Sarkozy se lanza a la carrera electoral para mantener su tren de vida en El Elíseo

A tan solo 67 días de que comiencen las elecciones y a pesar de las encuestas que dan como favorito a su rival socialista Francois Hollande, Nicolas Sarkozy ha anunciado oficialmente su candidatura a la presidencia, revelando de esta forma un secreto que era de sobra conocido por todos. Lo cierto es que nadie dudaba de su postulación, sino sólo de cuándo tendría lugar. Al final fue en una entrevista por la televisión privada TF1 y ante más de 10 millones de telespectadores. Sarkozy, en un discurso poco habitual en él afirmó que tomó la decisión debido a la crisis sin precedentes que desde hace años afronta Francia. "No postularme sería como abandonar el timón. Como el capitán de un barco que en plena tormenta dice estoy cansado, renuncio y me voy”. 

Un barco de lujo en todo caso, porque según los datos, El Elíseo no conoce lo qué es la crisis. El tren de vida que lleva el todavía presidente francés arroja cifras estratosféricas: 4,3 millones de euros anuales en provisiones (lo que equivale a 12.000 euros al día), una sala climatizada de 45 metros cuadrados con casi 13.000 botellas de las marcas más selectas, el 'Air Sarko One', un Airbus A330-200 de segunda mano que costó 260 millones y vuela 24 horas semanales de media, y hasta 121 automóviles (cifra que dobla a la de su predecesor, Jacques Chirac). Lo anterior representa tan solo una parte de los 114 millones de euros que se gasta al año según el libro 'L'argent de l'État' ('El dinero del Estado'), escrito por el diputado socialista René Dosiere. Así, no sorprende que Sarkozy se vuelva a presentar a las presidenciales. El Elíseo gasta más que la Casa Real británica, que no supera los 50 millones.

París no tiene ningún problema en fletar un vuelo por 40.000 euros para el hijo de Sarkozy, intoxicado por ingerir comida en mal estado en Ucrania, o gastarse la friolera de 16,6 millones de euros en la Cumbre por el Mediterráneo. Cifras que deben de parecer poco al equipo del presidente ya que algunos departamentos como Defensa o Asuntos Europeos aumentaron el año pasado los sueldos de sus altos cargos en un 24 % y un 55 %, respectivamente. 

“Por una Francia Fuerte”

Bajo el slogan “Por una Francia fuerte”, Sarkozy aprovechó la entrevista para devolver la palabra a los ciudadanos. ¿La forma? Mediante refrendos sobre el paro y cuestiones políticas, y cuantos más, mejor. La oferta de celebrar consultas regulares sobre política si es reelegido es un audaz intento de reconectar con los votantes de base, resentidos por una austeridad reclamada por los mercados. El actual presidente tiene uno de los índices de popularidad más bajos de la historia de Francia, y parece decidido a cambiar radicalmente su propaganda política para ganar las elecciones, pero delante no tiene a un rival al uso. Hollande es la antítesis de 'Sarko'. No tiene tanto glamour y se ha preocupado por transmitir una imagen de austeridad (acude a trabajar en motocicleta). Además, el presidente tendrá que enfrentarse a la cifra de desempleos (cerca del 10% del total de la población activa) que asola Francia y a las encuestas, que le colocan claramente por detrás para la primera vuelta, y con la mayor desventaja de la historia para la segunda.

A día de hoy, Hollande dobla a Sarkozy hasta en ocho puntos porcentuales, mientras que el actual mandatario está 10 puntos por delante de la líder de extrema derecha Marine Le Pen y 12 puntos por encima del centrista Francois Bayrou, según el sondeo realizado por la encuestadora BVA. Así que todo apunta a que la carrera para la presidencia será cosa de dos. Y todo esto en un marco optimista para el líder galo, porque de darse hoy las elecciones ganaría Hollande con un 58% frente al 42% de Sarkozy.