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El 15-M se desinfla durante la segunda jornada de protestas
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LA DETENCIÓN DE 18 MANIFESTANTES INCENDIARON LAS REDES, PERO LAS PLAZAS NO SE LLENARON

El 15-M se desinfla durante la segunda jornada de protestas

El Movimiento 15-M perdió ayer gran parte de la fuerza que ganó el sábado, el primero de los cuatro días que los indignados eligieron para celebrar

Foto: El 15-M se desinfla durante la segunda jornada de protestas
El 15-M se desinfla durante la segunda jornada de protestas

El Movimiento 15-M perdió ayer gran parte de la fuerza que ganó el sábado, el primero de los cuatro días que los indignados eligieron para celebrar su primer aniversario en la que decenas de miles de personas tomaron las calles para exigir una salida de la crisis. El desalojo en la madrugada del sábado de 18 indignados y las imágenes de la dureza policial incendiaron las redes sociales, pero no consiguieron volver a llenar las plazas en ningún momento de la segunda jornada de la onomástica.

Los indignados volvieron a desafiar la prohibición de la Delegación del Gobierno en la Comunidad, y permanecieron en la plaza a partir de las diez de la noche, límite fijado por Cristina Cifuentes para mantener la manifestación en pie. Por mucho que los organizadores insistieran en el éxito de la segunda jornada, el aspecto de la plaza no tenía el mismo color que un día antes. El día transcurrió con tanta normalidad que la policía no cortó el tráfico en ningún momento y los turistas se mezclaban sin problemas con los manifestantes. Los indignados que fueron llegando a cuentagotas durante toda la tarde se agruparon alrededor de la estatua de Carlos III, rodeada por un manto de papel en el que se escribió el pasado, el presente y el futuro del 15-M.

Conforme la noche caía, los participantes expusieron las conclusiones de una jornada repleta de decenas de asambleas divididas por temas. Hablaron de un nuevo modelo socioeconómico, de la privatización de la sanidad y de los recortes en la educación pública, haciendo hincapié en los diez mil millones de euros que el Gobierno de Mariano Rajoy va a inyectar a la banca. Uno de los carteles que portaba Marta, una estudiante de Psicología, demostraba el rechazo absoluto al rescate del sistema financiero: “Me quitan mi beca para dársela a Bankia”.

Los indignados se referían constantemente a la victoria del 15-M y de la fuerza de su espíritu reivindicativo, que consideran que está más vivo que nunca. “Tan importantes son las asambleas y hacer propuestas como acampar”, se justificaba Paco, uno de los integrantes más activos del Movimiento, ante la falta de movilización de ayer. Todos hablaban sobre las razones que le habían llevado hasta allí. Julio Recuero, un empleado de Telefónica recién jubilado, se unió al calor del Movimiento para recoger, junto con otros jubilados, 500.000 firmas y poder lanzar una iniciativa legislativa popular contra el pensionazo. “Debería ser el presidente del Gobierno quien se pregunte qué ha hecho mal para que se le vuelvan a llenar las plazas de gente indignada y anotar nuestras propuestas”, asegura.

Decenas de asambleas durante toda la jornada

Las políticas de ajuste que ha tomado Mariano Rajoy desde que aterrizó en Moncloa el 20-N se han repetido una y otra vez en las decenas de asambleas que se han celebrado a lo largo del día: más impuestos, una reforma laboral que flexibiliza el despido, decretar un mayor recorte en Sanidad y Educación, “repago” en medicinas, “expulsar a los inmigrantes sin papeles del sistema sanitario” y consentir que los bancos desahucien a unas 200 personas al día de sus casas son algunas de las cientos de razones que han vuelto a indignar al 15-M.

La policía mantuvo el dispositivo de vigilancia durante toda la jornada y en ningún momento intentó sofocar las asambleas. De los 18 detenidos en la madrugada del sábado, la policía puso ayer en libertad a nueve. Otros nueve pasarán hoy a disposición judicial. De ellos, seis cuentan con antecedentes, según la policía. El seguimiento de las asambleas también fue mucho menor en las principales ciudades de España como Barcelona, donde los indignados tienen permiso acampar hasta mañana.

El Movimiento 15-M perdió ayer gran parte de la fuerza que ganó el sábado, el primero de los cuatro días que los indignados eligieron para celebrar su primer aniversario en la que decenas de miles de personas tomaron las calles para exigir una salida de la crisis. El desalojo en la madrugada del sábado de 18 indignados y las imágenes de la dureza policial incendiaron las redes sociales, pero no consiguieron volver a llenar las plazas en ningún momento de la segunda jornada de la onomástica.