser extensible a otras ciudades) en un radio de aproximadamente entre 20 y 30 kilómetros de la metrópoli.