Cataluña amenaza con anticipar elecciones para cambiar de socio de Gobierno

Discutir en estos momentos un pacto fiscal para Cataluña similar al concierto económico del País Vasco o Navarra sería un “suicidio del Estado”. El momento es lo suficientemente crítico como para que primero se piense en superar la crisis económica y luego ya se verá. Así se lo expuso ayer al presidente de la Generalitat, Artur Mas, la líder del Partido Popular (PP) de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho.

Ambos mantuvieron una larga reunión de más de dos horas para tantear posiciones y con dos temas importantes de telón de fondo: el pacto fiscal, protagonista del encuentro, y la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que se reunía en Madrid para examinar a las autonomías.

Artur Mas puso sobre la mesa todos sus argumentos para justificar una Hacienda catalana propia y el pacto fiscal. Pero se topó con el muro infranqueable de Sánchez-Camacho ante el que rebotaban todos los razonamientos. El presidente catalán dijo que la Generalitat ha perdido 1.500 millones de euros con los últimos ajustes del Gobierno español y que ya no tiene margen de maniobra. “Hemos hecho un esfuerzo tremendo y nuestra capacidad de maniobra está absolutamente limitada”, vino a exponer. Y se quejó de que en el resto de España no se ha hecho esfuerzo alguno, mientras que en Cataluña ya se realizó un ajuste el año pasado y ahora otro. Además, recordó que en las otras comunidades se gasta en infraestructuras y en Cataluña no.

Lo que quiere Mas es, pues, “la llave de la caja”, es decir, poder recaudar y gestionar todos los impuestos que se pagan en la comunidad. “Pero no va a poder ser. La llave del dinero no la tendrá nunca”, señalan fuentes del PP a El Confidencial.

El portavoz del Gobierno, Francesc Homs, ya manifestó, tras la reunión, que Mas quiere esa llave “por necesidad, debido a los problemas económicos por los que atravesamos. La racionalidad y los argumentos nos asisten. Es inasumible no tener una Hacienda propia porque para hacer frente a esta situación económica, un país como Cataluña vive en la absurda situación de perder su estado del bienestar porque hace una contribución excesiva al resto de España. La solución, pues, pasa por una Hacienda propia. No pedimos nada que no sea nuestro. Sólo queremos lo que nos corresponde derivado de nuestro propio esfuerzo fiscal”.

La respuesta de Artur Mas al muro de Sánchez-Camacho no fue directa. Pero le dio las claves de por dónde irán los tiros a partir de ahora: Convergència i Unió (CiU) se plantea ya un cambio de escenario. Visto que el PP no quiere ni oír hablar de la propuesta estrella de Mas, ha comenzado a tantear a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para saber si puede contar con ella para garantizar la estabilidad del Gobierno de Mas, que tiene una mayoría insuficiente (cuenta con 62 escaños,  pero la mayoría absoluta se sitúa en los 68, por lo que necesita los 10 escaños de los republicanos). Se lo dejó meridianamente claro Mas a su rival: Esquerra es la mejor situada para apoyar a CiU con los presupuestos para el año que viene. “Quieren cambiar de escenario”, reconocen desde el PP.

“Sabemos que a partir de ahora apretarán el acelerador. Van a forzar la máquina y machacarán con el tema del pacto fiscal. El calendario ya está claro: primero, una cumbre con los partidos políticos antes de acabar este mes; luego, el pleno parlamentario antes de verano; y en el último trimestre, la batalla en Madrid”, dicen fuentes populares a este diario.

Elecciones anticipadas

La segunda fase de la estrategia podría ser convocar elecciones anticipadas, algo que desde el Gobierno niegan. “El calendario se mantiene y el President  no tiene intención de adelantar las elecciones”, dice una fuente de Presidencia. Y desde CiU, se asegura que Mas puede seguir gobernando con la geometría variable que caracterizó la primera parte de la legislatura. Pero desde el PP se asegura que ésa fue la “amenaza subyacente” lanzada por Mas.

Los comicios podrían prepararse para la primavera próxima, o sea, dentro de un año aproximadamente, cuando están programados para noviembre del 2014. “Las últimas encuestas les hacen daño a los nacionalistas. Son conscientes de que ahora están sufriendo un gran desgaste, pero que pueden recuperar en la campaña. Su planteamiento es que sus dos grandes rivales tienen problemas: el PSC está débil y desorientado; y el PP no tiene tiempo de sacar frutos de la recuperación económica, por lo que es el momento ideal para forzar la situación. De todos modos, serán unas elecciones sin programa de Gobierno. El leit motiv de CiU será sólo el pacto fiscal”, aseguran los populares.

La líder del PP catalán salió de la reunión convencida de que el pragmatismo de Mas ha desaparecido, pero también es consciente de que, a veces, la política tiene una parte importante de escenificación. Aún así, al PP no le interesa, en estos momentos, aparecer condescendiente o destensar la cuerda. Con el poder que le da el Gobierno de Madrid, sabe que Artur Mas tiene las manos atadas.

Ante esta situación, el presidente de la Generalitat quiere mantener cuanto antes una reunión con Mariano Rajoy, ya sea pública o privada. Su intención es sólo una: sondear hasta dónde puede llegar para acabar de perfilar su hoja de ruta. El presidente del Gobierno, de momento, no le ha respondido, a pesar de que la petición se le ha hecho llegar por varios caminos.