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El TC legaliza Sortu, desaira al Gobierno e impulsa la vía abertzale para las elecciones
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SUPONE LA DEROGACIÓN DE LA LEY DE PARTIDOS DE AZNAR

El TC legaliza Sortu, desaira al Gobierno e impulsa la vía abertzale para las elecciones

La izquierda abertzale tiene desde ayer una marca política propia: Sortu. El Tribunal Constitucional (TC) revocó por un ajustado seis a cinco la ilegalización acordada por

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El TC legaliza Sortu, desaira al Gobierno e impulsa la vía abertzale para las elecciones

La izquierda abertzale tiene desde ayer una marca política propia: Sortu. El Tribunal Constitucional (TC) revocó por un ajustado seis a cinco la ilegalización acordada por el Tribunal Supremo (TS) hace ahora un año. El fallo es un bofetón al Gobierno de Mariano Rajoy, que en varias ocasiones ha manifestado su disposición, nunca concretada, de promover la ilegalización de Bildu y Amaiur, y al Supremo, al que ya desautoriza por segunda vez en unos meses. La resolución refuerza las expectativas electorales de los abertzales y puede contribuir a que ETA anuncie su disolución o una simbólica entrega de armas.

La izquierda abertzale disputará las próximas elecciones autonómicas (que podrían anticiparse al otoño) con una formación plenamente legal, algo que no ocurría desde que Batasuna fue situada fuera de la ley en 2002. El fallo del Constitucional refuerza sus excelentes expectativas electorales tras los éxitos de Bildu en las municipales y forales de mayo de 2011, y de Amaiur en las generales de noviembre. La resolución dada a conocer ayer alude tan solo al resultado de la votación del pleno del tribunal, pero el contenido del fallo no se conocerá hasta dentro de unos días. Es muy probable que los cinco magistrados que han votado en contra presenten votos particulares.

La legalización de Sortu supone, de facto, la derogación de la Ley de Partidos, aprobada ad hoc por el Gobierno de José María Aznar para ilegalizar a Batasuna. La relevancia del fallo no es equiparable a los casos de Bildu y Amaiur, las dos coaliciones electorales con Eusko Alkartasuna (EA), Alternatiba y Aralar en las que la izquierda abertzale buscó refugio los últimos años para volver a las instituciones.

Las tres formaciones seguirán siendo sus socios en los comicios autonómicos, en esta ocasión con la marca Euskal Herria Bildu, que fue presentada en público el pasado día 10 y a la que ahora se sumará Sortu en sustitución de la genérica denominación de izquierda abertzale.

La legalización de Sortu era una decisión cantada a la vista del fallo del TC que en mayo de 2011 revocó la decisión del Supremo de anular casi trescientas candidaturas de Bildu a las municipales de aquel mes. Entonces, como ahora, los partidarios de la legalización se impusieron también por un ajustado seis a cinco, cuando el pleno del Supremo había resuelto lo contrario por nueve votos contra siete.

Con este precedente, el abogado abertzale Íñigo Iruin, autor de los estatutos de Sortu, los primeros en los que el mundo radical se manifiesta de forma clara contra la violencia y hace explícita su apuesta por las vías exclusivamente políticas, tomó como referente los argumentos jurídicos del TC para presentar el recurso de amparo.

El fallo del Constitucional no ha pillado por sorpresa, aunque la demora en hacerlo público (en octubre del año pasado ya se hablaba de su inmediatez) anticipaba que el  acuerdo estaba siendo muy complicado. De hecho, la resolución sobre la legalización de Sortu se incluyó en el pleno que el tribunal celebró hace dos semanas, al tiempo que su presidente Pascual Sala recriminaba a los dos partidos mayoritarios su incapacidad para llegar a un acuerdo de renovación. Unas declaraciones imprevistas que hicieron temer que el caso quedara empantanado sine die. No ha sido así.

El fallo recibió en la noche de ayer los parabienes de los partidos nacionalistas por lo que supone de normalización de la actividad política, y el lacónico "aceptamos la decisión del TC, pero no la compartimos", de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior. "Reitero de manera muy especial que con Sortu o sin Sortu la izquierda abertzale tiene que condenar el terrorismo, pedir perdón y la disolución de la banda", dijo el ministro. Una posición muy distinta a la del Gobierno vasco, cuya portavoz, Idoia Mendía, manifestó que el fallo no hace otra cosa que "legalizar y ratificar una realidad que ya existe en Euskadi y España con Bildu y Amaiur".

La izquierda abertzale tiene desde ayer una marca política propia: Sortu. El Tribunal Constitucional (TC) revocó por un ajustado seis a cinco la ilegalización acordada por el Tribunal Supremo (TS) hace ahora un año. El fallo es un bofetón al Gobierno de Mariano Rajoy, que en varias ocasiones ha manifestado su disposición, nunca concretada, de promover la ilegalización de Bildu y Amaiur, y al Supremo, al que ya desautoriza por segunda vez en unos meses. La resolución refuerza las expectativas electorales de los abertzales y puede contribuir a que ETA anuncie su disolución o una simbólica entrega de armas.