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Radiografía en crudo de Pablo Iglesias, un líder forjado al ritmo de la 'Tuerka style'
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BIOGRAFÍA POLÍTICA URGENTE, por IVÁN GIL

Radiografía en crudo de Pablo Iglesias, un líder forjado al ritmo de la 'Tuerka style'

El periodista de 'El Confidencial' Iván Gil desnuda políticamente al secretario general de Podemos en un retrato sobre sus luces y sus sombras al frente del partido heredero del programa 'La Tuerka'

Foto: El periodista de 'El Confidencial' Iván Gil. (E. Villarino)
El periodista de 'El Confidencial' Iván Gil. (E. Villarino)

Sostiene Iván Gil, periodista de El Confidencial especializado en el auge y construcción de Podemos, que cuando la ventana de oportunidad se le abrió de par en par a Pablo Iglesias, en la carrera que le llevó a cosechar un fulgurante éxito en las elecciones europeas del pasado mes de mayo, por ella han entrado “más sombras que luces” y, sobre todo, “más vieja política que nueva”. Es una de las conclusiones que atraviesan las páginas de la Biografía Política Urgente (Editorial Stella Maris) sobre el líder de Podemos. Un retrato descarnado de sus contradicciones políticas, sus maniobras para controlar el partido creado a su imagen y semejanza, para desdecirse de los eslóganes que defendía en sus años de enfant terrible o para marcar distancias del eje Venezuela-Bolivia que tanto ha impulsado su carrera profesional y la financiación de lo que primero fue “el estilo La Tuerka” y acabado por convertirse en el partido de La Tuerka. (Vea el álbum 'Así nació Podemos')

Gil recoge en esta obra sus orígenes familiares, su trayectoria académica, sus lazos con el chavismo y un detallado quién es quién de la corte de personajes que lideran Podemos. Una cohorte formada, principalmente, por cinco nombres (Iglesias, Errejón, Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre) que le han acompañado desde sus primeros pasos en el agit prop universitario y en los círculos de los movimientos antiglobalización. Y responde a los lectores sobre su investigación en un encuentro digital.

Contrapoder y escraches

Fue el comienzo de todo. La Asociación Universitaria Contrapoder fue, en palabras del actual decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, Heriberto Cairo, "una apuesta de Pablo para incidir en la vida de la facultad". Pero ¿sólo eso? En absoluto. Creada en el año 2006, durante el ecuador de su doctorado y coincidiendo con su tercer curso dando clases como profesor colaborador, fue durante mucho tiempo la asociación mayoritaria, aunque hoy en día se ha convertido en residual tras el abandono de Iglesias. Lo más destacable, sin embargo, es que entre sus cofundadores se hallaban varios estudiantes que en la actualidad forman parte de la ejecutiva de Podemos, como Íñigo Errejón, Jorge Moruno, Rita Maestre o Tania González, esta última también europarlamentaria de la formación. Nacida como un colectivo "de izquierdas, anticapitalista e internacionalista", su lema más recurrente era "defiende la alegría y organiza la rabia". Un lema que anticipaba, tan temprano, algunos de los leitmotivs que con el andar de los años Monedero haría famosos en los mítines del nuevo partido, como el de "Podemos es una fábrica de amor" o el de que "hay que organizar la rabia colectiva para decir sí se puede".

Pronto se convirtieron en un influyente grupo con el que las autoridades universitarias prefirieron llevarse bien, por lo que pudiera pasar. La “acción directa”, un término con reminiscencia del anarquismo tradicional, era la principal señal de identidad de esta asociación, que organizó un boicot al popular Josep Piqué en diciembre de 2008 para protestar por los vuelos ilegales de la CIA que hicieron escala en España, o contra la líder de UPyD, Rosa Díez, dos años después. Sufrió también un escrache durante una de sus clases el exdirigente de Izquierda Unida, José Antonio Moral Santín, implicado años después en el escándalo mayúsculo de las tarjetas black de Caja Madrid-Bankia. Los alumnos de Contrapoder irrumpieron, en diciembre de 2012, en su aula, megáfono en mano, y leyeron un comunicado de denuncia ante el resto de sus compañeros allí presentes. Señalaban a Santín como uno de los culpables "de la miseria y la privatización de la sanidad y la educación".

