PP y PSOE se reparten el TC: dos conservadores, un progresista y una catalana avalada por el PSC

Como es tradicional desde los tiempos del felipismo, el partido y el principal grupo de la oposición, ahora el PSOE, se han repartido por cuotas las cuatro vacantes del Tribunal Constitucional. Entran sl TC dos magistrados inequívocamente conservadores como son el catedrático de Filosofía del Derecho y exdiputado del Grupo Popular Andrés Ollero y el juez de la Asociación Profesional de la Magistratura Juan José González Rivas. A propuesta de los socialistas accede el profesor de Derecho Laboral Fernando Valdés, progresista opuesto a la reforma laboral. La cuarta magistrada, Encarnación Roca, cumple dos requisitos: propuesto en su día por el PSC, también es de izquierdas y, como catalana, puede valer para contentar a CiU.

Populares y socialistas han tardado casi cuatro años en cubrir la baja en el TC de Roberto García-Calvo (fallecido en 2008) y casi dos en reemplazar a los tres magistrados que habían terminado su mandato en noviembre de 2010. El PP ha renunciado a incluir en esta renovación al magistrado Enrique López, propuesto en la pasada legislatura y vetado por el PSOE. A su vez, los socialistas han descartado postular a su exfiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido.

La principal novedad es la inclusión de Andrés Ollero. Durante 17 años, desde los tiempos de Fraga y hasta 2003, fue uno de los referentes del PP en el mundo judicial. De hecho, se retiró de la política activa en la segunda legislatura con José María Aznar al frente del Gobierno para escalar a las máximas responsabilidades del ámbito de la Justicia. Desde entonces estaba dedicado a la Universidad. Se ha pronunciado públicamente en contra de la liberalización del aborto y del concepto de matrimonio homosexual.

El otro candidato propuesto por el Grupo Popular no tiene pasado político. Es magistrado de la sala contencioso-administrativa del Tribunal Supremo y miembro de la APM. En sus funciones judiciales defendió el derecho a la objeción de conciencia ante la implantación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía impulsada por Zapatero.

Fernando Valdés, incluido en la renovación por iniciativa del PSOE, es catedrático de Derecho Laboral e inspector de Trabajo. Se ha pronunciado en contra de la reforma del mercado laboral aprobada por el Gobierno. Completa la renovación Encarnación Roca, actualmente al frente de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo. El Parlamento catalán ya propuso su nombre en 2010 para entrar en el TC, pero por iniciativa del PSC. En este caso, como CiU sólo había pedido que hubiera "un catalán" en el Constitucional, PP y PSOE dan por hecho que los nacionalistas quedan satisfechos.

También por cuotas, aplicadas al milímetro según los porcentajes de representación en el Congreso, populares y socialistas se han repartido los puestos en el Tribunal de Cuentas, máximo órgano fiscalizador del Estado. Como adelantó El Confidencial, entra dentro de los consejeros propuestos por el PP el hermano mayor de Aznar, Manuel Aznar, que ya trabaja en la asesoría jurídica del tribunal y que no pudo ascender a secretario general en la institución del Defensor del Pueblo en la primera etapa del PP en el poder porque quedaba mal cuando su hermano era jefe del Ejecutivo. También entra en el mismo cupo la exministra de Justicia Margarita Mariscal.

El nuevo presidente del Tribunal de Cuentas, en sustitución de Manuel Núñez, que deja la institución, será Ramón Álvarez de Miranda. Hijo del expresidente de las Cortes, ya era consejero del órgano de fiscalización, donde entró como funcionario en 1984.

Primera Defensora del Pueblo y Marugán compensado

Sin embargo se ha quedado sin entrar en el Tribunal de Cuentas el veterano exdiputado del PSOE Francisco Fernández Marugán, postulado en primera instancia para el cargo por ser economista y experto en la materia. Para compensarlo entra como adjunto a la nueva Defensora del Pueblo, Soledad Becerril.

La exministra, exdiputada y exalcaldesa de Sevilla tiene una larga trayectoria política que arranca en los tiempos de dirigente de UCD y reúne todas las cualidades que suelen buscar los dos partidos mayoritarios para el cargo de Defensor de Pueblo: experiencia, sentido del Estado y estar bien vistas tanto por el partido en el Gobierno de turno como en el de la oposición. Fue la primera ministra de la democracia y será la primera Defensora del Pueblo.