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"Oh my God, corralito en Escocia"
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TEMEN QUE LA INDEPENDENCIA PROVOQUE EL PÁNICO

"Oh my God, corralito en Escocia"

Los bancos han movido silenciosamente dinero al norte de la frontera por si una victoria del "sí" hace cundir el pánico y lleva a los escoceses a vaciar sus cuentas

  • “Oye ¿has sacado tu dinero?
  • “No… ¿por qué?”
  • "¿Y si al final sale la independencia?, ¿y si al final hay viernes negro?”
  • “¡Oh my God…. Corralito!”

Escocia se levanta hoy siendo parte del Reino Unido. Mañana, sin embargo, la realidad podría ser otra. Desde que se firmó el Acuerdo de Edimburgo hace dos años, las encuestas tan sólo han puesto en riesgo la Unión en dos ocasiones. Pero los sondeos, sondeos son. Y llegado el momento de la verdad, surgen los nervios de última hora. ¿Y si al final gana la independencia?

La conversación con la que empieza esta crónica es real. Ian y Harry se conocieron en la universidad de Glasgow. El primero se fue luego a Londres y ahora trabaja en la City. El segundo se quedó en Escocia y hoy votará en un histórico referéndum que se mira con lupa desde Cataluña. La Unión de los últimos 307 años podría desaparecer y, atendiendo a las frases de los políticos, “lo haría para siempre”.

“Sé de gente que estudió aquí y que ahora vive en Inglaterra y ha vaciado sus cuentas, pero la verdad yo no me lo había plateado… ¿en serio es para tanto?”, pregunta Harry. Su amigo tiene claro lo que haría si estuviera en su lugar. En las últimas semanas, los bancos han ido moviendo sigilosamente dinero al norte de la frontera en caso de que cunda el pánico si finalmente gana la secesión y la gente decide retirar sus ahorros.

El Banco de Inglaterra se ha comprometido a apoyar el proceso de 18 meses acordado hasta que se declare formalmente la independencia. Pero los miedos de última hora asaltaron a muchos de madrugada.

Se aproximan los monstruos

“Es como si los últimos titulares se acercaran como monstruos”, recalca Harry. Financial Times: “Las inmobiliarias obligadas a introducir cláusulas de salida en los contratos de inmuebles comerciales en Escocia, que permitirían a los compradores renegociar las condiciones si los votantes optan por la independencia”.The Times: “Los temores a lo que pueda pasar con el histórico plebiscito han llevado a la mayor liquidación de inversiones británicas desde el colapso de Lehman Brothers en 2008. Cerca del 17 mil millones de libras en acciones del Reino Unido, bonos y otros activos financieros han sido retirados durante el mes pasado”.

Lo cierto es que es una sensación extraña cuando uno hacecosascotidianas pensando que podría ser así por última vez. En este caso, cosas como pagar en libras o coger un tren de Londres a Edimburgo sin necesidad de presentar pasaporte.

Atravesando la frontera piensoqué pasará con Gretna Green, el pueblo de la “bodas furtivas”. Cuando en 1754 Inglaterra estableció los 21 años como edad mínima para contraer matrimonio, la norma no se aplicó en Escocia y los más jóvenes se fugaban hasta la frontera para sellar su amor. El año pasado se celebraron 3,620 enlaces. Los novios ya no son furtivos. Se limitan a seguir la tradición.

Pero ¿qué pasará en caso de secesión?, ¿los que están en búsqueda y captura intentarán refugiarse en el que será ya un país extranjero, con nuevas leyes y nuevas normas? ¿Será una frontera como la de Irlanda del Norte en la época de losTroubles?

Las preguntas se acumulan en mi cabeza hasta que comienzo a escuchar la conversación de los mochileros que van en el asiento de delante del vagón. Vienen de Canadá y me parece casi una metáfora que justo hoy vayan para Escocia. No puedo evitar preguntarles por Quebéc. “Allí la gente también vivió con mucha pasión el referéndum. Pero ahora las cosas han cambiado y las encuestas dicen que sólo el 40% está a favor de la independencia. Pero bueno, allí Quebéc está en medio del país y la separación geográfica habría sido problemática…. Aquí Escocia está en la punta y puede ir más por libre”, dice uno de ellos.

En la conversación se mete Caroline, una activista de 61 años que hoy votará a favor de la independencia “para poderse quitar del medio los submarinos Trident”. “He luchado toda mi vida en contra de lo nuclear y ahora al fin lo he conseguido”, dice.Está convencida de que ganará la secesión. “Seré más pobre, o eso dicen, pero seré independiente. Y ojo que no tengo nada en contra de Inglaterra, pero quiero ser independiente”. Lo tiene claro.

Cuando le pregunto por sus argumentos sale a relucir el Sistema Nacional de Salud (NHS).Discutimos las privatizaciones y las promesa que ha hecho Londrespara que, en caso de unión, Edimburgo gestione sus hospitales;como pasa ya en la actualidad, básicamente. Y al debate se suma Danny (nombre ficticio), un estudiante de medicina que aún no sabe cuál va a ser su voto.

“Yo estoy en contra de las privatizaciones que quiere imponer Londres, pero eso es tan sólo una de las cuestiones que me preocupan. La verdad es que estoy hecho un lio. Por una parte quiero la independencia. Por otra parte no la veo compatible con la globalización actual. Por una parte quiero preservar el NHS, por otra veo imposible salvarlo sin la unión… son muchos factores… no sé,creo que votaré por la unión… pero no pongas mi nombre en el artículo”.

Ni siquiera le había preguntado por el apellido, pero cumplo mi palabra. Sus miedos vienen a confirmar las teorías de los analistas:muchos de los que dicen en público que votarán por la independencia, pondrán luego hoy su cruz para la unión. Y muchos de los indecisostienen las cosas más claras de lo que puede parecer.

Hasta que se conozcan los resultados definitivos a las 6 de la madrugada del viernes (hora local) la estatua de la libertad pintada de azul hará su recorrido por las calles de Edimburgo subida a una camioneta de la campaña del "Sí", como ocurre todas las noches. No es exactamente el freedomque gritaba Mel Gibson subido a su caballo en la películaBraveheart, pero hay que adaptarse a los tiempos modernos.

  • “Oye ¿has sacado tu dinero?
  • “No… ¿por qué?”
  • "¿Y si al final sale la independencia?, ¿y si al final hay viernes negro?”
  • “¡Oh my God…. Corralito!”

Escocia se levanta hoy siendo parte del Reino Unido. Mañana, sin embargo, la realidad podría ser otra. Desde que se firmó el Acuerdo de Edimburgo hace dos años, las encuestas tan sólo han puesto en riesgo la Unión en dos ocasiones. Pero los sondeos, sondeos son. Y llegado el momento de la verdad, surgen los nervios de última hora. ¿Y si al final gana la independencia?

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