El lobby que hizo profesor honorífico a un interino

"Acabo de ser nombrado profesor honorífico de la Complutense. Es un orgullo seguir vinculado a mi universidad. Gracias compañeros". Con este escueto anuncio en las redes sociales Pablo Iglesias celebraba el veredicto de la Junta de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. El líder de Podemos pasaba así de ser un profesor interino, sin plaza fija, a ostentar uno de los mayores reconocimientos en la carrera docente con tan sólo 35 años. El artífice de tamaño nombramiento fue el rector José Carrillo, hijo del difunto dirigente comunista Santiago Carrillo. La justificación que esgrimió entonces fue que el fenómeno electoral de Podemos se estudiaría en todas las universidades de Ciencias Políticas, así que "pudiendo tener el original para qué tener copias".

El actual rector no las tiene todas consigo para revalidar su cargo y sabe que el favor de las asociaciones de estudiantes vinculadas a Podemos, así como de los profesores de su departamento en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, es crucial para perpetuarse en el poder. Además, el vicedecanato de Estudiantes está bajo las órdenes de Ariel Jerez, uno de los principales adalides de Podemos, con una asombrosa capacidad para movilizar al estudiantado en una u otra dirección. A ninguna autoridad universitaria le conviene estar enfrentada con este grupo, pero la desesperación de Carrillo lo ha llevado a cruzar varias líneas rojas. El nombramiento de Pablo Iglesias como profesor honorífico para que pudiese seguir contratado por la institución académica, ya que su condición de eurodiputado era incompatible con su plaza como interino, fue sólo la gota que colmó el vaso de la paciencia de los profesores más veteranos y sin privilegios que se le asomen. La gestión del caso Monedero ya le valió numerosas críticas internas.

El desamor con Izquierda Unida

"Algunos de mis mejores amigos, aparte de mi padre y mi compañera, con los que mejor me entiendo políticamente, son militantes de Izquierda Unida", apuntaba Pablo Iglesias pocos días después de lanzar Podemos.

Iglesias fue asesor de Cayo Lara, el máximo dirigente de Izquierda Unida, en las últimas elecciones generales de noviembre de 2011. A través de su empresa Con Mano Izquierda Producciones, y previo pago, diseña la estrategia audiovisual para la campaña electoral de la coalición de izquierdas y realiza varios spots publicitarios, además de organizar encuentros de líderes de IU en su feudo de Somosaguas.

También fue el principal mentor del actual candidato de Izquierda Unida en las próximas elecciones generales, el joven diputado malagueño Alberto Garzón, especialmente en lo que a comunicación política se refiere. Garzón, conectado también con otros dirigentes de Podemos, no tiene empacho en reconocer su proximidad con Iglesias: "Todo lo que sé de comunicación y debates televisivos me lo enseñó Pablo", que hasta lo acompañaba en coche a los platós para darle los últimos consejos y ánimos.

Si la pluralidad de corrientes internas es una de las constantes de IU, Pablo Iglesias representaba por sí mismo una tendencia más, que poco a poco fue aumentando la presión sobre sus líderes, tratando de imponer sus tesis políticas, y aunando apoyos paulatinamente hasta que fueron lo suficientemente numerosos como para verse con bastante fuerza para lanzar un ultimátum al inicio del curso político de 2013. Su intención, después de haberse prestado a encabezar una candidatura y ser rechazado, era forzar unas primarias abiertas a la ciudadanía a las que se presentaría como candidato independiente. La ronda de negociaciones con la cúpula de IU fue tensa: “Vuestra gente me conoce más a mí que a vosotros", solía repetirle, en un tono entre amenazador y condescendiente, a Cayo Lara. El coordinador federal de IU no lo vio venir y, sólo un año después, admitiría que Podemos quiso hacer una “OPA hostil” a su organización.

El 20-N de 2011, la España del 15-M parió una España del PP en mayoría absoluta. Aquello le hizo reflexionar a Pablo Iglesias sobre la necesidad de canalizar a través de un partido político las reivindicaciones de la calle. En un primer momento, los ojos se centraron en el caso de Ada Colau, en la que llegaron a pensar seriamente como la más adecuada para poner al frente de su proyecto. Aquello quedó pronto en nada. El empuje mediático de Pablo Iglesias les hizo cambiar de opinión. Quién mejor que alguien del propio circulo podía ser el "líder carismático" que estaban buscando.

Venezuela, la novia fea

Iglesias no tuvo ningún problema, por ejemplo, en deshacerse de los piercings que lucía poco antes, como tampoco Íñigo Errejón de los complementos punkis. El problema para Iglesias es que las hemerotecas no ofrecen mucho margen a la reinterpretación interesada del pasado. Las intervenciones halagadoras de Pablo Iglesias hacia el demonizado Gobierno chavista, tanto en televisiones y medios venezolanos, como en La Tuerka o en el programa Fort Apache de la televisión pública iraní HispanTV, están ahí para quien quiera consultarlas.

