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Comisarios y generales presionan para que sus 'amigos' reciban una medalla
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Comisarios y generales presionan para que sus 'amigos' reciban una medalla

Mandos policiales, de la Guardia Civil y del Ejército tratan de postularse sin éxito en los primeros premios de Dignidad y Justicia, que ha recibido casi 400 llamadas presionando

Foto: Entrega de medallas a la Unidad de Acción Rural de la Guardia Civil. (EFE)
Entrega de medallas a la Unidad de Acción Rural de la Guardia Civil. (EFE)

Las medallas en la Policía y la Guardia Civil que el Ministerio del interior concede cada año provocan un desencanto generalizado entre los funcionarios de ambos cuerpos, que ven cómo los jefes de ambas corporaciones y algunas 'celebrities' se reparten las insignias, algunas de las cuales conllevan incluso una remuneración añadida a la nómina que dura de por vida. En la práctica, según han denunciado reiteradamente los sindicatos, los mandos de las fuerzas de seguridad del estado se han repartido este tipo de reconocimientos durante los últimos años.

En este contexto, ha hecho acto de presencia la asociación especializada en luchar contra el terrorismo en los tribunales Dignidad y Justicia, que por primera vez ha entregado condecoraciones a personas que considera relevantes en la consecución del fin de la banda ETA. Muchos de estos premiados, lógicamente, han sido miembros de la Policía y de la Guardia Civil dedicados en algún momento de su trayectoria profesional a los servicios de información de ambos cuerpos, dedicados a la lucha antiterrorista, y han protagonizado algún tipo de acto heróico.

La convocatoria de estos reconocimientos, además, conllevaba otro valor añadido para los galardonados. Al haber sido Dignidad y Justicia declarada asociación de utilidad pública por el Ministerio del Interior, el departamento dirigido por Jorge Fernández Díaz concede a los premiados puntos en las baremaciones para promocionar. En concreto, los jefes de personal de ambas corporaciones pueden otorgar entre 0,5 y cuatro puntos que sirven para ascender.

Esto ha motivado que en las cúpulas de los dos cuerpos se haya generado una situación similar a la que se ha producido estos últimos años en los días previos a la entrega de las medallas al mérito policial y de la Guardia Civil antes descritas. Altos mandos del Ministerio del Interior y de las direcciones generales de ambos cuerpos han tratado de presionar a la dirección de Dignidad y Justicia para que sus 'amigos' reciban una de esas preciadas condecoraciones. En concreto, la asociación presididad por Daniel Portero ha recibido cerca de 400 llamadas telefónicas para pedir que determinados comisarios de la Policía y generales de la Guardia Civil y del Ejército reciban la distinción.

Una de esas presiones vino del mismo director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, que trató de que Dignidad y Justicia reconociera a un general de la benemérita. La asociación, sin embargo, decidió mantenerse al margen de estos intentos de imposición y optó por condecorar a funcionarios y personal ajeno a las corporaciones que no había sido reconocido hasta el momento. Entre los premiados, una inspectora jefe, un subinspector, un cabo primero o un inspector recibieron la medalla de plata. Una de las funcionarias reconocidas lo está por salvar a varias personas tras un atentado cometido por ETA. Nunca fue condecorada por el Ministerio del Interior, que ni siquiera le regaló una felicitación pública.

Las presiones, sin embargo, no vinieron únicamente por parte de la cúpula de las fuerzas de seguridad, sino también desde las propias víctimas, que pretendían tener un papel protagonista en los premios. En concreto, desde la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) se propuso al presidente de la Plataforma de Apoyo a Víctimas del Terrorismo (APAVT), Miguel Folguera, quien a su vez sugirió a la antigua presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, como candidata a las condecoraciones. Ninguna de las dos propuestas fue aceptada por Dignidad y Justicia, que optó por el actual presidente de la AVT, Alfonso Sánchez, quien articuló un discurso contra la política antiterrorista del Gobierno que no sentó bien a la organización de los premios, que entendía que no era ni el sitio ni el momento.

En la categoría de oro, destacó la presencia de Mikel Lejarza, Lobo, quien apareció públicamente por primera vez después de permanecer en la clandestinidad durante 40 años. Su labor como agente encubierto permitió a la Policía detener a decenas de etarras y evitar innumerables atentados de ETA, cuya cúpula lo declaró como su mayor enemigo. Tras abandonar su trabajo, Lobo se sometió a cirugía y cambios estéticos con el fin de pasar a llevar una vida normal. Aun así, su valentía para ir en persona a recoger el premio (con peluca y gafas de sol) requirió la presencia de una docena de escoltas y un plan de seguridad que convirtió el acto en un auténtico fortín policial.

Lejarza aprovechó para hacer una breve intervención pública tras recoger el premio. En ella, pidió a los partidos seguir permaneciendo unidos contra ETA, a la que consideró inactiva pero no desaparecida, dado que continúa sin entregar las armas. La banda, dijo, está esperando a "un gobierno afín" para entregarlas. Después de pronunciar estas palabras, el hombre que se infiltró en ETA en los años 70 desapareció de la sala junto a sus guardaespaldas y volvió a la vida oculta.

Dignidad y Justicia también otorgó esta distinción a título póstumo al que fuera responsable de comunicación de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Fernando Delgado; a la fundadora de la Asociación Víctima del Terrorismo, Ana María Vidal-Abarca; y al general de Brigada dedicado a la lucha contra el terrorismo Gonzalo González.

Las medallas en la Policía y la Guardia Civil que el Ministerio del interior concede cada año provocan un desencanto generalizado entre los funcionarios de ambos cuerpos, que ven cómo los jefes de ambas corporaciones y algunas 'celebrities' se reparten las insignias, algunas de las cuales conllevan incluso una remuneración añadida a la nómina que dura de por vida. En la práctica, según han denunciado reiteradamente los sindicatos, los mandos de las fuerzas de seguridad del estado se han repartido este tipo de reconocimientos durante los últimos años.

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