Al menos tres muertos y 31 heridos, entre ellos cinco policías, se registraron este miércoles en un motín en la cárcel de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, donde se confiscaron ocho armas de fuego, dos ordenadores portátiles, una treintena de teléfonos móviles, un kilo de cocaína y distintos envoltorios de marihuana.
Dos de los reos murieron en el interior de la prisión, según ha confirmado el obispo de la localidad: "Cuando yo llegué estaba el tiroteo terrible, por milagro de Dios no hubo otra tragedia", ha dicho. El tercer reo murió en el hospital estatal.
El motín se registró cuando decenas de agentes de la Policía Nacional y la Policía Militar de Orden Público entraron en la cárcel para registrarla y sacar a 20 presos considerados "altamente peligrosos" por las autoridades, que debían ser trasladados a otros penales.
Para evitar la entrada de la Policía, los reclusos quemaron colchones en los portones de entrada y dispararon a matar.
En la misma cárcel, en mayo de 2004, murieron quemados 107 reclusos a causa de un incendio.