¿Es hora de un Gobierno de coalición?

José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy ni siquiera se lo plantean. Pero las dramáticas cifras del paro conocidas ayer -ya hay más de 3,3 millones de desempleados-, que el propio líder del PP calificó de "emergencia nacional", han abierto súbitamente el debate sobre la eventual conveniencia de impulsar un Gobierno de coalición o un gran pacto de legislatura entre al menos los dos grandes partidos para hacer frente a una situación tan grave como excepcional.

Frente al diálogo de sordos de socialistas y populares -los primeros acusan a los segundos de "no arrimar el hombro", y éstos reprochan a aquéllos el "desprecio" que muestran hacia sus propuestas anticrisis-, las fuentes políticas, financieras, sindicales y académicas consultadas por El Confidencial coinciden en la necesidad de aparcar las diferencias políticas y promover medidas "contundentes", e incluso "impopulares", contra la recesión en general y el desempleo en particular. Y apuestan por fórmulas que van desde la "gran coalición" PSOE-PP a la consecución de un acuerdo similar en su calado a los históricos Pactos de La Moncloa sellados a finales de la década de los 70 entre las principales fuerzas políticas de la Transición.

Los pronósticos son tan pesimistas que los calificativos se van agotando -Rajoy tildó de "espeluznante" el récord histórico de desempleo alcanzado en enero- casi a la misma velocidad con la que el Gobierno se rectifica a sí mismo. Ayer, sin ir más lejos, la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, admitía abiertamente que en 2009 pueden superarse los cuatro millones de parados, mientras su superior jerárquico, Celestino Corbacho, descartaba con vehemencia esa posibilidad.

"Estoy seguro de que con las medidas que ha adoptado el Gobierno se ayudará a frenar la destrucción de empleo", afirmó el ministro de Trabajo en una charla con internautas. Pero, como se encargaron de recordar de inmediato desde las filas del PP, "también estaba seguro Zapatero de que iba a lograr el pleno empleo, y desde que lo prometió ya hay un millón de parados más".

"No está sobre la mesa"

¿Ha llegado la hora de un Gobierno de coalición que afronte esa situación de "emergencia nacional"? ¿Podría aplicarse en España una fórmula similar a la grosse koalition de democristianos y socialdemócratas, dos partidos antagónicos por naturaleza, que gobierna Alemania desde 2005 bajo la batuta de Angela Merkel? "Esa posibilidad no está en estos momentos sobre la mesa", señaló ayer a este periódico un portavoz oficial de La Moncloa. "Para plantear esa alternativa sería necesario que el PSOE y el PP compartiéramos un diagnóstico común sobre la crisis", añadía un miembro del Grupo Parlamentario Socialista, "y esa condición no se da en estos momentos".

Tampoco en el PP despierta esa fórmula el menor entusiasmo. "Una gran coalición a la alemana está completamente descartada. Nosotros vamos a seguir defendiendo nuestra propia alternativa, porque el Gobierno ha ignorado sistemáticamente todas las medidas que hemos planteado para hacer frente a la crisis", apuntaba un portavoz oficial de la calle Génova, el cuartel general de los populares.

Sin embargo, Rajoy no se mostró tan rotundo cuando, hace poco más de un año, durante la precampaña de las últimas elecciones generales, le preguntaron si respaldaría un Gobierno de coalición con el PSOE en el caso de que el veredicto de las urnas fuese muy ajustado: "No me cierro a ninguna posibilidad", respondió entonces el líder del PP, cuando las cifras del paro aún no se habían desbocado.

"No se trata tanto de que descartemos de entrada esa posibilidad como de que resulte imposible planteársela con este Gobierno", argumenta la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría. "Zapatero nos pide que arrimenos el hombro contra la crisis, pero sólo si se trata de apoyar sus propuestas. El Gobierno, en cambio, no ha respaldado ni una sola de las nuestras", añade la número tres del PP, que responsabiliza a los socialistas de esa falta de entendimiento que hace inviable fórmulas como la de la gran coalición, informa Federico Quevedo.

Alternancia y consenso

"La democracia constitucional se basa en la alternancia en el poder, pero también en el consenso. Y una crisis económica de esta envergadura exige que los grandes partidos se pongan de acuerdo para afrontarla juntos, renunciando a hacer un uso electoral de sus diferencias, como ocurre con la política antiterrorista", sostiene Javier García Roca, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid.

