Mas estudia una demanda por delito electoral y acusa "a Rajoy y al Estado"

El escándalo de las filtraciones de supuestas cuentas secretas en Suiza de los máximos dirigentes nacionalistas catalanes, Jordi Pujol y Artur Mas, apenas les pasará factura en las urnas. Esa es la sensación tras cinco días seguidos de revelaciones sobre fortunas que ambos, según un informe anónimo, habrían atesorado lejos del control del fisco español.

El propio Artur Mas terció ayer sobre el asunto y afirmó que "si pasan los días y nadie encuentra el informe o nadie se hace responsable, tengo el derecho a pensar que posiblemente se están fabricando teóricas pruebas para alterar los resultados electorales". Pero lo que es más grave, según el president, es que "no sólo es que no quieran que se haga una consulta, sino que quieren reorientar la voluntad popular".

“Esperamos que estas informaciones no tengan impacto en los resultados, porque la gente es inteligente y ve que todo es una pura patraña”, explica a El Confidencial una fuente de la dirección de Convergència. Esta fuente directamente denuncia que “el restarnos votos ha sido lo que quisieron hacer con la filtración de esas informaciones. Y ha sido el Gobierno del Estado el que lo ha intentado”.

Los nacionalistas estudian ahora “si presentamos una demanda ante Fiscalía por delito electoral, porque las filtraciones que ha habido se han hecho con la intención de perjudicarnos electoralmente”, según confirmaron a El Confidencial fuentes de la dirección convergente. Además, el consejero de Interior, Felip Puig, presentó ayer una demanda particular por las informaciones que le acusan de recibir dinero del Palau y el Departamento de Interior de la Generalitat presentó otra debido a las afirmaciones de que había hecho desaparecer pruebas y había ocultado otras al magistrado, extremo desmentido desde el juzgado que investiga el expolio del Palau.

De hecho, a Artur Mas le salió bien la jugada ensayada el pasado domingo, cuando acusó al Estado de “guerra sucia” y de recurrir a las alcantarillas para hundirlo. La presidenta del PP catalán y candidata de este partido en las elecciones del 25N, Alicia Sánchez-Camacho, le acusó ayer de buscar ”enemigos en todo para tapar sus problemas de corrupción” y le advirtió que “se serene, que esté tranquilo, que responda a la justicia y que denuncie lo que tenga que denunciar”, pero también que “si se demuestra que él o Pujol han mentido, Mas tendría que dimitir inmediatamente y asumir las responsabilidades penales”.

Pero fue el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien le dio carta de naturaleza a las quejas negando que el Estado español esté detrás de las informaciones o de una campaña para destruirle. En una entrevista emitida ayer por TV3, la emisora pública catalana, Artur Mas volvió a retar a Rajoy: “Entonces, que me diga quién ha hecho ese informe, quién lo ha encargado. ¿Quién se hace responsable? No puede ser alguien que no sea el Estado. La Policía depende del Gobierno y este lo preside Rajoy”.

El fuego cruzado entre PP y CiU es visto con cautela desde las trincheras del resto de la oposición. “En CiU creen que todo esto le va a beneficiar y que lo fortalece porque lo instrumentaliza para presentarse como una víctima, pero ya veremos de qué modo puede afectar a los resultados”, dice a este diario una fuente de la dirección del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).

De todos modos, otras fuentes consultadas opinan que la incidencia será mínima, porque “Convergencia ya tenía a su electorado movilizado y es difícil que ese electorado cambie el voto en el último momento. Si no lo tuviese tan movilizado incluso es posible que le beneficiase, porque con la campaña victimista que está haciendo habría acabado de movilizarlo”. Estas fuentes aseguran que, salvo en muy contadas ocasiones, los escándalos que se airean durante una campaña electoral tienen “efectos limitados” y pueden hacer variar en uno o dos puntos los resultados. Con la ventaja que las encuestas le dan a CiU, pues, ese no es el principal quebradero de cabeza que ahora tiene el candidato convergente.

“Volvemos al 84”

El portavoz de Ciutadans, Jordi Cañas, señala que “volvemos al 84 [en referencia al proceso a Jordi Pujol con motivo del caso Banca Catalana]. Convergència aprovecha lo que ha pasado para arañar votos. Es Artur Mas el que intenta beneficiarse. En los últimos mítines no ha hablado de otra cosa y ha estado victimizándose y presentándose como una víctima criminalizada”. Además, subraya que en esta campaña victimista, CiU ha puesto toda la artillería. ”No sólo es Mas quien habla y acusa, sino que han salido en tromba a defenderlo y a quejarse del Estado otros dirigentes, como el portavoz, Jordi Turull, e incluso hoy [ayer para el lector] ha salido àngel Colom [cuyo nombre sí aparecía en el caso Palau como receptor, en el año 1999, de 125.000 euros]”.

Cañas afirma que “desde la oposición, hemos sido muy respetuosos con Artur Mas pese a las informaciones que han salido. Pero es él quien saca el tema cada dos por tres porque piensa que le puede beneficiar electoralmente”. El portavoz de Ciutadans destaca, asimismo, que “nosotros hemos puesto el tema de la corrupción en primera línea desde el primer momento. Hemos pedido a Mas muchas veces que aclare el caso Palau y el papel que ha jugado Convergència y su fundación en el desvío de dinero, pero nunca ha dado explicaciones”.

La reacción de CiU

Desde el Ministerio del Interior, de momento, ya se ha admitido oficialmente que el borrador que acusa a los dirigentes nacionalistas existe, tal y como había informado este diario. “Es un documento de trabajo en el que confluyen cuatro informes que ya habían entregado al juez que investiga el caso Palau [el sumario que investiga el expolio del Palau de la Música y el supuesto desvío de fondos aportados por constructoras hacia CDC], algún informe más que no había sido judicializado y declaraciones de informadores”, señalan fuentes del Ministerio a este diario.

Desde Convergencia, sin embargo, se pone el grito en el cielo. “El Ministerio se esconde, ahora, en esos supuestos informes. Pero todo es mentira. En los cuatro informes que dicen que han utilizado no se menciona ni una sola vez a Artur Mas ni a Jordi Pujol ni a Felip Puig. No dicen ni una sola palabra de ellos. Es indignante”, acusan desde CiU.