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Las Autonomías se apoderan de la agenda política de Zapatero y Rajoy en 2009
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PAÍS VASCO, CATALUÑA Y GALICIA MARCAN EL NUEVO AÑO

Las Autonomías se apoderan de la agenda política de Zapatero y Rajoy en 2009

Las comunidades autónomas marcarán de forma determinante la agenda política española en 2009. La nueva financiación autonómica, las elecciones vascas y gallegas, la decisión del Tribunal

Foto: Las Autonomías se apoderan de la agenda política de Zapatero y Rajoy en 2009
Las Autonomías se apoderan de la agenda política de Zapatero y Rajoy en 2009

Las comunidades autónomas marcarán de forma determinante la agenda política española en 2009. La nueva financiación autonómica, las elecciones vascas y gallegas, la decisión del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán, y el peso de los barones de PSOE y PP ocuparán buena parte de la atención de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Ambos líderes se juegan  en estos desafíos regionales una importante cuota de su crédito como jefes del Gobierno y de la oposición.

 

El primer rompecabezas sobre la mesa sigue siendo el nuevo modelo de financiación autonómica. El último proyecto del Gobierno es todavía un borrador sin cifras concretas que no contenta al tripartito catalán y que el PP rechaza por significar un mayor endeudamiento del Estado. Paradójicamente, la propuesta de financiación ha acercado a Zapatero a presidentes autonómicos populares como Esperanza Aguirre o Francisco Camps, a la vez que Rajoy se oponía frontalmente al modelo y José Montilla lo calificaba de "insuficiente" y "ambiguo".

 

Las discrepancias entre autonomías, Gobierno central y los diferentes líderes reunidos bajo las mismas siglas prometen seguir interfiriendo en el curso político. En el caso socialista, una vez que Zapatero haya podido satisfacer las demandas de Montilla y el tripartito sobre financiación, deberá afrontar la decisión del Constitucional sobre el Estatut. Un fallo que recorte el texto aprobado en referéndum por los catalanes puede abrir un importante cisma entre PSC y PSOE o romper el actual Gobierno de coalición a favor de un frente nacionalista que uniría a CiU con ERC e ICV. Es lo que espera el PP, que elevó uno de los recursos contra el Estatuto, mientras que el PSOE, según señaló a este diario su secretaria de Política Autonómica, Mar Moreno, está convencido de que el texto que salió del Congreso es constitucional.

 

Zapatero deberá además seguir haciendo frente a la oposición que comunidades como Madrid o Valencia practican hacia el Ejecutivo, como ha sucedido en materias como Educación para la Ciudadanía. Por su parte, Rajoy continúa en busca de afirmar su liderazgo, algo a lo que no contribuyen las discrepancias internas sobre financiación, o la batalla por Caja Madrid que libran Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, una pugna en la que el presidente del PP ha preferido mantenerse al margen.

 

Pero si hay dos citas claves en 2009, junto a los comicios europeos de junio, son las elecciones en Galicia y País Vasco. El PSOE parte con ventaja, ya que el presidente de la Xunta, Emilio Pérez  Touriño, está en condiciones de reeditar un gobierno con el BNG; y Patxi López se siente por primera vez en condiciones de pelear la victoria al PNV. No obstante, el PP se quedó a tan sólo un escaño de la mayoría absoluta en Galicia en 2005, el único resultado que le permitiría gobernar, y el candidato popular, Alberto Núñez Feijóo, ha logrado asentarse tanto el interior de su partido como en la sociedad gallega.

 

El agravamiento de la crisis económica puede servir de impulso a los populares si logran recoger el voto de castigo a los socialistas. En todo caso, sea cual sea el resultado el 1 de marzo en Galicia, la lectura se hará en clave nacional, de modo que se interprete como un castigo a Zapatero o a Rajoy, con las lógicas consecuencias en el interior de cada partido. Aunque, en este caso, es el líder popular quien tendría que afrontar los movimientos del sector crítico, frente a la ausencia entre las filas del PSOE de una voz opuesta a su secretario general.

 

El puzzle vasco

 

Con ETA todavía en condiciones de atentar, como demostró el día 31, pese a los últimos y contundentes golpes policiales, las elecciones vascas pueden alumbrar el primer gobierno autonómico sin presencia nacionalista (PSE-PP) o certificar la alianza entre el PNV y los socialistas. Si los populares, de mano de la 'política pop' de Antonio Basagoiti no consiguen los suficientes escaños para forzar al PSE a una coalición que dé un cambio radical al Gobierno vasco, nacionalistas y socialistas podrían sellar un pacto que favorecería la estabilidad parlamentaria de Zapatero.

 

El Ejecutivo socialista continúa sin socios estables en el Congreso de los Diputados, una situación que le puede complicar mucho las cosas según avance la legislatura y la recesión económica. Socialistas y nacionalistas no están tan lejos, ya que el PSE ha respaldado cuatro años consecutivos los presupuestos de Juan José Ibarretxe, y el PNV también ha votado a favor de las cuentas de Zapatero, aunque a cambio de transferencias de competencias como el I+D+i.  

 

A este cóctel autonómico hay que sumar las perspectivas electorales de un partido político como Unión Progreso y Democracia (UPyD), que aboga precisamente por contener las aspiraciones nacionalistas, acabar con la singularidad vasca y navarra o devolver al Estado algunas de las competencias transferidas a las autonomías.

 

Un conjunto de desafíos que pondrán a prueba los mecanismos de la democracia española para equilibrar las tensiones territoriales, y desplegar el mapa autonómico con sus nuevos estatutos en un año de crisis y elecciones.

Las comunidades autónomas marcarán de forma determinante la agenda política española en 2009. La nueva financiación autonómica, las elecciones vascas y gallegas, la decisión del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán, y el peso de los barones de PSOE y PP ocuparán buena parte de la atención de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Ambos líderes se juegan  en estos desafíos regionales una importante cuota de su crédito como jefes del Gobierno y de la oposición.

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