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“Sánchez-Camacho nos mandó a la ruina para proteger su puesto de trabajo”
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EL LIBRO DEL DUEÑO DE MÉTODO 3

“Sánchez-Camacho nos mandó a la ruina para proteger su puesto de trabajo”

A estas alturas, ya casi todos conocemos la oscura y resbaladiza historia de la agencia Método 3 y la grabación que hicieron en La Camarga.

Foto: La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. (EFE)
La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. (EFE)

A estas alturas, ya casi todos conocemos la oscura y resbaladiza historia de la agencia Método 3 y la grabación que sus empleados hicieron en el restaurante La Camarga, en el verano de 2010, a la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que comía con Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola. Varios meses después de descubrirse la historia, y cuando la grabación comenzaba a correr peligrosamente por determinados circuitos hasta salir a la luz, el propietario de la denostada agencia de detectives, Francisco Horacio Marco, saca libro sobre el asunto, con el revelador título de El método. No habló del caso públicamente. Seleccionó cuidadosamente a sus interlocutores. Convocó rueda de prensa y la anuló minutos antes de su comienzo en una calculada estrategia de tensionar el ambiente.

Y, por fin, ahora, ve la oportunidad de hacer negocio con el libro, tanto pecuniario como psicológico. Porque lo que explica es su historia, pasada por el tamiz de sus intereses particulares. Y ahí quiere ajustar cuentas. Tantas que, consciente o inconscientemente, publica el nombre de algún agente que en una ocasión y con orden judicial registró su despacho y que ahora se encuentra involucrado en investigaciones delicadas del mundo islamista.

Una de las que peor parada sale es, precisamente, Sánchez-Camacho. Véase, si no, el siguiente párrafo:

- De acuerdo, aceptaré la culpa in vigilando, pero nunca haber realizado una grabación ilegal, ya que todos sabemos que es absolutamente legal, porque nos la encargó la propia Sánchez-Camacho a través de un intermediario.

Los abogados ya estaban acostumbrados a mi forma tajante de hablar, aunque la primera vez que supieron que la dirigente popular era la clienta final de la grabación que se había realizado en julio de 2010 durante una comida en el restaurante La Camarga se extrañaron. Recuerdo dicha conversación como si fuese ayer:

- ¿Me estás diciendo que fue la propia Alicia Sánchez-Camacho la que te solicitó grabar la comida en La Camarga?

- Sí, claro.

- ¿Y entonces por qué provocó tu detención?

- Según informó la prensa, porque no quería que se supiese que ella conocía los manejos de la familia Pujol en el año 2010 y no los denunció. Pero si me preguntas por el contenido de la grabación, no lo sé. Nunca la he escuchado.

- Hombre, tú lo sabrás. Habrás escuchado la grabación –me dijeron los equipos jurídicos que tuvimos que contratar para defendernos de las falsas acusaciones de la dirigente popular.

- No. Te lo repito: no la he escuchado y no conozco su contenido. Cuando se contrató, yo estaba de vacaciones con mi familia y nunca me interesó. A mí me preocupan las grandes investigaciones, aquellas de las que nadie sabe, ni siquiera mis empleados. Si prestábamos una grabadora a una señora, por muy política que fuese, ni me enteraba.

Implacable con Alicia

El exdetective es implacable con la presidenta popular. Da a entender que las presiones del partido y del Ministerio del Interior eran tan grandes que tuvo que claudicar y llegar a un acuerdo con ella para pagarle 80.000 euros y no hablar del contenido de la conversación. “¿Qué política nos dirigía que, por mantener su poltrona pública, era capaz de hacer detener a cuatro personas y forzarlas a volcar en un contrato información falsa para mantener su puesto de trabajo?”, dice en otro párrafo.

El director de Método 3, Francisco Marco, y la detective Elisenda Villena. (EFE)Marco se refiere con ello a su propia detención y a la de tres empleados de Método 3, que tuvieron que pasar tres días en los calabozos. Luego, en el documento que firmó con Sánchez-Camacho, admitía la culpa en la grabación. Su preocupación entonces era “buscar una fórmula jurídica que me permitiese conformar un híbrido entre lo que la dirigente popular necesitaba para no arruinar aún más su puesto político y la defensa de los derechos de Método 3. Por eso redacté una cláusula en la que, jugando con los conceptos jurídicos y sin asumir mentira alguna, le facilitaba su deseado victimismo al formular el perdón del ofendido en sede penal, lo que me haría dejar de estar imputado por algo que nunca habíamos hecho”. Es decir, que la grabación ilegal no existió porque una de las partes intervinientes en la conversación la quería grabar.

En otro capítulo, el dueño de la agencia vuelve a decir que cuando estalló el escándalo, y tras hablar con un abogado, le dijo a este, refiriéndose a la presidenta popular:

- Pues la pienso denunciar por acusación y denuncia falsa- le dije indignado con la dirigente popular por denunciarme diciendo que no era ella la que había pedido que se grabase la conversación.

- Hasta eso tenían pensado. La denuncia la puso el Partido Popular, no Alicia Sánchez-Camacho. Todo estaba planeado políticamente: “Obtener la información de Victoria Álvarez” en una “comida guionizada” y, ahora, buscaban quedar como víctimas de un supuesto espionaje. No les importaba si, con ello, mataban civilmente a tres ciudadanos españoles, tergiversando la realidad”.

La “banda de Alicia”

Y más adelante, cuando habla del desmantelamiento de su grupo empresarial, afirma que en el momento más delicado, cuando estaba negociando con algunos empleados “conflictivos”, “entonces, Alicia Sánchez-Camacho nos mandó a la ruina para proteger su puesto de trabajo. Habían tenido entre rejas a cuatro personas durante tres largos días, sin ni siquiera pestañear, sabiendo que de lo que se las acusaba era falso. La marca Método 3 hubiese sido nuestra principal baza hasta que la 'banda de Alicia' la masacró mediáticamente”.

Y termina este capítulo con una velada advertencia: “Ahora, Sánchez-Camacho y el Ministerio del Interior habían convertido dicha marca [se refiere a la marca Método 3] en algo sin valor y mi nueva empresa de consultoría que había creado, al margen de Método 3, en terreno yermo. Pronto podría reclamárselo judicialmente”.

Tan judicialmente como advirtió ayer Alicia Sánchez-Camacho a Francisco Horacio Marco: “Es rotundamente falso [que encargase la grabación]. Mi capacidad de sorpresa es cada día mayor. A mí, nadie en la vida me había mencionado ni hablado de Método 3. Jamás he conocido a estas personas. No les he puesto cara en mi vida”, dijo en declaraciones a Antena 3. Y dio en el clavo al asegurar que “si algunos quieren vender libros, yo creo que la campaña de promoción se la deben hacer otros”. La dirigente popular pondrá el libro en manos de sus abogados, que luego decidirán si emprenden acciones judiciales.

A estas alturas, ya casi todos conocemos la oscura y resbaladiza historia de la agencia Método 3 y la grabación que sus empleados hicieron en el restaurante La Camarga, en el verano de 2010, a la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que comía con Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola. Varios meses después de descubrirse la historia, y cuando la grabación comenzaba a correr peligrosamente por determinados circuitos hasta salir a la luz, el propietario de la denostada agencia de detectives, Francisco Horacio Marco, saca libro sobre el asunto, con el revelador título de El método. No habló del caso públicamente. Seleccionó cuidadosamente a sus interlocutores. Convocó rueda de prensa y la anuló minutos antes de su comienzo en una calculada estrategia de tensionar el ambiente.

Despachos Abogados Alicia Sánchez Camacho
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