Consuelo Ordóñez se reunirá el viernes en prisión con el etarra que asesinó a su hermano

Consuelo Ordóñez se reunirá el viernes en la prisión de Zaballa (Álava) con el etarra Valentín Lasarte, que en 1995 asesinó de un tiro en la cabeza a su hermano, el dirigente del PP vasco Gregorio Ordóñez, mientras comía en un bar del casco viejo donostiarra con María San Gil, entonces su secretaria en el ayuntamiento de San Sebastián y años después presidenta de los populares vascos.

El encuentro fue solicitado hace una semana por la víctima, autorizado por el Ministerio del Interior y aceptado por Lasarte, uno de los aproximadamente treinta presos de ETA que cumplen condena en la mencionada prisión alavesa tras haber abandonado la organización y condenado la violencia terrorista.

Ordóñez, actual portavoz del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (COVITE), se suma así a otras víctimas de la banda que han pedido reunirse con sus victimarios, aunque en su caso ha manifestado que no cree que estos encuentros sirvan para la reinserción de los presos de ETA. Días atrás, cuando hizo pública su petición, dijo que acudía a la cárcel para que Lasarte le pida perdón.

Valentín Lasarte formó parte del comando Donosti que en la década de los noventa cometió numerosos asesinatos, entre ellos el del político socialista Fernando Múgica, hermano del hasta hace unos años Defensor del Pueblo, Enrique Múgica. El asesinato de Gregorio Ordóñez supuso un giro en la estrategia de la banda terrorista, que hasta ese momento no había atentado contra ningún político. Dirigentes, concejales o simples militantes pasaron a ser objetivos de ETA, que durante años asesinó a numerosos representantes de PSOE y PP, tanto en el País Vasco como en el resto de España.

Hasta ahora, ninguno de los etarras arrepentidos que se han encontrado con víctimas de la banda ha pedido explícitamente perdón, aunque sí les han trasladado su arrepentimiento y su pesar por el irreparable daño que les han causado. Roberto Manrique, una de las víctimas del atentado del Hipercor de Barcelona en 1987, el mayor de toda la historia de ETA con veintiún muertos, se reunió el pasado día 15 con el etarra Rafael Caride Simón, uno de los autores del atentado. A la salida Manrique se mostró satisfecho por el resultado y manifestó que aunque no le había pedido perdón si le había expresado su pesar. "Su arrepentimiento me ha parecido sincero", dijo.

Con estos dos encuentros "televisados" el Ministerio del Interior  rompe la política de discreción del anterior Gobierno, que en febrero de 2011 autorizó el plan de reinserción diseñado por el Ejecutivo vasco a través de su Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo.

El nuevo ministro, Jorge Fernández Díaz, ha elaborado su propio plan, en el que mantiene estos encuentros, aunque a diferencia de cómo han funcionado hasta el pasado febrero sólo los pueden solicitar las víctimas, y las reuniones sólo se podrán celebrar con el autor material del atentado. Con la anterior administración varios etarras arrepentidos solicitaron verse con cualquier víctima, sin importar si habían sufrido los atentados perpetrados por ellos.

Los encuentros restaurativos nacieron en febrero del año pasado a iniciativa del mencionado colectivo de presos de ETA, que  trasladaron a las autoridades penitenciarias su deseo de encontrarse cara a cara con víctimas de la banda para trasladarles su arrepentimiento. El Gobierno vasco aceptó el reto, y con la ayuda de un grupo de mediadores que ya habían trabajado estas mismas situaciones con presos comunes organizó cuatro encuentros a los que siguieron siete más. Once en total, a los que ahora hay que sumar los dos celebrados bajo la dirección del Gobierno del PP.