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El doble éxito de Mas: dialogar con Rajoy sin irritar a ERC y flexibilizar el déficit
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LA OPOSICIÓN CRITICA EL OSCURANTISMO DE LA CUMBRE EN MONCLOA

El doble éxito de Mas: dialogar con Rajoy sin irritar a ERC y flexibilizar el déficit

La discreta reunión que el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, celebraron esta semana ha dejado contentos a sus

Foto: El doble éxito de Mas: dialogar con Rajoy sin irritar a ERC y flexibilizar el déficit
El doble éxito de Mas: dialogar con Rajoy sin irritar a ERC y flexibilizar el déficit

La discreta reunión que el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, celebraron esta semana ha dejado contentos a sus principales protagonistas, pero sólo a ellos. A Rajoy porque, por fin, encara el problema catalán abriendo una vía de un diálogo hasta ahora inexistente, aunque no por ello menos necesaria. Y a Mas porque ha conseguido lo que quería: que el Gobierno central admita que el objetivo de déficit para 2013 se flexibilizará.

El déficit es un asunto que le había quitado el sueño al presidente catalán en los últimos meses. Con el objetivo del 0,7% previsto, la Generalitat se vería obligada a reducir los presupuestos en unos 4.000 millones de euros, lo que a todas luces le resultaba imposible. Por otro lado, ha logrado tender puentes de diálogo con el Gobierno del PP en un momento en que las relaciones estaban completamente rotas. Y ello sin renunciar a su pacto de legislatura con ERC en Cataluña. Un equilibrio difícil y que hace pocas semanas parecía poco menos que imposible.

Gracias a ese equilibrio, Mas seguirá adelante con su hoja de ruta, que contempla la celebración de un referéndum independentista el próximo año. Esa consulta no podría celebrarla con la ley en la mano, por lo que el Gobierno catalán ha pactado ya una ley de consultas propia que lo permita. El texto está casi listo en el Parlamento y su intención es aprobarla antes de este mismo verano.

Pero desde el PP advierten de que el mensaje que se le hizo llegar a Mas es exclusivamente económico, y que el Gobierno central no entrará en la senda de la consulta secesionista. “Hablaremos de financiación y de flexibilización del déficit, dentro de las consignas que marque Europa. Ahí nos  encontrarán siempre, pero nada más. Las puertas del Gobierno central estarán abiertas para hablar de estas cuestiones, porque somos conscientes de que es necesario, incluso, un nuevo sistema de financiación”, señalan fuentes populares a El Confidencial.

Escepticismo nacionalista

En las filas nacionalistas, el resultado de la cumbre se ve con un cierto escepticismo, tras un periodo de incomunicación absoluta. Han pasado cuatro meses desde las elecciones autonómicas y seis desde la última cumbre de Rajoy y Mas, que acabó como el rosario de la aurora. En ella, el presidente del Gobierno cerró la posibilidad de ceder al pacto fiscal de los nacionalistas y Artur Mas salió de la Moncloa con la intención de convocar elecciones anticipadas y lanzar su órdago independentista. 

La situación desde entonces ha variado poco. Los días de vino y rosas de PP y CiU han quedado muy lejos pero, al menos, ha habido un acercamiento. Jordi Turull, portavoz de CiU en el Parlamento catalán, admitió ayer que “hay una cierta puerta abierta a la flexibilización del déficit”. Turull reclamó que el diálogo con el Estado tenga resultados y eso quiere decir “que la proporción del déficit sea de una tercera parte de la del Estado y que no se estrangule más a las autonomías, que son las que dan los servicios de atención a los ciudadanos”. El nivel óptimo de objetivo, según el portavoz de CiU, se situaría en torno al 2%, una cifra más fácil de conseguir que el 0,7% previsto por el Gobierno central.

Pero esa flexibilización no implica que CiU haya ofrecido contrapartidas en la deriva independentista. “No renunciamos a la hoja de ruta que tenemos marcada”, subrayó Turull, que recordó que hay un mandato parlamentario para que se abra el diálogo con el Estado con el fin de preparar la consulta independentista.

