Rubalcaba se aproxima a IU tras el desdén de Rajoy a su pacto de unidad nacional

Alfredo Pérez Rubalcaba continuó ayer el particular zigzag político que caracteriza su itinerario político en los últimos meses. Tras ejercer de jefe de la oposición responsable que apoya a Mariano Rajoy en Europa, ayer recurrió al papel de líder socialista que destaca sus coincidencias con Izquierda Unida, y que ataca al Gobierno a cuenta del rescate financiero. Una de cal y otra de arena para lograr la cuadratura del círculo: calmar a las bases y dirigentes que reclaman más agresividad contra el Ejecutivo, a la vez que se preserva la imagen institucional de un partido que acaba de abandonar la Moncloa.

Rubalcaba se reunió ayer en el Congreso durante casi dos horas con Cayo Lara en el marco de su ronda con portavoces parlamentarios, pero el contenido de la reunión poco tuvo que ver con la entrevista que mantuvo el 31 de mayo con Josep Antoni Duran Lleida. De aquella conversación salió una petición a Rajoy para que impulse grades acuerdos con el resto de partidos; mientras que del encuentro con el líder de IU ha resultado una batería de críticas contra el Ejecutivo del PP.

Pese a las discrepancias que, desde la segunda legislatura de Zapatero, han marcado la relación entre PSOE e IU, Rubalcaba y Lara encontraron un buen número de semejanzas en su interpretación de la realidad política y económica. Así, ambos concluyeron que Europa debe apostar con urgencia por el crecimiento y el empleo, con un mayor papel del Banco Central Europeo, así como de la capacidad del Banco Europeo de Inversiones.

También subrayaron el “descrédito” de Rajoy en el exterior, y tacharon de muy perjudiciales las políticas del Gobierno, especialmente la reforma laboral y los recortes en educación y sanidad. En este sentido, PSOE e IU defienden que las reformas han hecho crecer el desempleo, han reducido derechos y amenazan la cohesión social. La afinidad en esta primera reunión ha sido tal que Rubalcaba se ha comprometido a mantener informado a Lara de sus reuniones en el Partido Socialista Europeo, así como celebrar encuentros periódicos para seguir analizando la situación económica española y de la UE.

La aproximación de Rubalcaba a la izquierda parlamentaria, que según los sondeos sigue creciendo a expensas del estancamiento del PSOE, tiene lugar mientras se instala en un sector de su partido la sensación de que falta contundencia en la oposición al PP. Y es que incluso se ha dado el caso de socialistas que desearon la victoria de la coalición izquierdista Syriza, antes que de los socialdemócratas del Pasok en las elecciones griegas.

Esta corriente, de la que sacan provecho Tomás Gómez o Carme Chacón, cristalizó tras la nacionalización de Bankia, pero, como bien sabe el secretario general socialista, una vez que comienzan las críticas es difícil pararlas. El martes, en la reunión del Grupo Parlamentario, también José Blanco se animó a cuestionar la estrategia de Ferraz en la renovación de RTVE.

Del precipicio a la unidad nacional

Esta presión interna, y los golpes propinados por Rajoy, como suspender este año la celebración del debate sobre el estado de la Nación, parecen haber hecho añicos la pretensión de Rubalcaba de fomentar un acuerdo de unidad nacional con el Gobierno, CiU y quien quisiera sumarse, desde UPyD a sindicatos y comunidades autónomas. Esa fue una de las conclusiones de su reunión con Duran Lleida y una de las propuestas que el PSOE trató de impulsar la semana pasada. Sin embargo, Rajoy sigue confiando en su mayoría absoluta y da prioridad a su agenda internacional frente a la nacional.

En este escenario, la ofensiva parlamentaria de los socialistas incluyó ayer ataques al Ejecutivo por el rescate financiero y por las numerosas ausencias de ministros en la Cámara. “Nos han colocado al borde del precipicio”, acusó Soraya Rodríguez a Cristóbal Montoro, para después presentar una interpelación sobre la ayuda europea.

“La solicitud de asistencia financiera es mala para la imagen del país, para la marca España, nos sitúa en mayor vulnerabilidad y dependencia de quien nos presta. Supone, además, la pérdida de soberanía, en este caso de la política financiera, hasta que no devolvamos el último euro”, recriminó la portavoz socialista al ministro de Hacienda. Ahora, falta ver si, tras una jornada de dureza, Rubalcaba y Rajoy vuelven a exhibir su voz única en Europa.