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La España de los espías
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CNI, MÉTODO 3 Y DETECTIVES A LA CAZA DEL FRAUDE LABORAL

La España de los espías

La España de la crisis es la España de los espías. Esa en la que los servicios de inteligencia tienen supuestamente extrañas vinculaciones con las amigas

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La España de los espías

La España de la crisis es la España de los espías. Esa en la que los servicios de inteligencia tienen supuestamente extrañas vinculaciones con las amigas del monarca y los políticos se azuzan a detectives privados para pillar y no ser pillados, para airear miserias ajenas bien alto y con pruebas.

La corrupción recorre la piel de toro a lomos del mejor postor y las noticias que señalan a Monarquía y clase política se suceden. Ellos, unos y otros, buscan hacerse la vida más fácil recurriendo al CNI y Método 3. Mientras, en la calle, los ciudadanos se baten a diario con el drama del paro y, menos sigilosos que sus espías, les hacen llegar su hartazgo en forma de manifestación, sondeo de opinión o escrache.

Sí resonaron en las paredes de la Zarzuela y el Congreso las palabras de Corinna Zu Sayn Wittegenstein, sobre quien sobran presentaciones y que aseguró que el Estado español le había encomendado “asuntos clasificados, en situaciones puntuales”, que ella había ayudado a solucionar “por el bien del país”. Semejantes afirmaciones llevaron al director del Centro Nacional de Inteligencia, el general Félix Sanz Roldán, a cruzar las puertas de los leones para dar explicaciones a sus señorías.  

Una tumba. Nada dijo saber Sanz Roldan ni de los trabajos de Corinna para los gobiernos de Zapatero y Rajoy, ni de la casa en El Pardo, tampoco de las labores de vigilancia y transporte que la Agencia habría realizado para ella, informaciones que desveló el portavoz del Sindicato Independiente de la Policía, Alfredo Perdiguero. El máximo responsable del CNI tan sólo reconoció unos “encuentros casuales” con Ingrid, el supuesto nombre en clave con el que los servicios secretos españoles se referían a la “amiga entrañable” del Rey. "General, ¿tiene algo más que contarnos?", le espetó un tanto molesto el portavoz de CiU, Durán i LLeida, ante la pobre información ofrecida. Silencio. Y a otra cosa.

La política del más listo

La prensa nacional se ha llenado en los últimos meses de informaciones que dibujan a los políticos rodeados de personajes del estilo de Mortadelo y Filemón salidos de la agencia de detectives de Método 3. 

Cataluña se ha convertido en el epicentro del espionaje. Los políticos de la comunidad han pasado de provocar una tempestad soberanista a recrearse con historias propias del superagente de James Bond. Con los Pujol en el centro de la película y la aparición estelar de la dirigente popular Alicia Sánchez Camacho. La presidenta del Partido Popular catalán sufrió el espionaje de su propio entorno (según la agencia de investigación), que encargó grabar la cita que mantuvo la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, con Sánchez-Camacho. En la conversación que mantuvieron ambas damas, y que fue pinchada con un micrófono oculto bajo la mesa del restaurante en el que quedaron para comer, se revelaron con todo lujo de detalles los trapos sucios de la familia del expresidente de la Generalitat.

Siempre ligado a la suerte de Cataluña, el venerado Pep Guardiola no quiso quedarse atrás y ordenó a la misma agencia aprenderse los pasos del Waka Waka para seguir de cerca a Gerard Piqué y Shakira, una pareja que el tiempo demostró más mediática que problemática. El central no ha sido la única víctima de la plantilla azulgrana, ya que otros de sus compañeros también fueron investigado por la directiva de Joan Laporta con el ánimo de saber qué hacían en sus ratos libres.

Pero los espías no tienen límites y si hay puente aéreo de por medio, menos. Los agentes de Método 3 desembarcaron en pleno Kilómetro 0 de la capital de España con el nombre de un hombre subrayado entre sus papeles: Ignacio González, el actual presidente de la Comunidad de Madrid estuvo bajo la lupa de uno de sus rivales dentro de los dominios de Esperanza Aguirre. No le debió de hacer gracia a González, a quien le incomodan las cámaras, como ha puesto de manifiesto esta misma semana al mostrar su disposición a acotar el espacio de acción de los periodistas.  

A la caza del funcionario cojo

La España de la crisis es la España de los espías. Esa en la que los servicios de inteligencia tienen supuestamente extrañas vinculaciones con las amigas del monarca y los políticos se azuzan a detectives privados para pillar y no ser pillados, para airear miserias ajenas bien alto y con pruebas.

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