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La ruta soberanista vasca tras la visita de Mas: la ponencia de autogobierno y consultas
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La ruta soberanista vasca tras la visita de Mas: la ponencia de autogobierno y consultas

Los grupos parlamentarios deberán presentar sus propuestas para incrementar la soberanía vasca en 15 días, coincidiendo con los referéndums independentistas de marzo en 35 municipios de Euskadi

Foto: Reunión entre Artur Mas e Íñigo Urkullu. (EFE)
Reunión entre Artur Mas e Íñigo Urkullu. (EFE)

Más allá de mostrar apoyo al proceso secesionista catalán, la conferencia del expresidente de la Generalitat Artur Mas en San Sebastián del pasado 22 de febrero estaba organizada con la pretensión de activar la vía soberanista en Euskadi. De hecho, no le hizo falta mucho tiempo al nacionalismo vasco para avivar la ruta soberanista en el terreno de juego institucional. Apenas unas horas después de que se consumara la orgía independentista en el Auditorio del Kursaal, PNV y EH Bildu sumaron sus fuerzas en las Juntas Generales de Guipúzcoa para “reivindicar el derecho y la capacidad que le corresponden a la ciudadanía de Euskal Herria de decidir sobre su futuro, de que sea consultada y de que sea respetada su voluntad libre y democráticamente expresada”.

Foto:  El expresidente de Cataluña Artur Mas (i) y el exlendakari Juan José Ibarretxe. (EFE)
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Esta demanda se recoge en una propuesta de resolución consensuada por ambas formaciones que fue registrada en el Parlamento territorial el 23 de febrero. La iniciativa se ha tramitado además de forma urgente para posibilitar su debate en el pleno de este próximo miércoles con vistas a que el pronunciamiento institucional llegue a las puertas de que el 19 de marzo un total de 35 municipios vascos celebren consultas soberanistas bajo el paraguas de la plataforma independentista Gure Esku Dago (Está en nuestras manos).

Todo está muy pensado. El independentismo vasco tiene marcada en rojo esta cita con las urnas porque quiere exhibir fortaleza, especialmente ahora, en pleno pulso de Cataluña con el Estado y con la batalla judicial en efervescencia. Ya lo hizo el pasado año cuando el 5 de junio más de una treintena de municipios vascos realizaron consultas por el derecho a decidir dentro de una primera oleada de referéndums soberanistas, si bien ahora el escenario abierto en Cataluña otorga más trascendencia a esta cita. En todo caso, el nacionalismo juega sobre seguro. El éxito en las consultas está nuevamente fuera de toda duda ya que las urnas se pondrán en 34 municipios de Gipuzkoa, muchos de ellos núcleos del bastión abertzale de Tolosaldea, además de sus feudos de Hernani y Astigarraga, y en el vizcaino de Larrabetzu, donde el nacionalismo copa todo el ayuntamiento.

Tras la visita de Artur Mas, el nacionalismo vasco ve ante sí un calendario propicio para dar cauce a sus pretensiones independentistas

La presencia de Mas en Euskadi hace unos días ha puesto la alfombra, ha preparado el terreno. Ahora, sobre el papel, el nacionalismo vasco ve ante sí un calendario propicio para dar cauce a sus pretensiones independentistas tras la visita del expresidente catalán con la ponencia de autogobierno en el Parlamento Vasco y las inminentes consultas municipales. Los referéndums del 19 de marzo tendrán lugar justo cuando los partidos vascos presenten sus planteamientos iniciales en la ponencia de autogobierno que busca dotar a Euskadi del nuevo estatus político que anhela el lendakari Iñigo Urkullu. Este foro se ha constituido oficialmente este mismo viernes en la Cámara de Vitoria y los grupos se han dado un plazo de 15 días para presentar sus primeras propuestas, las cuales van a marcar el devenir de los futuros trabajos.

De este modo, los tempos coincidirán y el nacionalismo tratará de utilizar los resultados de las consultas para intentar condicionar de partida los trabajos iniciales de la ponencia de autogobierno, en la que Urkullu deposita la legitimidad institucional para presionar al Estado con más soberanía. El PNV ya ha dejado claras sus pretensiones de que la ponencia reconozca la “identidad nacional” de Euskadi y el derecho de los ciudadanos vascos a tener “la palabra y la decisión” sobre su futuro.

