El Partido Popular apoyará a Camps hasta el final, “incluso aunque se le impute”

No es lo mismo el alcalde de un pueblo como Pozuelo que el presidente de toda una comunidad autónoma como Valencia, o al menos esto es lo que se deduce del comportamiento del PP respecto a sus ‘imputados’ o implicados de una u otra manera en la trama de la ‘operación Gürtel’ que instruye el juez Baltasar Garzón. Fuentes de este partido confirmaron ayer que se apoyará a Francisco Camps hasta el final, incluso aunque se le impute, al menos “con los datos que tenemos ahora”, señalaron.

Esos datos son que ni aceptó regalos en especie -trajes de Milano- ni, mucho menos, comisiones a cambio de contratos de la Administración Valenciana con las empresas de Correa, y que todos esos contratos están perfectamente controlados por el Tribunal de Cuentas de la Comunidad, así como los actos que Orange Market organizaba para el PP en la Comunidad Valenciana. Si esto cambiara, el PP podría replantearse su actitud, pero en principio Génova tiene una ‘fe ciega’ en el barón levantino.

Tanta que su comportamiento no es igual en todos los casos: la premisa general de que todo cargo público imputado debe ser apartado de su responsabilidad e, incluso, del partido, no se cumple en el caso de Camps. Es verdad que no está imputado -eso debe decidirlo el Tribunal Superior de Justicia de Valencia-, pero a la pregunta de si se actuaría con esa diligencia en el caso de que lo fuera la respuesta es categórica: “No”. ¿Razón? “Le haría más daño al PP la dimisión de Camps que su continuidad en caso de imputación”.

Distinta responsabilidad, distinto rasero. El hecho de que los alcaldes -los de Pozuelo y Arganda fueron los últimos en hacerlo- dimitan y se den de baja en el partido tiene un efecto positivo en la imagen del PP, pero en Génova creen que si fuera Camps el que actuara así podría hacerle al partido un daño superior al que le haría quedándose. En esta tesis se reafirmó ayer la propia secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, al señalar en rueda de prensa que “cada caso es diferente, cada persona es diferente”.

Dos varas de medir

Tan es así que lejos de comparar algunas dimisiones recientes con la permanencia al frente su cargo de Francisco Camps, fuentes del PP vinculadas al sector crítico señalaban ayer a este diario otra contradicción: “¿Por qué dimiten los alcaldes imputados y no dimite el presidente de la Diputación de Castellón, también imputado?”, en referencia a Carlos Fabra, imputado en varias causas, aunque ninguna ha llegado a sentencia firme. Claro que tampoco hay sentencia en el caso de los alcaldes de Pozuelo, Arganda o Boadilla.

Todo en el caso de Camps pasa por un distinto tamiz, como su supuesta amistad con el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia -encargado de su caso-, Juan Luis de la Rúa: “No tengo conocimiento de que sea una amistad íntima con Don Francisco Camps. Como no lo tengo, lo único que le puedo decir es que las relaciones institucionales que tiene Francisco Camps con los miembros del TSJV son unas relaciones correctas, cordiales e institucionales, exactamente iguales que las que tiene Manuel Chaves con el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía o Barreda con el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Yo no tengo conocimiento de más”, dijo Cospedal.