El Gobierno fuerza a Wert a retirar el 6,5 para becas de bachillerato y las tasas universitarias

El Ministerio de Educación está dispuesto a reconsiderar su anunciada exigencia de una nota igual o superior al 6,5 para percibir becas, pero también para los estudios de bachillerato y para las ayudas que supongan la exención de pagar tasas en la Universidad. Después de las críticas al proyecto original del departamento que dirige José Ignacio Wert para incentivar el rendimiento de los alumnos, el Gobierno plantea una cesión ante las apreciaciones que le han parecido más "razonables", como es el caso de las formuladas por los Ejecutivos autonómicos, incluidos los del PP.

La secretaria de Estado de Educación, Monserrat Gomendio, fue la encargada de acotar en el Congreso "las reconsideraciones" de su ministerio después de las críticas al ministro por sostener que los estudiantes que no pasan del aprobado, aunque sea por un 6,5, en determinadas carreras es mejor que se replanteen sus estudios. Gomendio hizo una defensa cerrada de que justo esa nota supone "un punto de inflexión" en los datos de abandono de las carreras universitarias. "El cincuenta por ciento de los estudiantes que se quedan por debajo de ese 6,5 no terminan el grado", insistió. 

No obstante, la número dos de Educación añadió que reconsiderará la exigencia de ese aprobado alto en las becas para estudiar bachillerato porque elevar la exigencia de esfuerzo a los estudiantes podría tener un efecto negativo sobre las tasas de abandono, como han advertido algunos expertos. También citó expresamente las quejas de las comunidades autónomas para anunciar que abre un periodo de reflexión sobre el requisito de la nota del 6,5 para optar a becas en la Universidad.

En ese punto sobre las becas universitarias, Gomendio se refirió exclusivamente a las exenciones de tasas de matrícula, no a la percepción de ayudas económicas directas (dinero para desplazamiento o residencia), que quedarán reservadas para los alumnos con mejor rendimiento académico y con familias de rentas más bajas. 

La secretaria de Estado reiteró que las becas y las ayudas "son y van a seguir siendo un derecho" para los estudiantes de familias menos pudientes y que tengan un buen rendimiento, pero que el conjunto de los ciudadanos también tiene derecho a que el esfuerzo que hacen al invertir en educación con sus impuestos sirva para obtener los mejores resultados posibles. "Hay que incentivar el esfuerzo" y "estamos hablando de aprobados, no de excelencia", fueron algunas de las frases utilizadas por Gomendio para defender la exigencia de buenas notas en el reparto de becas.

La secretaria de Estado compareció ante la Comisión de Educación del Congreso a petición propia para explicar los cambios en las ayudas, y lo hizo pertrechada de datos: el 17,54 por ciento de los estudiantes procedentes de bachillerato que entraron en la Universidad en el curso 2009/2010 con menos de un 6,5 abandonaron los estudios en el primer año, cosa que hicieron "sólo" el diez por ciento de los que habían accedido con una nota entre el 6,5 y el 7,5 y el siete por ciento de los que habían tenido una calificación superior al ocho y medio. Esas diferencias se observan en los cursos siguientes hasta constatar que la mitad de los alumnos con notas más discretas ni siquiera terminan sus estudios.