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Mas desafía al TC, saca adelante su comisión de la independencia y el PP abandona el Parlamento
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LOS SOCIALISTAS AVISAN: YA HAY UNA ‘FRACTURA SOCIAL’

Mas desafía al TC, saca adelante su comisión de la independencia y el PP abandona el Parlamento

Bronca gorda en el Parlamento catalán a causa de la independencia: a pesar de que el Tribunal Constitucional suspendió por cinco meses la declaración soberanista de

Foto: Mas desafía al TC, saca adelante su comisión de la independencia y el PP abandona el Parlamento
Mas desafía al TC, saca adelante su comisión de la independencia y el PP abandona el Parlamento

Bronca gorda en el Parlamento catalán a causa de la independencia: a pesar de que el Tribunal Constitucional suspendió por cinco meses la declaración soberanista de Artur Mas, la Cámara autonómica ha aprobado la constitución de una Comisión por el Derecho a Decidir que ha de calibrar las distintas opciones para llevar a buen puerto el referéndum independentista durante el año que viene.

El presidente de la Generalitat mantuvo el orden del día de aprobar dicha comisión, que finalmente salió adelante por 106 votos a favor (CiU, ERC, PSC, ICV y CUP) y 9 en contra (Ciutadans). La decisión no sentó nada bien en las filas del Partido Popular (PP), que abandonó el hemiciclo cuando comenzó el debate y de ahí que sus votos no se contabilizasen.

“Estamos ante un hecho histórico insólito. Si se crea esa comisión, habrá un claro hecho de insumisión y desacato a la Constitución. El PP no participará en esta acción porque es un hecho ilegal”, explicó el portavoz popular, Enric Millo, justamente antes de que todos los diputados de su grupo abandonasen el pleno parlamentario.

El portavoz de CiU, Jordi Turull, le contestó poco después. “¿Hablamos de las resoluciones del Constitucional sobre becas, sobre el 0,7 del IRPF, sobre el Forcem o sobre la lengua? El primer insumiso con las resoluciones del Constitucional es, precisamente, el Estado español. Son ellos los primeros que no hacen caso. ¿O es que sólo debemos hacer caso a las resoluciones cuando van en contra de Cataluña?”, espetó Turull. Porque, diga lo que diga el TC, CiU lo tiene muy claro: “Hay una decisión tomada y no daremos marcha atrás”, advirtió su portavoz.

Tanto los representantes de ERC como de ICV desligaron la creación de la comisión de la resolución del tribunal. La portavoz republicana, Marta Rovira, argumentó que el Estado español “nos asfixia políticamente, nacionalmente y económicamente y queremos poner fin a esta situación” y que “hay varias resoluciones desde hace más de dos décadas que hablan del derecho a decidir”. Y la portavoz ecosocialista, Dolors Camats, subrayó que “hay garantías democráticas para crear esta comisión, diga lo que diga el TC”. Más cáustico estuvo el representante de la CUP, Quim Arrufat. “Hay un pueblo que quiere marchar y un Estado sordo y ciego. Pero les enviamos un mensaje a los 12 jueces del TC: nunca una imposición dura eternamente. Tarde o temprano, cae. No podrán aguantar una situación cuando la mayoría de los ciudadanos quieren vivir fuera de este Estado”.

La fractura social

Más pesimista se mostró el portavoz parlamentario del PSC, Maurici Lucena, que avisó de que “se ha producido ya una fractura en la sociedad catalana. Y lo vemos no sólo en las reuniones políticas, sino en las reuniones con los amigos y la familia”. Lucena justificó la postura de los socialistas diciendo que “Cataluña tiene toda la legitimidad de decidir su futuro”, pero recriminó a CiU y ERC de atender más a sus propios intereses que a los de Cataluña. “Ustedes sabían que la declaración del 23 de enero nos echaba del ordenamiento jurídico. Sabían que pasaría, pero tienen suerte de que el PSC presentó luego otra, la que se aprobó el 13 de marzo, que no vulnera la ley. La declaración soberanista del 23 de enero la tumbará el TC. La nuestra, no”.

El portavoz socialista acusó a Esquerra de “querer ir directa a un choque de trenes. Es la única opción factible para su objeto político. Y saben que creará heridas sociales, pero no les importa porque tiene otra finalidad más noble. En este caso, hay que agradecer su claridad y transparencia al no esconder su objetivo. Pero se suponía que CiU era un partido más gradualista y moderado. No obstante, se han revelado más radicales, aunque conserva lo que se podría llamar la marca de la casa, los eufemismos. El señor Mas nunca dice separación, independencia o secesión. Esquerra, por lo menos, dice las cosas claras”.

Lucena advirtió que su partido pide “una consulta legal y acordada. Y, en paralelo, queremos una España federal en la que Cataluña tenga unos derechos reconocidos”.

El pleno vivió también una nueva confrontación entre el presidente catalán y el líder de Ciutadans, Albert Rivera, que subió al estrado leyendo algunos de los artículos de las constituciones de Estados Unidos, Alemania e Italia donde hablan de la unidad nacional. Pero antes de que articulase palabra, el presidente de la Generalitat abandonó decididamente su escaño, ubicado justamente enfrente del atril. Rivera argumentó que “la única constitución que habla de derecho de autodeterminación es la de la exYugoslavia” y repartió críticas a todos. Aconsejó a CiU que su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, lleve el tema a la cámara nacional. “Le puede pasar como a Ibarretxe, que mire cómo acabó. Y cómo acabó electoralmente su partido. A ustedes les falta, ahora, aunque sea un Íñigo Urkullu, que sería beneficioso para Cataluña”, dijo devolviendo el desaire a Artur Mas. Y le subrayó a ERC que “Cataluña no es una colonia, no es el Sáhara”.

Bronca gorda en el Parlamento catalán a causa de la independencia: a pesar de que el Tribunal Constitucional suspendió por cinco meses la declaración soberanista de Artur Mas, la Cámara autonómica ha aprobado la constitución de una Comisión por el Derecho a Decidir que ha de calibrar las distintas opciones para llevar a buen puerto el referéndum independentista durante el año que viene.

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