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Rajoy recurre a Italia como última baza para evitar la intervención completa
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HARÁ FRENTE COMÚN CON MONTI PARA CONSEGUIR 'IN EXTREMIS' AYUDA EFECTIVA E INMEDIATA

Rajoy recurre a Italia como última baza para evitar la intervención completa

El Gobierno sigue convencido y atrincherado en que “hace su parte” y “cumple sus compromisos” para que España no caiga al abismo de la intervención completa

Foto: Rajoy recurre a Italia como última baza para evitar la intervención completa
Rajoy recurre a Italia como última baza para evitar la intervención completa

El Gobierno sigue convencido y atrincherado en que “hace su parte” y “cumple sus compromisos” para que España no caiga al abismo de la intervención completa por la UE (o algo peor como la ruptura del euro) y no tiene más plan adicional que reforzar su alianza con Italia para pedir una ayuda inmediata de las instituciones de la Unión (BCE para empezar). Mario Monti visitará Madrid el próximo día 2 de agosto para escenificar mejor esa unión de países en apuros que reclaman solidaridad europea y exhiben un peso económico de rescate imposible. En el orden interno, al Ejecutivo le queda el margen inmediato de ‘apretar’ a las autonomías. Las que se acojan al nuevo fondo de liquidez como ha hecho la Comunidad Valenciana tendrán que desmantelar su sector público como primera medida.

Después de la nueva escalada de la prima de riesgo, el Gobierno ha constatado "como una bofetada" el nulo efecto en los mercados del cierre de la línea de crédito para la banca española, de los recortes de gasto público y de la subida de impuestos recién aprobados. También ha tomado nota de la absoluta parálisis del Banco Central Europeo, incapaz de salir en ayuda de España pese a ofrecer ya su situación económica parámetros similares a los de Grecia antes de la intervención. Y el respaldo de Alemania se ha limitado a las declaraciones de sus ministros de Economía y Exteriores.

Mariano Rajoy estuvo pendiente el pasado jueves por la mañana del rescate bancario y de las gestiones con Bruselas para agilizar el auxilio a España ante los mercados en vez de presenciar el debate sobre la convalidación parlamentaria de los decretos antidéficit. Cuando entró a votar en el hemiciclo ya sabía que no podía esperar ninguna reacción inmediata de las instituciones europeas, que siguen su ritmo para aplicar sin prisas los acuerdos del último Consejo  Europeo, ese en el que parecían haberse puesto las bases de la salvación del euro, la solidaridad en defensa de la deuda soberana y la unidad fiscal y financiera.

El presidente del Gobierno volvió a recurrir al primer ministro italiano y cerró la cita del 2 de agosto. Es la baza que le queda, la causa común con el país trasalpino y el entendimiento con Francia para presionar a Angela Merkel, y la fórmula ya aplicada en el Consejo Europeo que en la práctica no le ha dado ningún fruto ante los mercados. El guión de la entrevista entre Rajoy y Monti es el obvio: reclamar ayuda a la UE frente a esos mercados para que ambos países puedan financiarse a intereses normales y exigir un mínimo de agilidad para que se cumplan los acuerdos del Consejo Europeo (fondo de ayuda y organismos de supervisión que den solidez al euro).

Sin tiempo para evitar la bancarrota

En algunas instancias de la Unión se contempla un calendario que empieza en septiembre y llega a fin de año para hacer efectivos esos acuerdos. Los problemas de España, y también de Italia, no pueden esperar trimestre y medio porque en este tiempo pueden derivar en bancarrota.

En la situación actual, el Estado español en su conjunto tiene medios financieros por sí mismo para cumplir los compromisos ordinarios exclusivamente para pasar el verano, según reconocen en medios del PP. La llegada de los primeros fondos para los bancos con problemas, en principio prevista para finales de este mes, es el único alivio previsto. El Gobierno no hubiera podido hacerse cargo del agujero de Bankia y demás entidades en parecida situación.

La situación es ya tan crítica, según reconocen en medios gubernamentales, que el problema es cómo llegar a agosto. En el Ejecutivo insisten en que han tomado todas las medidas de ajuste que pueden aplicar ahora mismo sin depender de nadie (con evidente desprecio de su coste en impopularidad) y en que también han demostrado resolución y capacidad para asumir los compromisos adquiridos (las exigencias de la UE).

Si hay ministros, sobre todo el de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que cargan directamente contra el Banco Central Europeo (el "clandestino"), en algunos medios del Gobierno admiten que si el BCE no actúa ya es porque Merkel no lo ordena. Y como España no puede seguir financiándose al siete y pico por ciento también se preguntan si Alemania prefiere ya dejar caer a la cuarta potencia de la UE para redefinir por completo el funcionamiento de la zona euro. De lo que se habla en los medios gubernamentales más pesimistas no es la intervención al estilo de Grecia, que no hay fondos en la UE para rescatar a un país como España, sino de la voladura controlada del euro.

El Gobierno sigue convencido y atrincherado en que “hace su parte” y “cumple sus compromisos” para que España no caiga al abismo de la intervención completa por la UE (o algo peor como la ruptura del euro) y no tiene más plan adicional que reforzar su alianza con Italia para pedir una ayuda inmediata de las instituciones de la Unión (BCE para empezar). Mario Monti visitará Madrid el próximo día 2 de agosto para escenificar mejor esa unión de países en apuros que reclaman solidaridad europea y exhiben un peso económico de rescate imposible. En el orden interno, al Ejecutivo le queda el margen inmediato de ‘apretar’ a las autonomías. Las que se acojan al nuevo fondo de liquidez como ha hecho la Comunidad Valenciana tendrán que desmantelar su sector público como primera medida.

Mariano Rajoy