Los servicios de asesoría de la Fundación CEPS al Gobierno venezolano sumaron cerca de cuatro millones de euros, a razón de unos trescientos setenta mil euros anuales, según consta en las cuentas depositadas en el registro de fundaciones del Ministerio de Cultura español. A estos ingresos habría que sumar otros 862.305 euros por asesoramiento directo para la implantación de un sistema de seguridad social en Venezuela provenientes del IVSS (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales).

El problema para Iglesias es que las hemerotecas no ofrecen mucho margen a la reinterpretación interesada del pasado

Bajo el paraguas de la Fundación CEPS, Pablo Iglesias ha sido responsable de la unidad de análisis estratégico en la Presidencia de Venezuela, así como consultor en el gabinete de Vicepresidencia de Bolivia y responsable de varias misiones de observación electoral en América Latina, unos cargos de notable responsabilidad, evidentemente. Pero su compromiso ideológico con la "construcción de la causa bolivariana" se refleja más firmemente, si cabe, en su papel como formador de altos funcionarios venezolanos (nada menos que de Prisiones, según matiza Miguel Otero). Así, en Caracas fue profesor, durante los veranos de 2006 y 2007, en cursos de «formación ideológica y constitucional» para funcionarios y asesores del Ministerio del Interior y Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en su primera edición, y también para asesores de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela (Conatel), en la segunda, organismo este último que ejerce la regulación, supervisión y control sobre las telecomunicaciones.

La Tuerka party

La importancia de la televisión para los movimientos sociales no es una novedad. Convencidos de esto, los líderes de Podemos tratarán no sólo de hacerse con el control de una cadena de televisión propia, sino de aparecer también en las televisiones y en los programas de mayor audiencia.

De esta convicción nace La Tuerka. Sus objetivos estaban muy claros desde un primer momento: afianzar la marca "Pablo Iglesias" construyendo la imagen de "un líder no líder", de un ciudadano ateniense, activo, comprometido en el ágora pública, al estilo de Ada Colau. Crear nuevos marcos discursivos, que la opinión pública general pudiera entender y hacer suyos; ensayar argumentos con una pluralidad de invitados "de la casta" y acaparar reconocimiento para convertirse en fuente de referencia de la izquierda radical para los medios generalistas. Esto último era clave dentro de la estrategia diseñada.

Pablo Iglesias siempre dio mucha importancia a la comunicación política desde que realizó sus primeros pinitos como portavoz del movimiento antiglobalización en España cuando apenas contaba con 21 años. Sin embargo, su interés más concreto por la telegenia no llegaría hasta que entendió que transformar en espectáculo los contenidos académicos era el único modo de llegar a una sociedad domesticada por la televisión y lo audiovisual. Había que formarse, estar preparado, si quería rendir todo el potencial una vez escalara a los medios de comunicación convencionales.

En 2009 Iglesias realizó su primer curso sobre cortometrajes, impartido por Pedro P. Jiménez, autor de filmes como Mambrú (1996) y Planeta Extraño (1997). En enero de 2013, coincidiendo con el estreno de Fort Apache, en Hispan TV, realizó un curso de locución y presentación de programas en el Instituto de RTVE. A todo ello hay que añadir sus dotes de interpretación y experiencia como actor, que desarrolló en las obras de la asociación teatral Antígona desde 2010.

Sostiene Iván Gil, periodista de El Confidencial especializado en el auge y construcción de Podemos, que cuando la ventana de oportunidad se le abrió de par en par a Pablo Iglesias, en la carrera que le llevó a cosechar un fulgurante éxito en las elecciones europeas del pasado mes de mayo, por ella han entrado “más sombras que luces” y, sobre todo, “más vieja política que nueva”. Es una de las conclusiones que atraviesan las páginas de la Biografía Política Urgente (Editorial Stella Maris) sobre el líder de Podemos. Un retrato descarnado de sus contradicciones políticas, sus maniobras para controlar el partido creado a su imagen y semejanza, para desdecirse de los eslóganes que defendía en sus años de enfant terrible o para marcar distancias del eje Venezuela-Bolivia que tanto ha impulsado su carrera profesional y la financiación de lo que primero fue “el estilo La Tuerka” y acabado por convertirse en el partido de La Tuerka. (Vea el álbum 'Así nació Podemos')

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