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El 15-M desaloja Sol con cacerolada, pero sin líneas de futuro
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LOS 'INDIGNADOS' INTENTARON TOMAR LA BOLSA DE MADRID A LA UNA DE LA MADRUGADA

El 15-M desaloja Sol con cacerolada, pero sin líneas de futuro

El Movimiento 15-M clausuró anoche las cuatro jornadas consecutivas de celebraciones de su primer aniversario con una gran cacerolada y una ‘macroasamblea’ en la Puerta del

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El 15-M desaloja Sol con cacerolada, pero sin líneas de futuro

El Movimiento 15-M clausuró anoche las cuatro jornadas consecutivas de celebraciones de su primer aniversario con una gran cacerolada y una ‘macroasamblea’ en la Puerta del Sol, la emblemática plaza de la indignación, en la que se recordó que hacía justo un año “empezamos a construir un proceso de cambio social juntos” y aquí seguían, aunque nadie habló de hacia dónde van. Bajo un sol abrasador, miles de simpatizantes se despedían en un ambiente festivo recordando que el Movimiento no ha perdido fuelle, que ellos son los encargados de encabezar las críticas y son "otros" (los políticos) quienes tienen que plantear las respuestas. Los indignados desalojaron la Puerta del Sol pasada la medianoche para diluirse por una infinidad de asambleas que se celebran, semana tras semana, en barrios y pueblos. Allí trabaja desde hoy el 15-M.

Los últimos indignados de la Puerta del Sol no se movieron allí hasta pasadas las doce de la noche, hora en la que protagonizaron el ya habitual grito mudo. Otra vez fueron las redes sociales las encargadas de dirigir el rumbo de los indignados, que abandonaron Sol para intentar llegar a la Bolsa de Madrid, donde les recibió un alto control policial que sofocó la protesta. Los manifestantes optaron por acatar las órdenes y corear "esto no es una crisis, es una estafa".

"En realidad nunca nos fuimos de Sol", resume María, una maestra de Educación Infantil de unos 50 años que se apuntó al grito de indignación en la primavera pasada, este aniversario. "Hoy nos sobran los motivos para luchar". Habla de los "reajustes", las reformas, subidas de precios, bajada de salarios, aumento de impuestos... "Progresa nuestra precariedad y el desempleo. Mis hijos solo piensan en la supervivencia, y es una pena". La lucha continúa, asegura, en los barrios.

En un intento de revivir en su primer aniversario aquellos días de mayo de 2011, donde los manifestantes abarrotaron las plazas de las principales ciudades de España durante una semana consecutiva, los indignados solo han conseguido volver a llenar las calles el sábado, cuando decenas de miles de personas gritaban al unísono que tienen más razones que el año pasado para estar indignados. "Sabemos que ya nada volverá a ser igual, no hay vuelta atrás", resume uno de los portavoces. Domingo, lunes y martes, día oficial del aniversario, las calles no volvieron a sentir el espíritu de indignación que se contagió durante los días previos a las elecciones municipales del 22-M.

El #12M15M ha mostrado en los últimos días pocos avances respecto al año pasado. Las asambleas han sido más maduras y estaban más trabajadas, pero otra vez todos debatían sobre todo y nadie aclaraba nada. Es la crítica que se ha escuchado de algunos pasaron por las plazas en este aniversario, que esperaban más “acción” (manifestaciones, acciones concretas con consenso de mínimos que genere un acuerdo general, marcar línea de actuación, debatir el futuro) y no tanta información.

La asamblea de clausura del primer aniversario del Movimiento, en la que no faltó una tarta y el cumpleaños feliz, fue seguida por varios miles de personas que pidieron la dimisión de Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, por negar la "brutalidad" con la que los policías desalojaron, durante tres madrugadas consecutivas, la Puerta del Sol, según denuncian los manifestantes. Los viandantes podían atravesar Sol sin ningún problema. Ni siquiera se tuvo que parar el tráfico de la zona, acordonada en todo momento por el extenso dispositivo policial que ha detenido, en estos cuatro días, a 30 manifestantes.   

Todos los miembros del 15-M consultados por El Confidencial aseguran que el movimiento está hoy más vivo que nunca y se muestra mucho más cohesionado y estructurado que entonces. En estos 365 días dicen haber sentido el respaldo que les dan las asambleas y que seguirán auto-organizándose, como lo han hecho hasta ahora. “Aunque aquí estemos hoy miles, ahí fuera hay millones de personas que nos respaldan”, explica Sara, una manifestante que llega a la plaza a título personal. La falta de unos líderes y una actuación concreta difuminan sus intenciones, que exigen a los políticos una regeneración democrática y más transparencia en sus actuaciones. “No tenemos ninguna prisa. Hace un año despertamos y aquí seguimos. Ya llegará el día en el que nos toque actuar a nosotros”, concluye.   

A Ovidio Bustillo, miembro de la agrupación ‘los yayoflautas del 15-M’, lo vivido estos días en Sol le recuerda a las conquistas de los españoles durante la Transición democrática de finales de los 70. “Están en peligro el Estado del Bienestar que tanto nos costó tener”, cuenta a este diario, muy seguro de que a este movimiento le queda mucha vida. “Esta juventud tiene la suerte de tener una formación, capacidad y un pensamiento formidable. Las generaciones futuras agradecerán algún día a este intrépido grupo lo que hicieron hace un año por la conquista de los derechos sociales de los españoles”, añade.

El 16-M: ¿Y ahora qué?

Para Bustillo, los políticos que hoy hacen oídos sordos a las reivindicaciones de los indignados “dejarán la prepotencia a un lado y serán más transparentes. No tendrán más remedio que escuchar las peticiones de los ciudadanos”. El 15-M ha pasado de una etapa “reivindicativa, utópica”, para pasar a formar parte de la realidad. "Los indignados han frenado decenas de desahucios", alega el yayoflauta. Y éste es solo uno de "todos los derechos que nos faltan por conquistar", concluye.

El Movimiento 15-M clausuró anoche las cuatro jornadas consecutivas de celebraciones de su primer aniversario con una gran cacerolada y una ‘macroasamblea’ en la Puerta del Sol, la emblemática plaza de la indignación, en la que se recordó que hacía justo un año “empezamos a construir un proceso de cambio social juntos” y aquí seguían, aunque nadie habló de hacia dónde van. Bajo un sol abrasador, miles de simpatizantes se despedían en un ambiente festivo recordando que el Movimiento no ha perdido fuelle, que ellos son los encargados de encabezar las críticas y son "otros" (los políticos) quienes tienen que plantear las respuestas. Los indignados desalojaron la Puerta del Sol pasada la medianoche para diluirse por una infinidad de asambleas que se celebran, semana tras semana, en barrios y pueblos. Allí trabaja desde hoy el 15-M.