Es noticia
Los ‘antisistema’ toman la protesta estudiantil y llevan el caos a Barcelona
  1. España
  2. Cataluña
LA POLICÍA ABORTÓ EL ‘ASALTO’ AL MOBILE WORLD CONGRESS

Los ‘antisistema’ toman la protesta estudiantil y llevan el caos a Barcelona

Lo que no hicieron los trabajadores de los transportes públicos lo han hecho los estudiantes: armar el caos en el centro de Barcelona. Los empleados de

Lo que no hicieron los trabajadores de los transportes públicos lo han hecho los estudiantes: armar el caos en el centro de Barcelona. Los empleados de Metro decidieron el sábado no ir a la huelga durante el Mobile World Congress (MWC). El domingo, ante el descuelgue de los trabajadores del suburbano, los de autobuses aprobaron en asamblea desconvocar la huelga prevista para cuatro días. Pero quedaba la protesta convocada por los estudiantes universitarios. Fueron varias decenas de miles de manifestantes (10.000, dice la Guardia Urbana y 50.000 los organizadores) los que colapsaron el centro de la ciudad y varias decenas se dedicaron a causar el caos.

La protesta tenía nivel europeo. Tanto los secretarios generales de CCOO como de UGT, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez respectivamente, le habían dado apoyo públicamente. Su lema no dejaba lugar a dudas: Ya es suficiente. Por la Europa social. Y debía tener un mayor calado después de la multitudinaria manifestación del pasado 19 de febrero contra la reforma laboral.

Pero el entorno era diferente. Poco antes, con cientos de miles de manifestantes, no hubo problemas. Pero ayer, como se temía, lo hubo. Contenedores y coches quemados, una docena de detenidos y un caos monumental se adueñaron de Barcelona durante unas horas. Según la Generalitat, todo es culpa de “grupúsculos aislados”, de personas “ajenas a la Universidad”. Pero eso son casi eufemismos: según los datos que manejan las fuerzas de seguridad, “los disturbios han sido provocados por un reducto antisistema que ya ha provocado altercados similares en eventos como las celebraciones del Barça o manifestaciones de empresas”. Eso es lo que dice un alto mando de los Mossos d’Esquadra a El Confidencial. La propia Universidad de Barcelona emitió ayer un comunicado en el que resalta que hay miembros que no son universitarios que participaron en los actos violentos de ayer.

O sea, son un puñado de exaltados que buscan sembrar el caos y que han vuelto a aplicar la estrategia que ha imperado en la capital catalana durante los últimos años, cuando comandaba la consejería de Interior el ecosocialista Joan Saura, el consejero que quería aplicar un código ético para “detener con calidad” y que ordenaba a los antidisturbios no responder a las agresiones de manifestantes. Aunque no identificables fotográficamente hablando, sí eran muy visibles los alborotadores, porque entre la gran masa de manifestantes, sólo ellos iban encapuchados. Para apoyar sus tesis, además, los miembros de las fuerzas de seguridad destacan que entre los manifestantes había algunos colectivos que portaban banderas griegas, un país intervenido por la UE y en el ojo del huracán como víctima de la dictadura del capital internacional. Y, por si fuera poco, cuna de los movimientos internacionalistas más violentos de los últimos años. Varios atentados de grupos antisistema cometidos en la Europa Occidental los últimos años tuvieron su génesis, precisamente, en el país helénico. Por tanto, las fuerzas de seguridad están atentas a cualquier detalle.

Y ayer todo fue bien hasta después de las 3 de la tarde. A esa hora, y ante la Bolsa de Barcelona, un enclave estratégico en la capital catalana, puesto que se encuentra en pleno Paseo de Gracia, un grupo de varias decenas de personas, comenzó a increpar a la entidad. En la manifestación del pasado 19 de febrero, los manifestantes dejaron su impronta en forma de pintadas. Pero ayer fue diferente y la cosa fue a más.

“Querían armar follón”

Cuando los estudiantes se retiraban de la manifestación, comenzaron los disturbios. “Era un grupo de una quincena de tíos que querían armar follón. Como la Policía había sido avisada, llegaron algunos furgones y no pasó nada frente a la Bolsa”, dice a El Confidencial un estudiante presente en la escena. Pero los ánimos del “reducto antisistema” estaban calientes y cuando ya se había acabado la protesta, varios centenares de participantes se dirigieron hacia la cercana plaza Universidad. Por el camino, dejaron varios contenedores quemados  que afectaron incluso a un vehículo aparcado. Luego, otro grupo forzó las puertas de la Universidad y ocupó el rectorado.

La UB denunció ante la Policía destrozos en su patrimonio y señaló en un comunicado que comprende y comparte “la preocupación y la incomodidad social por la situación de reducción de nuestro estado del bienestar y por los recortes presupuestarios que afectan a las Universidades”, pero “esta solidaridad no puede apoyar las formas de protesta violentas e irrespetuosas con el patrimonio y con los derechos laborales y de estudio [se refiere a las coacciones a empleados de la UB que estaban en sus puestos de trabajo cuando los estudiantes tomaron el rectorado] de nuestra comunidad”.

No fue todo. Hubo una asamblea y alguien sugirió la idea de que había que asaltar el MWC. Y para el congreso mundial de telefonía se fueron, aunque no contaban con que ya los esperaban. “Después de las 3 de la tarde, detectamos que iban a asaltar el Mobile World Congress y desplegamos a la Unidad Móvil, por lo que no pudieron llegar”, explican fuentes de los Mossos a este diario.

Medio millar de manifestantes llegó a las inmediaciones del recinto ferial a media tarde, pero poco más pudieron hacer. Tuvieron un relativo éxito, porque la afluencia de gente obligó a cerrar la parada de Metro de la misma plaza de España y el centro comercial Las Arenas, frente al recinto ferial. Sólo había una calle para acceder al MWC. ”Estoy a favor de la huelga, pero no tenían que haber ido a la Feria. Comprendo que a veces ésta es la única manera de que te hagan caso, pero intentar cargarse un congreso como éste sobrepasa los límites, porque afecta a mucha gente”, dice a este diario uno de los taxistas que logró romper el cerco a través de la calle LLeida.

En otras palabras, el asalto fracasó. Entonces, “comenzaron a desplazarse hacia la comisaría de Les Corts, donde estaban los detenidos por los disturbios de poco antes”, señalan a El Confidencial fuentes de los Mossos d’Esquadra. La alternativa de los supuestos estudiantes, pues, era hacer algo más. Y como alguien sugirió la idea de “marchar” hacia la comisaría de Les Corts, a donde habían llevado a los detenidos por los incidentes de poco antes, emprendieron de nuevo camino. Pero,en esta ruta, la Policía había ubicado ya estratégicamente a agentes camuflados para prever cualquier reacción violenta del supuesto “reducto antisistema”.

Lo que no hicieron los trabajadores de los transportes públicos lo han hecho los estudiantes: armar el caos en el centro de Barcelona. Los empleados de Metro decidieron el sábado no ir a la huelga durante el Mobile World Congress (MWC). El domingo, ante el descuelgue de los trabajadores del suburbano, los de autobuses aprobaron en asamblea desconvocar la huelga prevista para cuatro días. Pero quedaba la protesta convocada por los estudiantes universitarios. Fueron varias decenas de miles de manifestantes (10.000, dice la Guardia Urbana y 50.000 los organizadores) los que colapsaron el centro de la ciudad y varias decenas se dedicaron a causar el caos.