La candidatura de Espinar coge aire para la 'remontada' tras subir la participación

La participación en las primarias de Podemos Madrid para renovar los órganos de dirección superaba a media mañana de ayer en más de un 23% a la que se produjo en la primera fase del proceso, cuando se eligió la hoja de ruta política y estratégica. Los más de 11.700 votos emitidos entonces llevaron al equipo técnico que conduce el proceso a considerar esta cifra como un techo difícil de superar. Sin embargo, se han roto todos los esquemas al sumar ya 15.253 sufragios, a dos días y medio de que se cierren las urnas. Un incremento de la participación que ha llevado a la candidatura liderada por Ramón Espinar a confiar en una “remontada” tras haberse visto superada por la lista que encabeza Rita Maestre en la votación de los documentos.

La polémica del caso Espinar por la compraventa de una vivienda de protección oficial ha estallado en la campaña interna de primarias, aunque las consecuencias son impredecibles. La lucha de relatos entre el sector pablista y anticapitalista, que asocia estas informaciones a intereses de los poderes fácticos para beneficiar a Rita Maestre, y el errejonista, que contrapone la lectura de sus rivales en primarias como una forma de victimización y de voltear la situación para hacer campaña con dichas acusaciones, puede hacer decantar la balanza hacia uno u otro lado.

El propio hecho de tener que tejer un contrarrelato a lo expresado por el secretario general, Pablo Iglesias, denota que estos mensajes se perciben como una baza beneficiosa para este sector. El aspirante a secretario general Ramón Espinar aseguraba este sábado en un acto de campaña sentirse reforzado tras la polémica, argumentando que “cuando hay un poderoso que decide que no seas secretario general de Madrid, es que algo estás haciendo bien”.

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Ambos equipos han aplaudido el aumento de la participación y argumentan por igual, en público, que los beneficiará, pero en privado estos datos han sido mucho mejor acogidos desde la candidatura de Juntas Podemos. Partiendo de que la primera fase de votaciones, la de documentos, fue calificada por esta candidatura como de muy ajustada, confían en que la subida de participación sirva para desempatar. Uno de los motivos que se apuntan es que la mayor participación se produciría precisamente como reacción a los resultados en la primera fase del proceso, puesto que se dio por descontada la victoria de Espinar y ese exceso de confianza pude haber provocado una cierta desmovilización.

Por otra parte, sostienen que entonces les perjudicó que sus documentos estuviesen firmados por militantes de los círculos, prácticamente desconocidos, mientras que los de la candidatura errejonista llevaban el sello de Maestre y Tania Sánchez. Y es que el documento político-estratégico, el único en el que se impusieron, era también el único firmado con nombres conocidos: Ramón Espinar y el eurodiputado anticapitalista Miguel Urbán. Asimismo, aducen que el nombre de la candidatura resultante de la alianza entre pablistas y anticapitalistas —Juntas Podemos— se presentó solo unos pocos días antes de las votaciones, por lo que la identificación con el proyecto a la hora de emitir los votos era mucho menor que en estos momentos.

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La mayor movilización de los inscritos se asocia desde la candidatura encabezada por Espinar con un empuje a su favor proveniente de sectores más vinculados a movimientos sociales y organizaciones civiles, a las que apela. No en vano, durante los últimos días, el portavoz en el Senado ha centrado una de sus principales diferencias con el proyecto de Rita Maestre en que busca construir un partido que tienda la mano a Izquierda Unida, Equo y otras organizaciones para que, por el sistema de inscripción en los procesos internos del partido, sus militantes y simpatizantes puedan participar en las primarias.

Electorado vs. militancia

El último de los argumentos puestos sobre la mesa es que en la votación de documentos, parte del voto de anticapitalistas se diluyó entre el equipo Uniendo Podemos, que sí presentará candidatura a la secretaría general, y el de Documentos y Punto, que no dará la batalla para la conformación de la ejecutiva. Sus votos, que supusieron alrededor de un 4% de los sufragios en la primera fase, los recogería mayoritariamente Juntas Podemos, por afinidad con sus postulados y las personas que redactaron estos documentos.

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El mantra más repetido entre este sector es que “todavía queda partido”, pero cada vez más se menciona el eslogan de remontada. Si la alianza entre pablistas y errejonistas no desequilibró la balanza, como se esperaba en la primera fase de votaciones, más al contrario, se impusieron las tesis de los afines a Íñigo Errejón en 10 de los 11 ejes sometidos a escrutinio, esperan que el incremento de la participación les permita imponerse en la votación de la nueva ejecutiva.

El apoyo a la candidatura errejonista se vincula más al electorado que a la militancia, por lo que un aumento de la participación no estaría relacionado con un incremento de apoyos. Al menos esto es lo que creen desde la candidatura rival, pero Adelante Podemos confía en que se trate de inscritos menos implicados en la organización que habrían conseguido movilizar tras varias semanas de intensa campaña.

En lo que sí coinciden desde ambas candidaturas es en valorar que el aumento de la participación beneficia en términos generales a Podemos. Así lo remarcó ya el secretario de Organización, Pablo Echenique, mientras que la número dos de la lista Juntas Podemos, la diputada autonómica Isabel Serra, ha explicado que para construir una fuerza que “sea más movimiento y menos partido, necesitamos miles de personas que no solo voten, sino que se impliquen, debatan y construyan Podemos”.