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Solo futbolistas como Amancio o Alfonso apoyan en público la 'dureza' de Aguirre
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NI JUECES, NI POLICÍA NI CASI NADIE EN EL PP

Solo futbolistas como Amancio o Alfonso apoyan en público la 'dureza' de Aguirre

Si lo que quería era desviar la atención sobre sus propios problemas con Bankia, Gúrtel o el déficit de su propia comunidad, la jugada, deportivamente hablando,

Foto: Solo futbolistas como Amancio o Alfonso apoyan en público la 'dureza' de Aguirre
Solo futbolistas como Amancio o Alfonso apoyan en público la 'dureza' de Aguirre

Si lo que quería era desviar la atención sobre sus propios problemas con Bankia, Gúrtel o el déficit de su propia comunidad, la jugada, deportivamente hablando, le ha salido perfecta a Esperanza Aguirre. El debate, lanzado a primera hora de ayer por la presidenta regional ha incendiado las redes sociales hasta convertir el hashtag #Esperanza Aguirre en trending topic mundial y, en opinión de muchos, echado más leña al fuego de la tensa final de Copa que se jugará este viernes. Si su objetivo, sin embargo, era ganar adeptos a su propuesta, Aguirre se ha quedado sola. Ni la vicepresidenta del Gobierno, ni el ministro del Interior ni los líderes del PP vasco, Antonio Basagoiti, y cay catalán, Alicia Sánchez-Camacho, han dado apoyo a su idea de celebrar el partido a puerta cerrada para evitar una gran pitada al himno de España y al Príncipe Felipe.

La líderesa del PP madrileño, en horas bajas tras una semana de noticias adversas en lo económico y en lo político, fundamenta su propuesta en que el ultraje a la bandera o al himno nacional es un delito tipificado en el Código Penal. Razón de sobra, según su criterio, para que no se consienta la pitada prevista en el partido y para que este se “suspenda y se celebre a puerta cerrada en otro lugar”. Aguirre se refería así al artículo 543 del Código Penal, que establece que las “ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho, a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad, se castigarán con la pena de multa de siete a doce meses”.

Pero llevar eso a la práctica en un evento multitudinario como un partido de fútbol parece algo de muy difícil aplicación. Para el abogado y ex juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño, habría que estudiar los hechos en su concreción. “La mezcla de lo deportivo con lo sociológico y lo político desnaturaliza la intención dolosa y específica de ofender a la bandera, a la nación o la jefatura del Estado”, explica. “En ese contexto no me resulta fácil tipificar los hechos como un delito contra los símbolos de la nación o contra las altas jerarquías del Estado”. En su opinión, no parece conveniente que se deba celebrar la final a puerta cerrada, aunque sí conmina a todos aquellos que no otorgan valor a la propia Copa y a lo que ésta representa a que no acudan al campo.

Parecida opinión expresa el ex vocal del Consejo General del Poder Judicial Luis Aguiar, para quien resulta imposible castigar a toda una hinchada por la pitada al himno nacional, como ya ocurrió en la final de Valencia de hace tres años. “Si hay 20.000 personas gritando al himno de España es evidente que no puedes castigar penalmente la conducta de esas 20.000 personas. ¿Técnicamente es un delito penal? No lo sé, pero como jurista me parece un disparate y algo imposible de que sea penalmente punible”.

Las pocas palabras de respaldo que encontró ayer la presidenta regional procedieron, como no podía ser de otro modo, de sus propias filas. En concreto, de su portavoz en la Asamblea de Madrid, Iñigo Henríquez de Luna, quien en su cuenta de Twitter escribió que “los que abuchean a los españoles deberían pensar qué les parecería si hiciéramos lo mismo con sus símbolos”.

Desviar la atención

La oposición madrileña ha visto en la jugada una maniobra de la propia Aguirre para desviar la atención de los problemas que aquejan a las cuentas de la Comunidad, que han duplicado el objetivo del déficit previsto y han empañado la imagen de buena gestión que hasta ahora ha acompañado a la presidenta regional. El ex secretario de Estado para el Deporte y portavoz del PSOE en al Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, reitera que ellos están “a otras cosas” como son estos problemas relacionados con el déficit. “Lo otro es un espectáculo deportivo y no se puede hacer a puerta cerrada ni se puede suspender así como así”, explica. “Otra cosa es que no guste. Yo viví en Valencia hace tres años la pitada y claro que la inmensa mayoría está a favor de la bandera y del himno nacional, pero hacerlo a puerta cerrada o suspenderlo es una idea que, sobre todo, es irrealizable”.

