Las supuestas negligencias del FBI desatan una refriega política

El debate está servido. Mientras las autoridades siguen investigando las razones que llevaron a los hermanos Tsarnaev a atentar en la maratón de Boston, en Estados Unidos ya empiezan a cuestionar la labor del FBI. Las primeras críticas aparecieron al confirmarse la noticia de que la agencia entrevistó al mayor de los hermanos en 2011, Tamerlan, después de que las autoridades rusas expresasen su temor de que siguiese el islam radical.

"Estaba en el radar y luego salió del radar", lamentaba el congresista republicano Michael McCaul, en declaraciones recogidas este domingo por el New York Times. McCaul, jefe del Comité de Seguridad Interior de la Cámara, ha explicado en la CNN que ha hecho llegar un escrito al FBI y otras autoridades preguntando por qué no se hizo más tras aquella conversación en 2011. La misiva también cuenta con la firma del antiguo presidente de ese comité, el congresista republicano Peter King.

En el texto se subraya que Tsarnaev "es la quinta persona desde el 11 de septiembre de 2001 que participa en atentados terroristas a pesar de haber sido investigado por el FBI". "Cometieron un error al no ver los elementos que habrían podido alertar de su radicalización", aseguró por su parte el senador republicano Lindsey Graham. 

Entrenado por islamistas en Rusia

McCaul, que por el momento se está erigiendo como la cara más crítica de los republicanos, ha defendido que Tamerlan "recibió entrenamiento de los islamistas durante su viaje a Rusia en 2012". 

El congresista cree que el FBI debía haber seguido sus pasos más de cerca a su vuelta a Estados Unidos. "Una de las primeras cosas que hizo (a su regreso) fue colgar en YouTube un montón de retórica yihadista. Es evidente que algo ha pasado, a mi juicio, en ese período de tiempo de seis meses. Se radicalizó en algún momento en el tiempo. ¿Dónde y cómo ocurrió eso?", insistió el republicano.

"¿Por qué (Tamerlan) no fue interrogado tras su retorno?" y "¿qué sucedió que pueda haber contribuido a su radicalización?" son algunas de las preguntas que las autoridades policiales y el equipo de Obama van a tener que responder más pronto que tarde.