El Gobierno en pleno se vuelca en vender ‘brotes verdes’ ante los próximos datos de paro

Entre los datos de paro de la EPA de esta semana y los del INEM de la próxima, el Gobierno ha decidido cultivar la imagen de que la economía española ha podido tocar fondo, e incluso de que la crisis tocará a su fin a finales del año próximo. Un rayo de optimismo después de diez meses de agonía y recortes. Mariano Rajoy descarta pedir más ayuda a la UE para terminar el año; el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, exhibe datos de mejora en los ingresos y presume de contención del déficit público mientras el de Economía, Luis de Guindos, destaca que el Tesoro ya ha cubierto el 90 por ciento de sus emisiones para este año, "y a un coste menor que el anterior".

En el Ejecutivo no quieren hablar aún de 'brotes verdes', pero están empeñados en promocionar los primeros indicios de mejora en la economía, aunque algunos sean tan perversos y de difusión exclusivamente interna como que el grueso del crecimiento del desempleo procede ya del sector público y la tendencia se confirmará en las próximas estadísticas. "Este Gobierno está empezando a escribir la historia de la recuperación de la economía española en los próximos trimestres", dijo ayer muy solemne ante el pleno del Congreso Luis de Guindos.

El ministro de Economía cerraba una jornada parlamentaria de 'venta' de algo optimismo en la que se había empleado todo el Ejecutivo, empezando por su presidente, Mariano Rajoy, con otra vuelta de tuerca al aviso de que la petición de 'rescate' a la UE cada día está más lejos y es posible que ni llegue a ser realidad. Si el lunes, con Mario Monti delante, solicitar la ayuda no era imprescindible, "de momento", el miércoles era descartable antes de fin de año y luego, "ya veremos", según resaltaron en medios gubernamentales.

El argumento de peso difundido en esas fuentes oficiales consistía en que el grueso de la deuda ya está colocada nada más arrancar el trimestre y que, salvo que la prima de riesgo volviera a escalar, la solicitud del 'rescate' podía esperar. El propio De Guindos presumió de ello en el Congreso como un logro del Ejecutivo y pese a que el Banco Central Europeo "no ha comprado título en todo el ejercicio". Se refería a que sí lo hizo en los últimos meses de mandato del anterior jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

Rajoy, Montoro y Guindos se intercambiaron hasta las frases sobre la esperanza en la recuperación económica. El presidente del Gobierno dijo que "2013 no será un año bueno, pero mejor que 2012" y su ministro de Economía que "lograremos que 2013 sea mejor que este año". El titular de Hacienda culminó dos jornadas completas de exhibición de datos positivos: el déficit público encarrilado y con visos de cumplir el compromiso, la subida de recaudación por IVA del 11,9 por ciento y el incremento de los pagos fraccionados en el Impuesto de Sociedades en un 40 por ciento.

En extraña, por poco habitual, coordinación de mensajes entre Montoro y De Guindos, el titular de Economía Hacienda adelantó otro dato que apuntala la previsiones oficiales y los Prespuestos del Estado para el próximo año: la recesión de 2012 será algo inferior a la anunciada del 1,5 por ciento del PIB. Si es así será más fácil que los organismos internacionales y los mercados se crean el -0,5 por ciento para el próximo año.

Cumplir el compromiso de déficit para este año, el 6,3%, es el principal objetivo de Rajoy para hacer realidad el arranque de la recuperación económica. En la Administración central ya está al alcance de la mano. En las Autonomías se empieza también a vislumbrar la posibilidad de que ajusten sus cuentas. Desde el verano se han generalizado los recortes y los planes de ahorro en los gobiernos regionales y varias administraciones autonómicas empiezan a recortar plantillas en su sector público.

El principal problema presupuestario del Gobierno para cerrar el ejercicio y mantener ese mensaje de optimismo ensayado esta semana es la revalorización de las pensiones. Rajoy, según reconocen en fuentes gubernamentales, ha insistido a su equipo económico en que hay que hacer todo lo posible (sacar entre 5.000 y 6.000 millones euros de donde sea) para que no pierdan poder adquisitivo por la subida de la inflación. Y eso supone subir las pensiones hasta 2,5 puntos adicionales sobre el 1 previsto en el proyecto de Presupuestos si los precios siguen como hasta ahora.

El jefe del Ejecutivo, la vicepresidenta, el aparato del partido y el ministro de Hacienda (el de Economía no lo ve nada claro) están de acuerdo en que deben hacer todos los esfuerzos cumplir con el precepto del Pacto de Toledo sobre la revalorización de las pensiones. Pero las cifras de los Presupuestos y la 'vigilancia' desde la UE dan poco margen al Gobierno si la inflación sigue al alza. Los ministros implicados en la decisión confían para que los precios se relajen en las próximas semanas.

Noviembre es el mes clave y el dato oficial llegará en diciembre, cuando los presupuestos estén a punto de superar el trámite parlamentario final. Rajoy se habrá librado para entonces de tener que decidir sobre la petición del 'rescate' pero tendrá que decantarse por cumplir del todo o no otro de sus anuncios, el de que recortaría de todos lados menos de las pensiones.