La Monarquía remonta gracias a Suárez y la actividad de viajante "comercial" del Rey

La imagen de la Monarquía, como la crisis económica, ha tocado fondo y da síntomas de recuperación. La despedida a Adolfo Suárez (también homenaje a la Transición), los viajes internacionales en apoyo de los intereses más básicos del Estado y de las empresas españolas, la mera actividad ordinaria recuperada por Don Juan Carlos, más las fotos con la Reina, han obrado el cambio. En la Casa del Rey hablan de “remontada” en sus sondeos, pero el CIS se limita a indicar un cambio de tendencia. El Monarca vuelve a la carga con otro viaje, ahora a Arabia Saudí, con renovadas expectativas comerciales para España.

Entre la escena de la cacería en África y el caso Urdangarin (con declaración de la Infanta Doña Cristina ante el juez incluida), la Monarquía se había quedado en mínimos en términos de imagen. Han sido más de dos años cuesta abajo, mientras se sucedían además las operaciones de cadera y las bajas para la recuperación. De ser la institución en que más confiaban los españoles desde que el CIS empezó a preguntar en 1994, pasó al suspenso por la mínima (4,8) de 2011 y al hundimiento del 3,6 de hace un año.

En la Casa del Rey dicen que manejan encuestas, o más bien que detectan en las tripas de los sondeos que se publican, un claro cambio de tendencia en la imagen de Don Juan Carlos. El proceso arrancó con su presencia, junto a Doña Sofía, en el funeral por las víctimas del 11-M. Luego fue a más con la despedida y funeral por Adolfo Suárez, su amigo y encargado de pilotar la Transición de la dictadura a la democracia.

El proceso arrancó con su presencia, junto a Doña Sofía, en el funeral por las víctimas del 11-M. Luego fue a más con la despedida y funeral por Adolfo Suárez

Pero lo más importante para ese cambio, según sostienen en La Zarzuela, es el hecho de que los españoles vean al Rey de nuevo en los viajes al exterior, cumpliendo con sus funciones de representación de España y empujando con su presencia los planes comerciales, las inversiones y los intereses de las empresas nacionales, públicas y privadas.

Aval fundamental en los contratos del Golfo Pérsico

Don Juan Carlos visitó entre los días 13 y 15 de abril Emiratos Árabes y Kuwait, se pasó el puente del 1 de mayo en Omán y Bahrein y el próximo fin de semana parte para Arabia Saudí, donde estará otros tres días. Son tres viajes al Golfo Pérsico en poco más de un mes y todavía le queda para más adelante volver a Qatar. Se desplaza acompañado de ministros y empresarios y encabeza en persona las delegaciones comerciales de más alta jerarquía que han visitado la zona, donde la presencia del Rey es decisiva para cualquier contrato o inversión de miles de millones de euros.

Constructoras, astilleros estatales, industrias del sector de la Defensa y empresas dedicadas a las comunicaciones, el transporte o la energía dependen del peso de su prestigio entre las monarquías árabes. Las casas reinantes en la zona no conciben dar un paso en sus grandes contratos de inversiones sin que Don Juan Carlos les honre con su presencia, también por cuestiones de imagen, ya que se trata del representante de un país occidental con monarquía como forma de Estado y tradicional amigo de los países árabes.

En Arabia Saudí, el Monarca visitará las obras del AVE de Medina a la Meca que construyen empresas españolas y cuyo contrato asciende a 6.700 millones. Y entre los próximos encargos a que aspiran las compañías nacionales sigue la venta de carros de combate Leopard (3.000 millones) y las opciones a más largo plazo para construir fragatas de la clase F-100 para la Marina Saudí, un programa que daría a Navantia carga de trabajo hasta la próxima década.

Mejor nota que Gobierno, Parlamento, partidos y sindicatos

Esa esforzada labor de agente comercial que en La Zarzuela prefieren llamar “agenda exterior” contribuye a que mejore la confianza de los españoles en Don Juan Carlos en los últimos meses. El último barómetro el CIS limita esa mejoría a una nota de 3,72 para la Monarquía, apenas cuatro décimas más que hace un año. El suspenso es menos severo si se tiene en cuenta cómo quedan las demás instituciones fundamentales del Estado: el 1,8 de los partidos, el 2,4 del Gobierno, el 2,6 del Parlamento, el 2,5 de los sindicatos o el 3 de los gobiernos regionales.

De la desconfianza general de los españoles en el Estado sólo se salvan, con aprobado, la Guardia Civil, la Policía y las Fuerzas Armadas. La Monarquía sólo tiene por delante a las tres citadas más los medios de comunicación (4,5) y el Defensor del Pueblo (3,8). En la Zarzuela se conforman con el cambio de tendencia y confían en que la perseverancia del Rey, cada vez más recuperado, en el trabajo ordinario dentro de España y en los viajes al extranjero acabe de remontar un bajón de opinión pública que iba a entrar en su tercer año.