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La soledad de Pedro Sánchez, entre el drama del Pasok y la larga sombra de Susana
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foro sin casi empresarios... y pocos de los suyos

La soledad de Pedro Sánchez, entre el drama del Pasok y la larga sombra de Susana

El líder de los socialistas intentó cerrar filas en torno a la figura de Susana Díaz y recordó que él es el único dirigente que ha sido elegido por los militantes de base

Pedro Sánchez paseó este lunes con la cabeza bien alta por el salón de actos del Casino de Madrid apenas unas horas después de que Susana Díaz anunciara que las primeras elecciones autonómicas de 2015 se celebran en Andalucía. Respecto a Grecia, el líder de los socialistas dio la enhorabuena a los dirigentes de Syriza, el partido vencedor, pero reiteró que “España no es Grecia” y que el PSOE no tiene nada que ver con el Pasok, el grupo de los socialistas griegos que se hundió en las elecciones del domingo. “El PSOE es un partido renovado con una nueva generación de líderes. Hemos hecho nuestros deberes”, alegó, en un intento a la desesperada de que la debacle de los socialistas europeos no perjudique a su partido.

El secretario general de los socialistas aprovechó el Foro ABC/Deloitte para reivindicar su legitimidad justo ahora que la secretaría general se ha convertido en un calvario para él. “Me eligieron los militantes, y esto es el cambio de la cultura política que existe en nuestro partido. Tengo todo el apoyo necesario”, exclamó, en una clara alusión a las voces internas que ven precisamente a la líder socialista andaluza como su alternativa real para volver a ilusionar al electorado de izquierdas y reconquistar la Moncloa en noviembre.

Sánchez mandó recados para todos, aunque no le acompañaran empresarios de relumbrón ni casi nadie de los suyos. Tan sólo algunos –no todos– de la actual Ejecutiva respaldaron a su secretario general en un salón de actos que apenas congregó a 200 invitados y que en un acto de este estilo suele acaparar la atención del doble de invitados. Todos los dirigentes regionales del partido renegaron de él excepto el exsecretario general del Partido Socialista Vasco, Patxi López, que forma parte de su Ejecutiva. Pese a un escenario poco alentador, Sánchez intentó mandar un mensaje de que el PSOE está unido. Pese a todo, no tuvo más remedio que reconocer que los últimos meses no han sido precisamente un camino de rosas para él. “A mí no me va a poder nunca la coyuntura: las carreras de fondo son las que hacen triunfar en política”.

La poca afluencia de público no empañó el mensaje que Sánchez quería mandar a los de fuera y a los de dentro, incluida la vieja guardia del partido. Para aplacar las voces de los más críticos con su gestión, Sánchez recordó que él se hizo con las riendas del PSOE tras conseguir el 49% de apoyo en un proceso de primarias, un mecanismo al que no se sometieron en su día ni Felipe González ni José Luis Rodríguez Zapatero ni la propia Susana Díaz. “Esta última semana he recibido cientos de correos, mensajes y llamadas de muchos militantes de base. Esa cultura política de que las decisiones se toman de manera colegiada es la que ahora mismo tiene el partido”, recordó.

Sánchez puso los puntos sobre las íes y remarcó que la línea política del PSOE y las alianzas postelectorales las decidirá, cuando toque, la Ejecutiva que él dirige. También hubo tiempo de volver a meter el dedo en la herida que provocó la reunión entre los líderes de Podemos con Zapatero y José Bono, que no avisaron al actual líder socialista de aquella convocatoria. En público, Sánchez dice que no fue ni una deslealtad ni una traición ni una anécdota. “Fue una reunión privada”, aunque la aprovechó para llamar al orden interno del partido y exigir “responsabilidad” a los dirigentes antes de tomar una decisión como esta.

Cierre de filas con Andalucía

Ante el anuncio de la lideresa andaluza de que convocará elecciones a la Presidencia de la Junta de Andalucía el 22 de marzo, un mes antes del cónclave general a las municipales y autonómicas, Sánchez cerró filas en torno a su compañera, con quien dijo que le une una “magnífica relación” y evitó polemizar más con este asunto. “El PSOE fue grande cuando tuvo referentes en muchos ámbitos. Susana Díaz lo es en el ámbito andaluz", dijo en público en un intento de apaciguar el choque de trenes Ferraz-Andalucía.

También hubo recados para el Partido Popular, a quien acusó de no hacer lo que dice, y para Podemos, que le tildó de decir lo que no piensa. Pedro Sánchez se vendió como el caballo vencedor en las elecciones de noviembre de 2015 y evitó descifrar posibles fórmulas de pacto después de las elecciones en el caso de necesitar el apoyo de otro partido para asaltar la Moncloa. “Salimos a ganar, y ya después decidiremos. Electoral y socialmente, PP y Podemos no van a conseguir borrar al PSOE de la campaña”.

En clave económica, el líder de los socialistas centró su discurso en una batería de medidas que pondrá en marcha nada más arrebatar el poder al Partido Popular. “Nosotros somos los que defendemos el Estado de bienestar con nuestras políticas. Defendemos la estabilidad presupuestaria. Dicho esto, cuando hablamos del artículo 135 estamos hablando de garantizar la financiación de las políticas de bienestar”.

Así, también se comprometió a “democratizar la economía, despolitizar los organismos reguladores, reivindicar un mayor campo de acción en el funcionamiento de la economía, hacer frente a la pobreza infantil, mejorar la calidad democrática. El PSOE no apoya el fracking, sino la energía que menos cuesta: el ahorro energético”.

Pedro Sánchez paseó este lunes con la cabeza bien alta por el salón de actos del Casino de Madrid apenas unas horas después de que Susana Díaz anunciara que las primeras elecciones autonómicas de 2015 se celebran en Andalucía. Respecto a Grecia, el líder de los socialistas dio la enhorabuena a los dirigentes de Syriza, el partido vencedor, pero reiteró que “España no es Grecia” y que el PSOE no tiene nada que ver con el Pasok, el grupo de los socialistas griegos que se hundió en las elecciones del domingo. “El PSOE es un partido renovado con una nueva generación de líderes. Hemos hecho nuestros deberes”, alegó, en un intento a la desesperada de que la debacle de los socialistas europeos no perjudique a su partido.

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