Incluso ERC ve positiva la reunión, a pesar de que no espera que dé frutos. El portavoz adjunto republicano, Oriol Amorós, enmarcó la cumbre entre los dos presidentes en las normales relaciones que han de tener dos Administraciones y admitió que el diálogo es compatible con la hoja de ruta independentista. Sin embargo, dudó de los resultados que pueda tener. “El Estado siempre ha incumplido todos sus acuerdos con Cataluña”, criticó.

Amorós aseguró que, en todo caso, el referéndum se celebrará, independientemente del resultado de las nuevas relaciones entre Generalitat y Gobierno central. Y aprovechó para tirar con bala hacia el Ejecutivo central: “El Estado no tiene la menor intención de ayudar a la economía catalana”, enfatizó. “Ante ello, la única salida que le queda a la comunidad es el camino de la independencia, puesto que la dependencia es la que pone obstáculos para superar la crisis económica”.

Críticas de la oposición

La oposición tiene la mosca detrás de la oreja. “¿Qué están pactando en secreto?”, preguntó ayer Jordi Cañas, portavoz de Ciutadans. “Es inadmisible que Rajoy y Mas decidan tratar temas que son fundamentales para el futuro del conjunto de catalanes y españoles a espaldas de la ciudadanía”, añadió. Cañas subrayó que “desde Ciutadans hemos apostado siempre por el diálogo frente al enfrentamiento y hemos dicho que la mejor manera de superar los problemas es trabajando unidos. Esta es la buena dirección, pero siempre que se informe a la ciudadanía”.

Además, el portavoz de C's afirmó que “sospechábamos que había una agenda oculta por parte de Mas y Rajoy para tratar de aquellos temas de los que los ciudadanos esperan información. En Cataluña, sabemos lo que quieren los separatistas, porque nos lo anuncian día tras día, pero no sabemos cuál es la respuesta del Gobierno español a este desafío”. Y fue muy duro con el jefe del Ejecutivo central: “Que Rajoy siga optando por el silencio y el secreto augura malas noticias para los ciudadanos catalanes, cuyos derechos pueden ser una vez más sacrificados en aras de un pacto con los separatistas”.

El líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, ironizó, en declaraciones a la agencia Europa Press, que desde que Artur Mas reunió en secreto a su Gobierno un sábado en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, “ha descubierto de golpe que el camino es el diálogo. El aire de Pedralbes le ha hecho ver al Govern que la línea a seguir es dialogar”. Para Navarro, “está bien que se hayan reunido después de cuatro meses, pero hacen falta muchas más reuniones. La intensidad de las relaciones tendría que ser mucho más alta”.

La portavoz de ICV, Laia Ortiz, también criticó la reunión “a escondidas” de ambos mandatarios. “Si se ha hecho en clave de avanzar, no se entiende que se haga a escondidas, y que hayan hablado de cómo se gestiona la miseria en lugar de hablar del principal problema de Cataluña, que es el paro”. Ortiz señaló que “la mayor parte de lo que ha trascendido sobre los objetivos de déficit ya lo dijo el ministro Montoro y el resto: el no a la consulta ya lo sabíamos”. La portavoz ecosocialista pidió también luz y taquígrafos ante el oscurantismo de la cumbre y subrayó que la convocatoria del referéndum “se ha de pilotar desde Cataluña, desde el Parlamento, y no desde una reunión improvisada y secreta”.

Desde el Gobierno catalán, no obstante, se recuerda que la entrevista de ambos presidentes “era una cita pendiente desde hace meses y ya habíamos hablado que no sería pública, sino que se celebraría discretamente (ver noticia)”. Lo importante, subrayan, es que el deshielo ha comenzado.

La discreta reunión que el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, celebraron esta semana ha dejado contentos a sus principales protagonistas, pero sólo a ellos. A Rajoy porque, por fin, encara el problema catalán abriendo una vía de un diálogo hasta ahora inexistente, aunque no por ello menos necesaria. Y a Mas porque ha conseguido lo que quería: que el Gobierno central admita que el objetivo de déficit para 2013 se flexibilizará.

Mariano Rajoy