La UCO avanza en el rastreo del correo que se envió en nombre de Diana Quer

El pasado 30 de noviembre la asociación SOS Desaparecidos recibió un correo electrónico firmado, supuestamente, por la joven madrileña: "Hola, estoy bien, necesito estar un tiempo fuera de España. Saludos, Diana Quer", decía el mensaje. El Instituto Armado no tardó en descartar que el mensaje hubiese sido escrito por la desaparecida, pero a partir de entonces se centraron en investigar quién había suplantado su identidad. Nueve días después de recibir el correo, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sospecha que existe una relación entre el remitente y la desaparición de la joven, según publica este jueves 'La Voz de Galicia'.

El principal aspecto que les ha llevado a esta conclusión es que quien escribió el correo utilizó todas las precauciones posibles para ocultar su identidad, mandándolo desde un servidor que permite enviar mensajes desde una dirección que no está creado. "Éste, y otros servidores similares, son muy utilizados para todo lo relacionado con los bajos fondos de la Red", explica el coordinador en España de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, al citado diario. De esta manera, el remitente oculta su dirección IP, apareciendo en su lugar la aportada por el propio servidor.

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Del correo al número de teléfono

Aunque los investigadores sospecharon desde el primer momento que no era Diana Quer quien había escrito el mensaje, no por ello descartaron contestar al mismo el día que lo recibieron. Sin embargo, dadas las características del servidor desde el que se envió, sus mensajes no llegaron al remitente: "El e-mail que recibimos, al tener esas particularidades, si se quiere contestar no resulta posible, ya que le vendrá de vuelta al no existir la dirección desde la que fue enviado. Nosotros hicimos varias pruebas para establecer un contacto y comprobar si alguien respondía, pero los correos venían de vuelta", señala Amills.

Sin embargo, la situación cambió al día siguiente de recibir el correo, y es que alguién creó una cuenta de correo electrónico con la misma dirección desde la que se había mandado el primer mensaje. "A partir de ese día los correos ya no venían de vuelta, y eso sí que genera sospechas sobre quién está detrás del envío", explica el coordinador de SOS Desaparecidos. La cuenta pertenece a Gmail, un servicio que pide a las personas que se dan de alta su número de teléfono. Por el momento, los investigadores han conseguido averiguar los dos últimos dígitos de este teléfono. "Se trabaja para descubrir el resto, pero es algo muy complejo que se está llevando a cabo desde hace una semana y esperamos que llegue a buen puerto", reconoce Amills.