"Una coalición de Gobierno tal vez sea inviable, porque en España carecemos de esa cultura política, pero un gran pacto de legislatura contra la crisis sería muy aconsejable", añade García Roca. "Me parecería legítimo que los grandes partidos plantearan una reedición de los Pactos de La Moncloa, por patriotismo constitucional y porque les va a resultar muy difícil explicar a los ciudadanos, a medida que la crisis se vaya agravando, por qué son incapaces de ponerse de acuerdo".

Para Andrés de Blas, catedrático de Teoría del Estado en la UNED, los Pactos de La Moncloa -suscritos en 1977 por todas las fuerzas políticas, a iniciativa del Gobierno de Adolfo Suárez, para corregir una situación económica desastrosa que amenazaba la estabilidad de la entonces frágil democracia- también son un buen modelo para afrontar la actual recesión, salvando todas las distancias históricas. Pero reconoce que "no es en absoluto descabellado" plantear la hipótesis de un Gobierno de coalición.

"Los únicos requisitos son que haya voluntad política y una coincidencia básica en los objetivos, como ocurrió en Alemania. Es cierto que una gran coalición debilita la función de la oposición, porque deja al sistema democrático inerte para facilitar la alternancia, y también la del propio Gobierno, porque diluye su liderazgo político", añade De Blas. "Pero no es menos cierto que, si existe esa voluntad política, se pueden conseguir los mismos efectos de una gran coalición sin necesidad de llegar a formarla: bastaría con que el PSOE y el PP se comprometieran formalmente a gestionar la crisis de forma compartida".

Medidas impopulares

José Luis Feito, responsable de la Comisión de Política Económica y Financiera de la CEOE, asegura que ha llegado el momento de adoptar medidas "rigurosas e impopulares. Cuanto más se demoren, más duras serán". Y añade: "¿Un Gobierno de coalición? Depende de cómo se plantee. Pero no sería legítimo si de lo que se trata es de que el Gobierno de Zapatero diluya su responsabilidad", informa Daniel Toledo.

CCOO rechaza de plano la formación de un Ejecutivo de coalición PSOE-PP, pero apuesta por el acuerdo entre los dos grandes partidos. Fernando Lezcano, secretario de Comunicación del sindicato, sostiene que la situación económica es "muy grave como para plantear fórmulas estrafalarias de gobernabilidad. Lo que hace falta es un clima político de entendimiento que ahora no existe. El PSOE tiene que hacer un esfuerzo por consensuar y el PP por corresponsabilizarse. No es necesario formar parte de un Gobierno para apoyar determinadas medidas que ayuden a salir de la crisis".

Josep Sánchez Llibre, portavoz adjunto de CiU en el Congreso, ni siquiera es partidario de un Gobierno de concentración que dé cabida a todas las formaciones políticas, y menos aún de una coalición PSOE-PP que excluya a los partidos minoritarios. Pero sí es un firme defensor de "un Pacto de Estado que reedite los que se firmaron en La Moncloa en 1977. Nosotros ya lo planteamos el pasado mes de julio, y se trataría de acordar entre todos un programa de reformas económicas estructurales".

En la banca optan por la prudencia. Un portavoz del BBVA evitó ayer pronunciarse sobre la conveniencia de un eventual Gobierno de coalición o de una reedición actualizada de los Pactos de La Moncloa. Pero, a preguntas de este diario, remitió a las reiteradas manifestaciones vertidas por Francisco González tras la Junta General de Accionistas celebrada el pasado año, en las que el presidente de la entidad se refirió a "la necesidad de aunar esfuerzos contra la crisis", informa Aníbal González. Ese mensaje de unidad se ha repetido en boca del máximo responsable del BBVA en diversas ocasiones desde que arrancó 2009, "lo cual no implica en absoluto el apoyo expreso a un Gobierno de coalición", añadió el mismo portavoz.

Un mensaje muy similar al lanzado desde el Banco Santander. "Si se debe formar o no un Gobierno de coalición no es de nuestra incumbencia. Pero sí somos conscientes de que hay que hacer el máximo esfuerzo para luchar unidos contra la crisis", señaló un portavoz de la entidad que preside Emilio Botín.