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Carmen, madre y abuela que vigiló Madrid a pie de calle durante 39 años
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LA POLICÍA MUNICIPAL ASESINADA EMPEZABA MAÑANA SUS VACACIONES

Carmen, madre y abuela que vigiló Madrid a pie de calle durante 39 años

Hoy era su último día de trabajo antes de empezar las vacaciones. Madre de una hija, Carola, y abuela de un nieto, Carmen Muñoz Pérez nunca

Foto: Carmen, madre y abuela que vigiló Madrid a pie de calle durante 39 años
Carmen, madre y abuela que vigiló Madrid a pie de calle durante 39 años

Hoy era su último día de trabajo antes de empezar las vacaciones. Madre de una hija, Carola, y abuela de un nieto, Carmen Muñoz Pérez nunca quiso dejar de patrullar. Ni con 62 años. Por más que le insistieran en que ya tenía edad para seguir los conflictos urbanos desde una oficina, la vocación la mantuvo siempre en la calle, el mismo lugar donde el miércoles falleció en el madrileño distrito de Usera víctima de un tiroteo.

Carmen Muñoz fue una de las primeras mujeres en colocarse el uniforme de un policía municipal. Ingresó en el Cuerpo en 1973 y perteneció a la segunda promoción de mujeres. Sus compañeros de la Unidad Integral del Distrito de Usera la recordaban ayer como una mujer muy activa, en perfecta condiciones físicas para trabajar "a pie de campo", lo que la avalaba tras su insistencia en ejercer como policía municipal en la calle.

En Usera aterrizó hace ocho años. Antes, engrosó las filas de la unidad de Tráfico y seguridad vial, por aquel entonces destino “natural” para las agentes. Siempre quiso estar lejos de las labores administrativas, un trabajo mucho más tranquilo al que pudo optar a partir de cierta edad, pero que siempre rechazó. A Carmen le podía su fe ciega en el servicio público. La mala suerte y el destino quiso que ella y el agente Lozano Beitia respondieran el pasado miércoles al robo en una sucursal de correos de la calle Eduardo Barreiros.

Muñoz Pérez intentó junto con su compañero, herido de bala en un hombro, evitar la huida de dos atracadores, que no dudaron en dispararles con las propias armas que portaban los policías. Muñoz fallecía debido a un tiro en el tórax. El chaleco antibalas estaba en el coche por la precipitación de acudir a la llamada urgente de un testigo del atraco que les reclamaba.

Dos condecoraciones a título póstumo

Tras certificarse su muerte, el funeral se celebró en la Plaza de la Villa, antigua sede del Ayuntamiento de Madrid. Allí recibió dos condecoraciones a título póstumo. Una, la Medalla de Plata al Mérito Policial por parte del secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, y otra, la Medalla del Cuerpo de la Policía Municipal, por parte de la alcaldesa de Madrid.

Botella interrumpió sus vacaciones para acudir al funeral. A las puertas del tanatorio, reconoció que era un día “triste” para el Ayuntamiento y calificó a Muñoz como una mujer valiente “que quería a su ciudad”, “luchadora y pionera”, por ser una de las primeras féminas en atreverse a vestirse de policía. Solo le quedaban tres años para jubilarse.

Hoy era su último día de trabajo antes de empezar las vacaciones. Madre de una hija, Carola, y abuela de un nieto, Carmen Muñoz Pérez nunca quiso dejar de patrullar. Ni con 62 años. Por más que le insistieran en que ya tenía edad para seguir los conflictos urbanos desde una oficina, la vocación la mantuvo siempre en la calle, el mismo lugar donde el miércoles falleció en el madrileño distrito de Usera víctima de un tiroteo.

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