Sportage, un SUV llamativo

Probamos esta semana el Kia Sportage, un vehículo que se enmarca en el segmento de los todocamino compactos y por ello es un rival del Nissan Qashqai. El modelo coreano ofrece una estética llamativa y un coche muy equilibrado aunque con unas posibilidades de conducción fuera del asfalto algo limitadas.

Poco a poco las marcas coreanas aumentan sus ventas en el mercado español porque ofrecen coches muy equilibrados, bien terminados y con un precio razonable. Esas características son perfectamente válidas en el caso del Sportage, un  todocamino que hace volver la vista por la calle, que incorpora una mecánica moderna y eficiente, y todo con un precio muy asequible.

La versión que hemos probado es la que incorpora el motor diesel de 136 caballos y que supone el punto intermedio de la gama. Por encima se ofrece el de 184 CV, que creo que es exagerado para lo que hay en las carreteras actuales y con el de 1.7 CRTi de 117 caballos por debajo que me parece algo justo. Por ello, este de 136 caballos me parece la opción más interesante.

Estéticamente su parte frontal es muy llamativa, sobre todo gracias a sus grupos ópticos y sus luces diurnas que le dan una personalidad muy marcada. Además le proporciona un aspecto muy robusto. Igualmente es llamativa su parte trasera, de aspecto muy macizo y con un cristal posterior de dimensiones algo justas. Pero sin duda lo más llamativo del Sportage es su vista lateral con una zona trasera fuerte, con el montante situado tras la puerta trasera muy robusto que le proporciona una gran sensación de rigidez.

Esta estética trasera bastante llamativa hace que su visibilidad no sea todo lo buena que cabría esperar. No es buena hacia la parte trasera, pero tampoco es excesivamente buena en una vista de 3/4.

El interior resulta muy agradable. Se han empleado buenos materiales y la calidad de terminación de todo el conjunto está a un gran nivel, incluso por encima de algunos fabricantes europeos. Esta calidad en la terminación y el cuidadio por el detalle está permitiendo a la marca Kia, y a su hermana Hyundai, ganar cuota de mercado dentro de Europa.

En el cuadro de instrumentos encontramos plásticos de buena calidad y una consola central que en función de la versión y de su equipamiento incluye el navegador. Y en el cuadro de instrumentos un gran reloj en el centro, con la velocidad y en el centro una amplia información mientras que a la izquierda y derecha encontramos más relojes con el cuentavueltas, el medidor de gasolina. En el caso de las versiones sin  navegador, como la de nuestra unidad de pruebas, la pantalla en el centro del salpicadero ofrece un amplio abanico de información y de manejo de diversos sistemas del vehículo.

Las plazas delanteras son amplias, y el vehículo incorpora un generoso reposabrazos entre ambos asientos. De serie tienen un tapizado de tela pero de muy buena calidad y con un dibujo en color blanco que le proporciona algo de alegría al conjunto, que por cierto es bastante oscuro en general.  Aunque la banqueta es un poco corta, sujetan bastante el cuerpo cuando abordamos una zona de curvas.

Las plazas traseras son suficientes. La distancia entre ambas filas es más que razonable para las medidas que tiene el coche y también la cota de altura proporciona una sensación de amplitud agradable. En general, lo que yo destacaría en este Sportage es su calidad percibida en el interior.

Igualmente su maletero es suficiente. Con una cifra de volumen de 465 litros está dentro de la media de lo que se ofrece en este segmento del todocamino compacto. Eso sí, tiene una forma regular y el portón es muy amplio lo que le hace fácil de cargar. Y un detalle muy importante desde mi punto de vista, el Sportage incluye rueda de repuesto de la misma media que el resto, incluyendo llanta de aleación. Un lujo que pocos coches ofrecen, incluso los más caros.

Pero vayamos con su mecánica. El motor de 136 caballos asociado con el cambio manual de seis marchas me parece la elección más acertada de este modelo. Hace que se mueva con mucha soltura, con alegría si se quiere pisar un poco de más el acelerador. Y todo con un consumo muy razonable, con una cifra homologada de 5,5 litros.

En una conducción normal, con un poco de cuidado con el acelerador y sin excesos podemos estar hablando de un valor medio de 7,0 o 7,5 litros, ye so en un coche de 136 caballos y que pesa más de 1.500 kilos creo que es una buena cifra.

El motor resulta muy suave de funcionamiento y es bastante elástico. Es más, si yo tuviera que definirme si destaca más por su empuje o por su elasticidad, me apuntaría a la segunda. En la parte alta sube de vueltas bien pero sin destacar demasiado, mientras que en elasticidad, cuando hacemos que funcione y empuje desde pocas vueltas, lo hace con mucha más alegría.

El hecho de que empuje desde pocas vueltas con mucha soltura hace que su conducción sea muy agradable en todo tipo de terrenos. Tanto en zonas viradas, donde su buena recuperación hace poco necesario el manejo del cambio, como en buenas carreteras, donde permite mantener la marcha más larga sin demasiados problemas y permitiendo un consumo más ajustado.

El Sportage es un vehículo todocamino con posibilidades fuera del asfalto, pero limitadas. Su altura al suelo es muy limitada, solo 17 centímetros, lo que demuestra que no está pensado para circular por otro sitio que no sean, como mucho, unas buenas pistas forestales. En cuanto el camino se complique conviene dar la vuelta, porque nada en el Sportage está pensado para hacer mucho campo.

Esta versión de 136 caballos se ofrece en variante de tracción delantera o de tracción 4x4. En este último caso el vehículo incorpora un sistema para bloquear la tracción a  las cuatro ruedas, pero este bloqueo solo se mantiene por debajo de los 40 km/h. Por encima se desconecta dicho bloqueo 4x4.

En carretera el coche funciona con alegría, se mueve muy ágil y su comportamiento es muy seguro. Funciona como sobre raíles aunque sus suspensiones pecan de ser algo blandas, lo que hace que la carrocería se mueva algo más de la cuenta cuando tratamos de rodar un poco deprisa en zonas viradas. Sin embargo, en zonas con menos curvas proporciona un buen asentado sobre la carretera y transmite a los ocupantes una buena sensación.

Este Kia Sportage es una muy buena alternativa dentro del mercado de los todocamino compactos, que ofrece un coche llamativo, muy equilibrado y con un buen motor tanto por su elasticidad como por el consumo, bastante razonable para el peso del vehículo. Su precio de 24.750 euros en esta variante de tracción delantera y motor de 136 caballos le hace una  buena alternativa en un coche muy bien equipado y que cumple con todos los requisitos de calidad que exigen los conductores españoles y europeos en general. En este enlace tienen los precios de toda la gama Sportage facilitado por coches.com.