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Otro giro en el asesinato del niño Grégory Villemin: el juez del caso aparece asfixiado
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uno de los sucesos más mediáticos de francia

Otro giro en el asesinato del niño Grégory Villemin: el juez del caso aparece asfixiado

Jean-Michel Lambert ha sido encontrado muerto en su casa con una bolsa en la cabeza. Muchos le consideran responsable del desastre judicial de un caso que lleva 32 años sin resolverse

Foto: A la izquierda, el momento en que se encontró el cadáver de Grégory. A la derecha, una imagen del juez Jean-Michel Lambert.
A la izquierda, el momento en que se encontró el cadáver de Grégory. A la derecha, una imagen del juez Jean-Michel Lambert.

Hace 32 años Grégory Villemin apareció atado de pies y manos en el río Vologne, al noroeste de Francia. Acababa de cumplir cuatro años. Ahora, uno de los casos más mediáticos del país vuelve a primera línea. Lo hace solo un mes después de que el pasado junio nuevos indicios y detenciones volvieran a desenterrar un caso que lleva tres décadas sin resolverse. Y es que Jean-Michel Lambert, el primer juez encargado de la investigación, ha aparecido muerto en su domicilio con una bolsa en la cabeza atada con un pañuelo.

Para muchos fue uno de los responsables del desastre judicial de este caso, ya que bajo sus pesquisas cometió errores como encarcelar a un inocente que después fue asesinado a tiros por el padre del niño. Según las primeras investigaciones, todo apunta a que Lamberts se habría suicidado en su despacho. En la vivienda no se han hallado indicios de allanamiento ni de forcejo.

El caso de Grégory Villemin le llegó de rebote y muy joven. Tenía poco más de 30 años cuando el cadáver fue encontrado a varios kilómetros de su casa después de que sus padres, Jean-Marie y Christine, recibieran una llamada anónima el 16 de octubre de 1984 en que se les advertía de que su hijo había sido raptado y arrojado al río. Tras varias horas de búsqueda, el cadáver fue encontrado. Para Jean-Michel Lambert era su primer caso importante, siendo, además, el único juez de instrucción que había en la zona.

Las investigaciones de Lambert se centraron en el primo del padre, Bernard Laroche, al que se culpó de asesinar al niño tras el testimonio de su hermana Muriel. Poco después, fue puesto en libertad por falta de pruebas pero el padre de Grégory Villemin juró venganza. Convencido de su culpabilidad, en marzo de 1985 cogió una escopeta de caza y le pegó un tiro cuando salía de trabajar. Fue condenado a cinco años de cárcel.

Las pesquisas continuaron y varios grafólogos analizaron durante meses la letra de las notas que la familia del niño recibía desde el día después de su asesinato. La compararon con la de varios familiares y encontraron una coincidencia. Los expertos identificaron a la madre de Grégory, Christine, como autora de los anónimos. Tras varios años de acusaciones, finalmente fue declarada no culpable en 1993, nueve años después del asesinato de su hijo, por "ausencia total de pruebas". Varios errores judiciales y policiales obligaron al Estado a indemnizar a los padres de Grégory con 35.000 euros. Tras cometer estos errores, regresó al anonimato de las salas de audiencia y se dedicó a la escritura.

Tres familiares detenidos en junio

El caso se cerró poco después, pero se reabrió en el año 2000. Se hicieron pruebas de ADN de los sellos de cada de las cartas que recibieron los padres del niño, pero ninguno de los resultados fueron concluyentes. De nuevo, el caso se cerró y volvió a abrirse en 2008 para analizar la cuerda con la que se le ató de pies y manos, pero tampoco las pruebas determinaron quién era el culpable.

Hasta la fecha se han tomado más de 400 muestras de ADN, se ha interrogado a un centenar de potenciales testigos y se han recibido casi 2.000 mensajes anónimos. Pero no fue hasta el pasado mes de junio cuando varios familiares fueron detenidos: el tío del padre de Grégory, su mujer, la cuñada de Jean-Marie Villemin. Los tres pasaron varios días en prisión preventiva. A ellos hay que sumar el largo interrogatorio al que fueron sometidos los abuelos de Grégory, Monique —cuyo estado de salud no le permite ser encarcelada— y Albert Villemin. Según fuentes policiales, las detenciones se realizaron por "complicidad en asesinato", no denunciar el crimen y negar la asistencia a una persona que está en peligro. Con estas acusaciones se cree que los tres participaron, de una manera o de otra, en el asesinato del pequeño.

Hace 32 años Grégory Villemin apareció atado de pies y manos en el río Vologne, al noroeste de Francia. Acababa de cumplir cuatro años. Ahora, uno de los casos más mediáticos del país vuelve a primera línea. Lo hace solo un mes después de que el pasado junio nuevos indicios y detenciones volvieran a desenterrar un caso que lleva tres décadas sin resolverse. Y es que Jean-Michel Lambert, el primer juez encargado de la investigación, ha aparecido muerto en su domicilio con una bolsa en la cabeza atada con un pañuelo.

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