"El ejercicio del derecho a decidir constituye la máxima expresión de la democracia", resaltan en propuesta ambos partidos

En este escenario que se abre ahora, PNV y EH Bildu en Guipúzcoa han dado un primer paso con una iniciativa institucional en el Parlamento territorial que busca proyectar unidad soberanista con la cita con las urnas del 19 de marzo como telón de fondo. “Las Juntas Generales de Guipúzcoa reivindican que la democracia es una decisión de la ciudadanía, y que, por tanto, el ejercicio del derecho a decidir constituye la máxima expresión de la democracia. Por ello, manifiestan que se deben poner en valor y apoyar aquellas iniciativas para pasar de la reivindicación del derecho a decidir a su ejercicio”, resaltan en su propuesta ambos partidos, que hacen un llamamiento a la ciudadanía a secundar los referéndums independentistas.

No es la primera vez durante esta legislatura que el PNV de Guipúzcoa se desmarca de su socio de gobierno institucional, el PSE, para unir fuerzas con EH Bildu en materia independentista. La formación liderada en este territorio por Joseba Egibar se encarga de mantener activo el discurso ‘jeltzale’ más rupturista en contraposición con los pronunciamientos oficiales del Gobierno vasco y Sabin Etxea, que se desmarcan de la vía catalana para apostar por un acuerdo con el Estado para la celebración de la consulta desde la bilateralidad. La imagen del Kursaal fue muy elocuente. Ningún representante del Ejecutivo de Urkullu acudió a la conferencia de Mas y el exlehendakari Juan José Ibarretxe, mientras que el PNV de Guipúzcoa acudió con toda su caballería política e institucional, con Egibar, el diputado general, Markel Olano, y la presidenta del Parlamento foral, Eider Mendoza, a la cabeza, junto a una amplia representación de la izquierda ‘abertzale’ liderada por Arnaldo Otegi.

El PNV está habituado a jugar al gato y al ratón en este asunto. Desde unos altavoces se mira con orgullo el proceso catalán y desde otros se marca distancias. Pero el apoyo a Cataluña está fuera de toda duda. Por ello, la presencia de Mas en Euskadi ha sido utilizada desde el PNV para dar aire a su mensaje soberanista en un momento en el que el apoyo ciudadano a la secesión de España se encuentra en mínimos históricos. Su presidente, Andoni Ortuzar, quiso respaldar al expresidente de la Generalitat ahora que se sienta en el banquillo de los acusados por la consulta del 9-N de 2014 con una recepción oficial en Sabin Etxea el día después de la conferencia en el Kursaal encaminada a estrechar lazos de unión entre ambos territorios y a denunciar la actitud del Gobierno de Rajoy con las autonomías.

¿Y qué dice el socio de gobierno del PNV? El PSE, consciente del papel que juega en los ejecutivos en coalición, se refugia en el discurso de que son palabras y no hechos. De vez en cuando levanta la voz, como acaba de hacer el número 2 en la Diputación de Guipúzcoa, Denis Itxaso, que ha protestado amargamente por el trato dispensado a nivel institucional a Mas (Olano le recibió en la Diputación sin comunicárselo además de antemano a los socialistas), pero ahí se queda la cosa. “Ninguna, en absoluto”, respondió Itxaso al ser interpelado por si esta actuación del PNV iba a tener repercusiones políticas e institucionales de cara a la segunda mitad de la legislatura. También el PSE se quejó de forma pública por la decisión del gabinete de Olano de recurrir sin comunicárselo de forma previa la decisión de la Justicia de anular la ayuda de 100.000 euros otorgada la pasada legislatura a Gure Esku Dago.

En lo que va de legislatura, PNV y EH Bildu han consensuado hasta cuatro iniciativas en Guipúzcoa a favor del derecho a decidir del pueblo vasco y catalán (esta última incluida). Incluso, en una de ellas, aprobada el 30 de septiembre de 2015, se condicionaba la “resolución del conflicto” vasco a la aceptación por parte del Estado de la capacidad de los vascos a escoger su futuro.

Más allá de mostrar apoyo al proceso secesionista catalán, la conferencia del expresidente de la Generalitat Artur Mas en San Sebastián del pasado 22 de febrero estaba organizada con la pretensión de activar la vía soberanista en Euskadi. De hecho, no le hizo falta mucho tiempo al nacionalismo vasco para avivar la ruta soberanista en el terreno de juego institucional. Apenas unas horas después de que se consumara la orgía independentista en el Auditorio del Kursaal, PNV y EH Bildu sumaron sus fuerzas en las Juntas Generales de Guipúzcoa para “reivindicar el derecho y la capacidad que le corresponden a la ciudadanía de Euskal Herria de decidir sobre su futuro, de que sea consultada y de que sea respetada su voluntad libre y democráticamente expresada”.

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