“No hay que sacar las cosas de quicio”, replica, por su parte, el portavoz del PNV en el Senado, Iñaki Anasagasti, históricamente crítico con la Corona. “Si una monarquía no es capaz de aguantar una pitada, que la soportamos los políticos a todas horas, lo mejor es que se vaya a su casa. Las facciones ultras del Atlético o del Madrid también son muy duras y nunca hemos pedido que se suspenda un partido, hay que soportarlo”.

El promotor de la pitada al himno, Santiago Espot, comparó ayer a Aguirre con Primo de Rivera, que en 1925 cerró el campo de Les Corts por una pitada de los barcelonistas a la ‘Marcha Real’. Para el ex jugador del Madrid, Alfonso Pérez, esto no hace más que demostrar que “en 100 años no hemos evolucionado tanto”.

Para Alfonso, Aguirre no ha hecho sino responder a la provocación prevista por quienes han promovido el abucheo. “Que cada uno demuestre sus sentimientos, por supuesto, pero siempre que no se rebase el límite de la ley. Ya se ha permitido otras veces que unos pocos agüen la fiesta de otros muchos. Eso no se soluciona con la destitución del jefe de deportes de TVE, como pasó en Valencia hace tres años, o bajando el volumen de los televisores, sino con educación cívica. A los que piden el insulto a la bandera o al himno, apliquemos la ley aunque para eso haga falta valor”.

Emula a Sarkozy

Una opinión que ratifica también el histórico jugador del Madrid de los sesenta Amancio Amaro, que está totalmente de acuerdo con Aguirre. “Si se pita al himno de tu país lo normal es que no se juegue el partido”, sentencia. Para Abel Antón, atleta reconvertido ahora en senador del Partido Popular por Soria, lo importante es “no perder de vista” que el deporte es para disfrutar. “Una final de este tipo supone una fiesta del deporte y así debe ser. En este caso, debemos pedir el respeto que la competición merece a los asistentes, pero no hay que caer en la trampa de unos pocos”. “A mi me gustaría que los representantes de los clubs finalistas pusieran cordura en este asunto y sean los primeros que pidan moderación y respeto”, añade.

El ultraje a los símbolos nacionales o al himno también está castigado en países de nuestro entorno como Francia, Alemania, Italia o Reino Unido. En el caso francés, como recordó ayer Aguirre, el propio Sarkozy amenazó con suspender un partido si se silbaba al himno de la República. Desde el sindicato de Policía CEP, sin embargo, tampoco consideran oportuna la celebración del partido a puerta cerrada. “Daría argumentos de poca democracia”, explica su portavoz Lorenzo Nebrera. “No sería lógico ni coherente hacerlo a puerta cerrada porque un grupo numeroso de personas pueda silbar al Príncipe o al himno”, añade. Aguirre sin embargo sigue convencida de que aunque suponga “mucho follón” hay que hacer lo posible para evitar una exaltación nacionalista contra el Príncipe y contra el himno nacional en el Vicente Calderón. La apoyan, eso sí, el 72% de los lectores de este diario que ayer contestaron a la encuesta planteada por El Confidencial.

Si lo que quería era desviar la atención sobre sus propios problemas con Bankia, Gúrtel o el déficit de su propia comunidad, la jugada, deportivamente hablando, le ha salido perfecta a Esperanza Aguirre. El debate, lanzado a primera hora de ayer por la presidenta regional ha incendiado las redes sociales hasta convertir el hashtag #Esperanza Aguirre en trending topic mundial y, en opinión de muchos, echado más leña al fuego de la tensa final de Copa que se jugará este viernes. Si su objetivo, sin embargo, era ganar adeptos a su propuesta, Aguirre se ha quedado sola. Ni la vicepresidenta del Gobierno, ni el ministro del Interior ni los líderes del PP vasco, Antonio Basagoiti, y cay catalán, Alicia Sánchez-Camacho, han dado apoyo a su idea de celebrar el partido a puerta cerrada para evitar una gran pitada al himno de España y al Príncipe Felipe.