El Gobierno dosifica las malas noticias: hoy paro, la semana próxima reforma eléctrica

Al Gobierno se acumulan las malas noticias y ha decidido dosificarse. Nada más convalidar el Congreso los decretos con los recortes de la semana pasada, los ministros de Economía, Luis de Guindos, y de Hacienda, Cristóbal Montoro, se fueron a sus departamentos a cerrar la presentación para hoy del techo de gasto de los próximos presupuestos generales del Estado (cifras generales de más recortes) y el cuadro macroeconómico para el próximo ejercicio, más avance para 2014 como exige la Unión Europea. Incluirá las previsiones del Ejecutivo sobre crecimiento del paro y decrecimiento de la economía española.

Según fuentes gubernamentales, está por decidir si después del Consejo de Ministros de hoy se anuncian ya las cifras de rebaja presupuestaria en cada ministerio (detalle de cómo afectarán los recortes a cada área de gasto y prestaciones) o si se deja para más adelante. La reforma energética (subidas de impuestos a los distintos sectores afectados) será previsiblemente aplazada hasta el próximo viernes, sobre todo en el caso de que se detallen los descensos presupuestarios en los departamentos ministeriales.

También queda para una próxima reunión del Consejo de Ministros la reforma tributaria correspondiente para modificar el tratamiento fiscal de las plusvalías, que fue anunciado ayer por Montoro en el Congreso con el fin de gravar más las ganancias de los especuladores a corto plazo. El ministro explicó que es injusto que las plusvalías obtenidas en un sólo día operando en bolsa tributen igual que las generadas a largo plazo y puso como ejemplo la legislación alemana en la materia. La medida no puede entrar en vigor de forma inmediata si se tramita como proyecto de ley, con lo que es probable que vaya al final con los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año.

Además, el decreto ley que reforma la legislación sobre el Impuesto sobre el Valor Añadido, requiere un ‘retoque’ para el sector agrícola que también tiene que pasar por un próximo Consejo de Ministros.

En medios gubernamentales no dan importancia a la cantidad de decisiones que se van acumulado para las próximas reuniones oficiales del Gobierno porque este año, por primera vez desde la Transición, julio se ha convertido en mes hábil en las Cortes a todos los efectos pese a ser vacaciones parlamentarias oficiales. La semana que viene habrá otro pleno para aprobar el techo presupuestario. Además, el Ejecutivo también ha renunciado a las tradicionales vacaciones de agosto. Sólo hay un viernes del mes en que los ministros, en principio, no tendrán que reunirse en La Moncloa y tampoco está claro si será el día 17.

Rajoy tiene pendiente de promulgar la Directiva de Defensa Nacional, documento en el que tiene que reorientar y renovar las líneas generales de la política de Defensa para los próximos años, tras los cambios producidos en la escena internacional durante la pasada legislatura. De la aprobación de esa directiva dependen además las modificaciones en los estados mayores del Ejército, al Armada y el Ejército del Aire. Son los tres únicos altos cargos, junto con el director del Centro Nacional de Inteligencia (Félix Sanz Roldán), nombrados por el anterior Gobierno que siguen en sus puestos. Pedro Morenés quiso desligar esos cambios, por ser de militares, de los políticos, pero la situación se ha alargado hasta crear un problema de ‘atasco’ en los escalafones.

Pendiente de la prima de riesgo, de las condiciones del rescate bancario y de procurar que las instancias europeas se animen a salir en ayuda de la deuda pública, el presidente del Gobierno no tiene ni agenda de actividades para los próximos días más allá de los propios Consejos de Ministros. Y menos todavía de vacaciones. Ayer mismo no acudió al debate parlamentario sobre la convalidación de los decretos de ajuste porque, según fuentes gubernamentales, tenía “reuniones importantes” en la Moncloa. Al Congreso llegó menos de una hora antes de la votación, se fue derecho al despacho que tiene en la llamada zona de Gobierno, salió sólo para votar y después se marchó otra vez a la residencia oficial.