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Cómo elegir una tarjeta de crédito sin caer en las garras del banco
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ALGUNAS COBRAN HASTA UN 35% TAE

Cómo elegir una tarjeta de crédito sin caer en las garras del banco

Las tarjetas de crédito han ido cobrando cada vez más importancia en el día a día de los consumidores para hacer frente a los pagos menores

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Cómo elegir una tarjeta de crédito sin caer en las garras del banco

Las tarjetas de crédito han ido cobrando cada vez más importancia en el día a día de los consumidores para hacer frente a los pagos menores o a algún capricho bajo el ‘ya lo pagaré el mes que viene’ o ‘lo devuelvo en seis veces’. Además, es habitual que al acudir a la entidad de turno para solicitar un préstamo pequeño, el comercial de la misma ofrezca como alternativa una tarjeta de pago aplazado, más fácil de conceder, más rápida y más flexible. Pero cuidado, ese pequeño trozo de plástico puede convertirse en una auténtica trampa.

Si todos los productos financieros hay que mirarlos con lupa para evitar sustos en la letra pequeña, con las tarjetas de crédito –tengan el nombre que tenga, que muchas veces sirve para despistar- ocurre lo mismo. Antes de entrar por la puerta de cualquier entidad, es recomendable repetirse a uno mismo: ‘el banco siempre gana’ y ser consciente de que jamás van a dar duros a pesetas. Teniendo clara esta premisa, rebuscando en el mercado se pueden encontrar tarjetas interesantes que, incluso, se pueden contratar sin tener que cambiar de banco.

Lo primero que hay que mirar antes de contratar una tarjeta de crédito, al igual que se haría con cualquier otro préstamo, es el tipo de interés anual que se paga por la misma, más allá del límite de cantidad o las cuotas, para evitar sustos posteriores. Y es que buceando un poquito entre los productos que se pueden encontrar en el mercado, hay bancos que bajo sugerentes ventajas –seguro de accidentes en viaje, reembolso del 1% en supermercados, del 3% en gasolineras, etc- cobran más de un 30% TAE, cuotas de renovación de hasta 43 euros o comisiones hasta un 5% en cajeros, como la Classicc 123 de Banesto o la Santander Plus.

Y es que lo mejor cuando se quiere contratar una tarjeta de crédito es huir de los cantos de sirena. Si un banco te manda una tarjeta que no has solicitado a tu domicilio ‘porque tú lo vales’, desconfía. Eso sí, teniendo en cuenta todos estos factores, también se pueden encontrar productos ventajosos en el mercado, en tanto que la crisis ha desatado una guerra atroz entre entidades por mantener sus principales activos, sus clientes.

De esta manera,  al igual que hay tarjetas que podría decirse rozan la usura, también es cierto que cada vez más firmas apuestan por la fidelización. Tarjetas al 0% TAE, sin cuotas de renovación, como la Tarjeta Sin, de Banco Sabadell o Mastercard Oro Mini, o la Tarjeta Comercio, de Novagalicia –con 18 euros de cuota-. "Cuando se concede, se ve el perfil de riesgo y se sabe si va a ser buen o mal pagador y en función de ello marcas el límite", aseguran desde Sabadell a Cotizalia.com. "El negocio está en que logras fidelidad, que es lo que se busca ahora y el banco asume el riesgo".

Eso sí, cuidado con algunas ‘0% TAE’, como la Iberia Sendo Oro, que compensa sólo para aquellos que realmente vuelen mucho ya que tiene una cuota de renovación de 80 euros, que se puede compensar con numerosas ventajas en viaje.

Las tarjetas de crédito han ido cobrando cada vez más importancia en el día a día de los consumidores para hacer frente a los pagos menores o a algún capricho bajo el ‘ya lo pagaré el mes que viene’ o ‘lo devuelvo en seis veces’. Además, es habitual que al acudir a la entidad de turno para solicitar un préstamo pequeño, el comercial de la misma ofrezca como alternativa una tarjeta de pago aplazado, más fácil de conceder, más rápida y más flexible. Pero cuidado, ese pequeño trozo de plástico puede convertirse en una auténtica trampa.

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