Artur Mas aprovecha Sant Jordi para reivindicar su proceso independentista

Cualquier ocasión es buena para reiterar un mensaje. Y el presidente catalán, Artur Mas, no ha dejado pasar la ocasión. Por sorpresa, hizo público esta mañana un discurso institucional en el día de Sant Jordi, patrón de Cataluña. Hoy es el día de la rosa y el libro. Las calles de Cataluña se llenan de miles de puestos donde las rosas se entremezclan con libros de toda clase y condición. Se regalan cientos de miles de flores y miles de libros, una tradición única en el mundo que incluso los japoneses han intentado importar a su país.

Pero la situación política también es única. Inmerso en un proceso soberanista y con la vista puesta en el referéndum independentista, Mas ordenó lanzar su propio mensaje institucional con motivo de esta Diada, a pesar de que se encontraba de viaje en Bruselas. Así, poco después de las 9 de esta mañana, hizo público un discurso lleno de metáforas pero que se sobreentiende perfectamente.

“Son tiempos para vivirlos con una gran unidad. Los grandes procesos que se plantea nuestro país son los necesarios porque los reclama una gran mayoría de la sociedad catalana y son justos porque se plantean para beneficiar a una gran mayoría de catalanes y catalanas, los de hoy, pero también los de mañana”, señala.

En su alocución, la rosa, la protagonista del día, se asimila a Cataluña y su especial coyuntura. “Nuestra rosa, de la que ahora nos hemos de ocupar, tiene algunas espinas. Los tiempos son difíciles y requerirán de toda nuestra capacidad de trabajo, de entrega, de innovación, de generosidad, para llevar las cosas adelante”. Y añade: “Si unos y otros nos ayudamos a cuidar de nuestra rosa, surgirá, estoy seguro, un jardín espléndido”. Por eso, subraya que “esquivaremos mejor las espinas del presente y nos cuidaremos mejor de sus desgarros si lo hacemos juntos. Son tiempos para vivirlos con una gran unidad”.

El presidente catalán recuerda también que “la rosa tiene espinas, es cierto, pero sobre todo tiene la flor. No lo hemos de olvidar. El país cuenta con activos numerosos que nos permitirán ver el futuro con una cierta esperanza. A pesar de las dificultades que atravesamos, hay personas y empresas y entidades que invierten, que innovan, que se arriesgan a poner nuevos productos en el mercado (…) Tenemos un gran potencial, ahora retenido por falta de instrumentos. Es por eso que planteamos ejercer nuestro derecho a decidir: porque queremos que nos dejen cuidar de nuestra rosa, sin más tutelas que las que nosotros escojamos”.

Mas termina pidiendo un ejercicio de “patriotismo” regalando el libro y  la rosa y colgando “la senyera (bandera catalana) en el balcón antes de salir de casa”. En otro párrafo pide también que los ciudadanos salgan de casa, paseen y miren los libros en los miles de paradas que hay en las calles de la comunidad “y que miréis de hacer un gesto hacia nuestros autores y nuestras editoriales y nuestras librerías y en nuestra lengua, especialmente en un día como hoy”. Termina el discurso con el deseo de que los catalanes se sientan “parte de un pueblo libre, creativo y generoso, abierto al mundo del que se siente parte y quiere, además, en la proporción que le toque, ayudar a mejorar”.